Aunque Argentina mantuvo un superávit comercial en abril, el aumento desproporcionado de las importaciones frente a exportaciones estancadas revela desequilibrios que podrían comprometer la estabilidad macroeconómica promovida por el gobierno.
En abril de 2025, la balanza comercial argentina registró un superávit de 204 millones de dólares, marcando el decimoséptimo mes consecutivo con saldo positivo. Sin embargo, este resultado representa una caída significativa del 88,7% en comparación con el mismo mes del año anterior, cuando el superávit alcanzó los 1.807 millones de dólares .
Las exportaciones totalizaron 6.664 millones de dólares, con un modesto incremento interanual del 2,3%. En contraste, las importaciones ascendieron a 6.460 millones de dólares, evidenciando un aumento del 37,3% respecto a abril de 2024 .
Este crecimiento de las importaciones se concentró en bienes de capital (+73,4%), vehículos automotores de pasajeros (+77%) y bienes de consumo (+77,7%), indicando una apertura comercial que podría estar desalineada con la capacidad de generación de divisas del país .
Por otro lado, las exportaciones mostraron señales de estancamiento. Las manufacturas de origen agropecuario, principal motor exportador del país, cayeron un 0,4%, mientras que las exportaciones energéticas disminuyeron un 10% .
Además, Argentina registró déficits comerciales con sus principales socios: 999 millones de dólares con China, 697 millones con Brasil y 297 millones con la Unión Europea. El superávit se sostuvo gracias a relaciones comerciales más pequeñas, como con Medio Oriente, India y algunos países latinoamericanos .
Estos datos ponen en evidencia la fragilidad del modelo económico impulsado por el presidente Javier Milei, que busca estabilizar la macroeconomía mediante la apertura comercial y la reducción del gasto público. La creciente dependencia de importaciones sin un correlato en el aumento de exportaciones podría comprometer la acumulación de reservas y la estabilidad cambiaria en el corto plazo.
En resumen, aunque el superávit comercial persiste, su disminución y la composición de las importaciones y exportaciones sugieren desequilibrios que podrían desafiar la sostenibilidad del modelo económico actual.