Cae en picada el poder adquisitivo de los argentinos


El poder adquisitivo está en caída libre: en apenas cuatro meses, ha sufrido un desplome de más del 30% frente al embate de la inflación, dejando en claro que los sueldos están perdiendo la batalla contra los precios.


Los números hablan por sí solos: entre diciembre y marzo, los salarios han aumentado un 58%, mientras que la inflación en ese mismo lapso ha escalado hasta el 90%. Esto significa que el ajuste de los ingresos ha quedado rezagado más de treinta puntos por detrás del costo de vida.

Estos datos, extraídos del INDEC y del RIPTE (Remuneración Imponible de Trabajadores Estables), elaborado por la Secretaría de Seguridad Social y que engloba a 10 millones de trabajadores formales del sector público y privado, revelan una realidad preocupante.

En tan solo cuatro meses, los salarios han experimentado un incremento nominal del 57.9%, distribuido en un 8.3% en diciembre, un 14.7% en enero, un 11.5% en febrero y un 14% en marzo. Mientras tanto, la inflación en ese mismo período ha alcanzado el 90.1%, resultando en una pérdida del 16.9% en el poder adquisitivo, según las cifras del INDEC.

En medio de este sombrío panorama, en marzo se observó una ligera mejoría en los salarios formales con aportes a la Seguridad Social, que aumentaron un 14% frente a un alza de los precios del 11%.

Sin embargo, si echamos la vista atrás, en 2023 los salarios promedio cerraron en $484,298.40 en comparación con los $194,175.11 de diciembre de 2022, lo que representa un incremento del 149.4%. Sin embargo, frente a una inflación del 211.4%, esto se traduce en una pérdida del poder adquisitivo de 60 puntos, demostrando que desde el inicio de 2023 hasta ahora, los sueldos han perdido casi la mitad de lo que ha subido el costo de vida.

Este declive se ha acentuado, sobre todo, tras la devaluación de agosto del gobierno anterior y el posterior incremento de la inflación, una tendencia que ha continuado con fuerza durante el actual mandato, marcado por una depreciación de la moneda y un vertiginoso alza de los precios.

En marzo, el salario promedio formal se ubicó en $705,832.58, una cifra que se sitúa por debajo del valor de la canasta familiar de pobreza, estimada en $773,385.10 por el INDEC para un matrimonio con dos hijos menores, sin incluir el costo del alquiler.

En este contexto, es alarmante observar cómo trabajadores con empleo formal y aportes a la Seguridad Social se encuentran entre los afectados que viven en hogares pobres.

Desde finales de 2015, el RIPTE acumula una pérdida superior al 30%, distribuida en 20 puntos durante el gobierno de Mauricio Macri, 10 puntos durante el mandato de Alberto Fernández, y ahora se añade este nuevo declive en los primeros cuatro meses de la gestión de Javier Milei.

Es importante destacar que el RIPTE, o Índice de Salarios del INDEC, es una de las variables que se tienen en cuenta para calcular la movilidad previsional, junto con la evolución de la recaudación tributaria destinada a la Seguridad Social, teniendo en cuenta el aumento del padrón de beneficiarios.