Patricia Bullrich consuma su ruptura con el PRO y se suma oficialmente a La Libertad Avanza.

La ministra de Seguridad selló su ingreso al partido de Javier Milei en un acto simbólico en Recoleta, respaldada por Karina Milei y el candidato Adorni. Analizamos las razones de su salida, el impacto en el PRO y cómo reconfigura el mapa electoral de cara a las legislativas y las elecciones porteñas.


La escena que selló el divorcio político

Con una caminata por Recoleta, saludando a vecinos y simpatizantes entre banderas violetas, Patricia Bullrich formalizó este martes su afiliación a La Libertad Avanza (LLA). Acompañada por Karina Milei —hermana del presidente y líder del partido— y por Manuel Adorni, candidato oficialista a legislador porteño, la ministra de Seguridad rubricó su pase en una mesa partidaria instalada en la Plaza Vicente López y Planes. El acto, organizado por la diputada Pilar Ramírez, fue presentado como un gesto de unidad entre el oficialismo y sectores del PRO desencantados con la conducción de Mauricio Macri.

Desde su entorno definen el movimiento como “la crónica de un amor anunciado”, en alusión a la afinidad ideológica de Bullrich con el proyecto libertario. “Aquí puede aplicar sus políticas sin las ataduras que tenía en el PRO”, explicó un colaborador cercano a Clarín. La crítica velada apunta a Macri, quien insiste en mantener la identidad del PRO como espacio independiente, resistiendo una fusión con LLA.

El PRO frente al vaciamiento: ¿el principio del fin?

La salida de Bullrich no es un hecho aislado, sino la punta de un iceberg de tensiones acumuladas. Tras su derrota en las presidenciales de 2023, su apoyo público a Javier Milei marcó el inicio del distanciamiento. Su llegada al gabinete como ministra y su rol como puente para atraer figuras del PRO al oficialismo aceleraron la fractura.

En los últimos meses, al menos tres legisladores porteños bullrichistas —Juan Pablo Arenaza, Silvia Imas y María Luisa González Estevarena— migraron al bloque de LLA. A ellos se suman el intendente de Tres de Febrero, Diego Valenzuela, y legisladores como Damián Arabia. “Si el PRO sigue resistiendo, no le va a quedar nadie”, advierte un exdirigente del partido que ahora respalda a Bullrich.

El punto de quiebre definitivo ocurrió en julio de 2024, cuando Macri bloqueó a Bullrich como presidenta de la Asamblea partidaria, optando por el diputado Martín Yeza. “Hubo un incumplimiento de acuerdos”, justificó un aliado de la ministra.

Elecciones porteñas: la batalla por el voto de derecha

El timing no es casual. A dos semanas de los comicios del 18 de mayo en la Ciudad, Bullrich refuerza con su afiliación la campaña de LLA, que compite por separado del PRO. Su presencia en recorridas con Adorni y Karina Milei ya había enviado señales claras: la ministra no apoya a Silvia Lospennato, candidata del PRO, sino al oficialismo.

Analistas coinciden en que el movimiento busca capitalizar el descontento de votantes de derecha que ven en Milei —y no en Jorge Macri, jefe de Gobierno porteño— la representación de sus ideas. “Bullrich es un imán para ese sector”, sostiene un funcionario cercano a LLA.

Proyecciones nacionales: ¿senadora o jefa de Gobierno?

Más allá de las elecciones porteñas, Bullrich ya suena como carta fuerte de LLA para las legislativas de octubre, posiblemente como candidata a senadora. Su entorno no descarta incluso una postulación a jefa de Gobierno en 2027, consolidando su peso en el oficialismo.

Mientras, en la provincia de Buenos Aires, las negociaciones para una alianza PRO-LLA enfrentan obstáculos. Macri exige una coalición que preserve la identidad de su espacio, una condición que la Casa Rosada rechaza. “O se suman al proyecto nacional o quedan fuera”, resume un asesor presidencial.

De Montoneros a Milei: la metamorfosis de una sobreviviente

A los 68 años, Bullrich suma su sexta afiliación partidaria: de la izquierda peronista en los 70, pasó por la Alianza, Unión por la Libertad, la Coalición Cívica y el PRO. “Un paso atrás para tomar impulso”, define un colaborador, destacando su habilidad para adaptarse a los cambios del tablero político.

En LLA, la ministra encuentra un espacio donde, según sus cercanos, “se siente más libre”. Pero la pregunta persiste: ¿será este su último destino o un trampolín para nuevos saltos? Sin embargo el comportamiento político de Bullrich puede explicarse, aunque no justificarse, en la sobre actuación del converso, que ha traicionado su historia y sus ideas para pasarse a las filas del enemigo.

Análisis contextual:

La migración de Bullrich refleja una tendencia en la centroderecha argentina: la fuga de dirigentes hacia LLA, que capitaliza el desgaste de los partidos tradicionales. Mientras el PRO lucha por no convertirse en un satélite del macrismo y Mauricio Macri no perder el centro de la escena, el oficialismo apuesta a absorber sus bases. El 18 de mayo en la Ciudad y las legislativas de octubre serán termómetros de este nuevo mapa.

La historia sugiere que, en la política como en la vida, nunca hay finales definitivos, salvo la muerte.