Paro general: la CGT paraliza el país en rechazo al ajuste económico del Gobierno


La central obrera lanzó su tercera huelga nacional contra la gestión de Javier Milei. Reclaman paritarias libres, aumentos para jubilados, reactivación de la obra pública y un freno a la apertura económica. Trenes, subtes, vuelos y otros servicios esenciales se vieron afectados por una jornada de fuerte impacto.


La CGT encabezó un nuevo paro general en protesta por el ajuste del Gobierno nacional.

La medida, que se extiende por 24 horas, comenzó a la medianoche del jueves 10 de abril y representa la tercera huelga nacional contra la administración de Javier Milei desde su asunción. El reclamo se centra en la defensa del poder adquisitivo, el rechazo a las políticas de ajuste fiscal, y la exigencia de un modelo productivo que contenga a los sectores populares y a los trabajadores.

El paro cuenta con el apoyo de las dos Centrales de Trabajadores de la Argentina (CTA) y paralizó actividades en sectores clave como el transporte, la educación, la salud, los bancos, la obra pública y los puertos. Solo los colectivos urbanos, por imposición de una conciliación obligatoria dictada por la Secretaría de Trabajo, prestan servicio, aunque con largas demoras y una demanda saturada.

Una protesta contra la licuación de ingresos

“Lo único que le cierra a este modelo económico es la caída de los ingresos”, afirmó el cotitular de la CGT, Héctor Daer, durante la movilización al Congreso en la que la central obrera acompañó el reclamo de los jubilados. Según el dirigente, las condiciones sociales “comienzan a socavarse” y la crisis golpea con mayor crudeza a los sectores más vulnerables.

La convocatoria de la CGT no solo expresa el malestar por la pérdida del poder adquisitivo, sino también por la parálisis de la obra pública —que dejó miles de trabajadores en la calle— y la falta de una política clara para proteger la producción nacional frente a una apertura económica que, según los gremios, tiene efectos devastadores sobre la industria.

Los ejes del reclamo

Entre los puntos centrales que motivaron la medida se destacan:

  • Paritarias libres y homologadas, en un contexto donde el Gobierno intenta imponer techos salariales por debajo de la inflación.

  • Aumento de emergencia para jubilados, cuyo poder de compra se deterioró gravemente en los últimos meses.

  • Actualización del bono previsional de $70.000, en discusión en el Congreso.

  • Revisión de las asignaciones familiares, que quedaron desfasadas frente al avance de la inflación.

  • Defensa del aparato productivo nacional y de los puestos de trabajo frente a la apertura indiscriminada de las importaciones.

  • Reactivación de obras públicas que están paralizadas, muchas de ellas en etapas finales y vinculadas al acceso a la vivienda.

Servicios interrumpidos y fuerte impacto en el transporte

La medida de fuerza afectó con intensidad el funcionamiento de los medios de transporte. Todos los gremios ferroviarios adhirieron, por lo que los servicios de trenes fueron cancelados durante todo el día. Lo mismo ocurrió con los subterráneos de la Ciudad de Buenos Aires, paralizados por los metrodelegados.

En los aeropuertos, el impacto también fue alto: Aerolíneas Argentinas suspendió 258 vuelos, lo que afectó a más de 20.000 pasajeros. La operatividad general del sistema aéreo fue de apenas el 45%, debido a que la actividad fue declarada esencial y debe garantizar un servicio mínimo.

En tanto, el servicio de taxis funcionó de forma limitada, y la recolección de residuos estuvo suspendida en gran parte del país. Las estaciones de servicio operaron con atención parcial, y la actividad comercial se vio reducida por la baja disponibilidad de transporte y la adhesión de algunos gremios al paro.

Educación, salud y bancos

La Confederación de Trabajadores de la Educación (CTERA) y los gremios universitarios, como CONADU, se sumaron a la medida, lo que afectó las actividades en escuelas y universidades. En la Ciudad de Buenos Aires, las escuelas permanecieron abiertas, aunque con escasa asistencia docente, y se anunció el descuento del día no trabajado.

En salud, hospitales y centros médicos funcionaron con guardias mínimas, garantizando únicamente la atención de urgencias. El gremio bancario también adhirió al paro: las entidades no abrieron sus puertas y la única operatividad fue a través de plataformas digitales.

Un paro que marca un nuevo punto de tensión

El tercer paro general lanzado por la CGT durante la presidencia de Javier Milei refleja el creciente malestar social ante un modelo económico que, según denuncian los gremios, “solo cierra con hambre y desocupación”.

Con un Gobierno que insiste en sostener el rumbo del ajuste y un movimiento obrero decidido a confrontar, el escenario político y social se vuelve cada vez más tenso. El pulso entre el plan libertario y la resistencia sindical se acelera, en un país atravesado por la recesión, la inflación y la creciente desigualdad.