No obstante, el turista internacional y la oferta variada de eventos y propuestas contribuyeron a un buen febrero que dejó su marca en una temporada que fue de menor a mayor.

La temporada 2024 finalizó con 29,2 millones de turistas recorriendo el país y el impacto económico en las diferentes ciudades fue de $5.000 millones.

A pesar de que la cantidad de gente que salió de viaje se redujo frente al mismo período de la temporada 2023, el gasto económico total real subió 3,5% de la mano del fuerte flujo de turistas extranjeros que elevaron el gasto diario promedio por persona. Ese monto fue de $44.048, un 29,7% más que en 2023.

A una segunda quincena de diciembre y una primera de enero con poca circulación de turistas, le siguió un febrero de repunte, acompañado por promociones y mejores políticas de precios, indica un informe de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME).

La estadía media fue de 3,9 días, contra los 4,1 días en la temporada 2023. Esa merma se dio porque el residente local redujo su tiempo de permanencia en el destino elegido, a fin de achicar gastos.

Por otra parte, los incrementos de precios, que quedaron desacoplados de los ingresos, llevó a que muchas familias cancelen viajes o achiquen su tiempo de permanencia.

«El turista internacional acompañó toda la temporada y permitió finalizar con una caída menos marcada de lo que inicialmente parecía ser», indican en la entidad empresaria.

Movimiento dispar

Córdoba, con unos 5 millones de turistas; Misiones, con 328.000; la Patagonia, con una temporada de cruceros muy buena y la costa argentina, con el turismo fiel que pobló las playas, fueron algunos de los puntos más destacados.

El norte del país, en tanto, se vio afectado por el encarecimiento del transporte. La región Centro tuvo un turista de poca permanencia, mientras que el Litoral tuvo mucho visitante teniendo en cuenta que las inundaciones perjudicaron parte de la temporada.

En el Partido de la Costa hubo menores reservas, baja ocupación hotelera y modesto consumo promedio por turista en torno a los $40.000. Los comercios en su mayoría ofrecieron descuentos por pago en efectivo e incluso muchos no aceptaron directamente tarjetas de crédito.

Para parte de los operadores que manejaban un muy mal pronóstico los números superaron sus expectativas. En Mar del Plata, la primera quincena de enero arrancó floja, pero luego repuntó y los números estuvieron cercanos al 70%, sólo un 3% inferior al año pasado. Para el feriado XXL, que coincidió con los festejos por el 150° aniversario de la ciudad, hubo picos del 80% y los hoteles boutique superaron el 90 por ciento. Durante la temporada hubo una variada oferta teatral y la concurrencia colmó las expectativas de los productores.

En Pinamar, Mar de las Pampas, Ostende y Cariló la ocupación promedió 60%, con picos del 90% de jueves a domingo, similar a Villa Gesell, que llegó al 85% y mantuvo sus altos niveles de turismo hasta el último fin de semana de febrero.

En Miramar, con un turismo muy fidelizado, la ocupación hotelera promedió 76%, algo inferior a la habitual, con un pico de casi 100% para el feriado de Carnaval. Pero el gasto por turista fue muy austero. Necochea logró estirar el verano lanzando un paquete con descuentos para los turistas en febrero y organizando eventos como el Festival Internacional de Gimnasia Danesa. En Monte Hermoso, se trabajó casi a full los fines de semana y para Carnaval estuvieron al 100 por ciento. El precio fue un factor fundamental y los hospedajes que estaban a muy alto valor no se alquilaron.

Por su parte, en la Ciudad de Buenos Aires la ocupación hotelera fue 70% en enero, pero con mucha competencia de alojamientos informales. Se notó poco turismo nacional y mucho internacional, principalmente brasileños, uruguayos, chilenos y europeos que se vieron atraídos por el cambio favorable y la variada oferta gastronómica y cultural de la ciudad. Algunos restaurantes con show de tango estuvieron haciendo dos turnos debido a la alta demanda. En febrero, durante el fin de semana largo, más de 100.000 turistas llegaron a CABA. La ocupación fue del 67% y le dejaron a la ciudad $20.700 millones.