El nuevo sistema de entrega directa de pañales para afiliados del PAMI, adjudicado a Urbano Express, empresa con vínculos al Grupo Clarín, genera controversia por su proceso exprés, falta de competencia y posibles sobrecostos.
El Programa de Atención Médica Integral (PAMI) anunció un cambio significativo en la distribución de pañales para sus afiliados: a partir del 1 de junio, los productos serán entregados directamente en los domicilios, eliminando intermediarios como farmacias y droguerías.
La empresa adjudicataria del contrato es Urbano Express S.A., una firma de logística con una participación accionaria del 30% por parte del Grupo Clarín. La licitación, que asciende a aproximadamente 450 millones de dólares, se resolvió en un proceso exprés de seis días hábiles, dejando fuera a proveedores históricos del PAMI.
Desde el Gobierno, el vocero presidencial Manuel Adorni defendió la medida, argumentando que busca eliminar la «cartelización» del sistema anterior y mejorar la calidad de los productos. Sin embargo, fabricantes del sector denuncian que las especificaciones técnicas de la licitación favorecieron a Urbano Express y que los nuevos pañales podrían ser de menor calidad y mayor costo.
Además, se cuestiona la falta de experiencia de Urbano Express en la provisión de insumos médicos y su vínculo con el Grupo Clarín, lo que plantea interrogantes sobre posibles conflictos de interés.
El director del PAMI, Esteban Leguizamo, firmó la licitación y es señalado por su cercanía con figuras del oficialismo, como Santiago Caputo. La situación se enmarca en un contexto de denuncias por presuntas irregularidades en distintas delegaciones del PAMI en el país.
El nuevo sistema implica un aumento del gasto mensual en al menos 3.000 millones de pesos, pasando de 9.000 a 12.000 millones, según datos del propio pliego. El Gobierno sostiene que se logrará un ahorro total de 5.000 millones de pesos anuales al eliminar intermediarios, aunque el costo por unidad es más alto y la calidad de los productos es cuestionada.
La implementación de este nuevo esquema de distribución de pañales en el PAMI continúa generando debate y preocupación entre afiliados, proveedores y sectores políticos, que exigen mayor transparencia y revisión del proceso licitatorio.