En la charla periodística, el presidente también se refirió a su relación con Cristina Kirchner. Reconoció que la escuchó pero no le hizo caso “en todo lo que ella quería que la obedezca”. Y luego sostuvo que su mandato “fue el período en que más obras públicas se hicieron”.

Negó que alguna vez haya pensado en renunciar al cargo y consideró que le «faltó un poco más de suerte porque”, al parecer, “el mundo se complotó» en su tiempo marcado por la pandemia, la guerra entre Ucrania y Rusia y la sequía.

También ponderó que dejará la administración sin haber sido denunciado por irregularidades. «Soy un Presidente que nunca fui denunciado por corrupción y que además dejo el Gobierno con el mismo patrimonio con el que entré. No tengo cuentas ni testaferros ni nada en el exterior y, como yo, los funcionarios de mi Gobierno», enumeró.

“El que más obras hizo”

A 19 días del traspaso de mando al negacionista Javier Milei, Fernández hizo un repaso por lo que él consideró que fueron los hitos de su Presidencia.

«Se hicieron 7 mil obras públicas de las cuales empezamos y terminamos 4 mil y 140 mil viviendas, y no hay una denuncia de corrupción”, precisó y calificó a su administración como «el período en el que más obras públicas se hicieron».

“Claro que hay que hacer política sin corrupción, claro que no hay que enriquecerse», subrayó durante una entrevista con el diario uruguayo El Observador.

En esa charla periodística, también hizo un diagnóstico del peronismo, tras la derrota frente al ultraderechista La Libertad Avanza (LLA). “Tiene que abrir un debate interno sobre cómo ser (opositor) en adelante», opinó.

“No la obedecía en todo lo que quería que la obedezca”

Alberto Fernández también habló sobre su relación con la vicepresidenta Cristina Kirchner, con quien mantuvo severas diferencias de gestión.

«Cristina fue escuchada y hacía declaraciones. Además la escuchaba en privado. Lo que es verdad que no la obedecía en todo lo que quería que la obedezca. Pero no era mi misión y ella lo supo desde el primer día», puntualizó.

Afirmó que no lo hizo porque «el Presidente no le debe obediencia a nadie» sino “escuchar”. “Escuchar, escucho. Lo que pasa es que no siempre estoy de acuerdo«, señaló.

La afirmación del presidente saliente tiene el eco de un reclamo público que había hecho la vicepresidenta, cuando en una entrevista sostuvo: “Cuando dije que era necesario alinear precios, salarios, tarifas y jubilaciones, no fui escuchada».

Fernández desmintió esa recriminación: «Por un lado, me piden que sea obediente, pero por otro lado me dicen que tenga la lapicera. Ahora, cuando la lapicera firma algo que no les gusta…»

También cuestionó el tratamiento que un sector de la prensa le dio a esa relación. «Me causa gracia porque los medios argentinos me decían que yo era un títere, pero resulta que el títere es el único que termina enfrentado a Cristina. Muy títere no era entonces.”