El gobierno nacional avanza con la puesta en valor de la obra de Francisco Salamone, un icónico arquitecto ítalo-argentino que desarrolló la mayor parte de sus monumentales proyectos en pequeños pueblos del interior bonaerense. En una primera etapa invertirán más de $350 millones para restaurar sus creaciones que incluyen palacios municipales, cementerios y plazas.
El contraste entre la llanura pampeana y la obra de Salamone no puede ser mayor. Sus moles de hormigón jamás pasan desapercibidas. Las torres de sus palacios municipales o mataderos superan la altura máxima de las iglesias y suelen ser los espacios más elevados de las localidades donde están implantados.

Desde su redescubrimiento en los ’90 tardíos, las construcciones suman cada vez más fanáticos, pero Salamone aún está lejos de la fama de sus contemporáneos Alejandro Bustillo o Amancio Williams.
Por el momento Nación tiene en carpeta 12 intervenciones en 10 localidades como Alberti, Gonzales Chaves, Guaminí, Pringles, Adolfo Alsina, Balcarce, Rauch, Saldungaray y Las Varillas, en Córdoba. Los trabajos están coordinados entre el Ministerio de Obras Públicas que conduce Gabriel Katopodis y el de Cultura, a cargo de Tristán Bauer.
En el Gobierno esperan que esa lista se amplíe. Una parte de la iniciativa consiste en brindar apoyo técnico a los pueblos para puedan «cargar sus pedidos». Es que algunas de las localidades tienen menos de 10 mil habitantes y otras incluso menos de dos mil y no abundan los especialistas en patrimonio.
