El exintendente llamó «antidemocrático» al actual, que lo cruzó: «Yo no soy un llorón». ¿Por qué se recalentó la campaña de dos viejos conocidos que comparten mucho más que sus nombres imperiales?
Alak y Garro se conocen bien. El primero convocó al segundo, a principios de este siglo, para participar de una iniciativa que tuvo sus bemoles: la creación de La Plata Fútbol Club, la institución deportiva con el que el entonces intendente intentó crear la avenida del medio del fútbol platense con un cuadro que pudiera sumarse a los clásicos Estudiantes y Gimnasia en el circo romano del balompié nacional.
Ahora, en el mano a mano por la intendencia de la capital, Alak y Garro se tiraron con de todo.
El martes, el retador dijo que el intendente “esconde la autoría de las obras” que el gobierno provincial realiza en La Plata “para adjudicárselas”. Más: “Pensé que era más democrático”, disparó al ser consultado por sus denuncias respecto a la rotura de carteles y pasacalles de campaña.
El intendente se plantó. “Alak también manda a romper carteles, pero yo no soy llorón, me la banco”, sacó pecho. Promesa de campaña mediante, tocó una de las fibras más sensibles del alakismo. “Hay que fundir un banco, eh…”, atacó. “Si gano, voy a reabrir el Banco municipal que fundió Alak”, concluyó.
Lo dicho: como establecieron las PASO, que dejaron a JxC liderando pero a sólo cuatro puntos de UP, el final es abierto. Ambas fuerzas están atentas a lo que pueda crecer o no el candidato de La Libertad Avanza (LLA), Luciano Guma, quien podría sumar, por arrastre del efecto Javier Milei, unos puntos al 17,40% obtenido en las primarias. Con todo, eso no cambia la historia: la pelea de fondo se dirime entre los Julio Césares de La Plata.

