El saldo comercial del país sufrió un desplome del 82,3% en el primer bimestre del año en comparación con el mismo período del año anterior. La causa principal fue el fuerte aumento de las importaciones, impulsado por el atraso cambiario y la reactivación económica incipiente. En febrero, el superávit mensual se redujo a apenas USD 227 millones, mientras que en marzo el Banco Central ya acumuló ventas por mas de USD 900 millones en un contexto de incertidumbre financiera.
El impacto del atraso cambiario y la salida de capitales
El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) publicó el informe del Intercambio Comercial Argentino (ICA) correspondiente a febrero, revelando un incremento del 42,3% en las importaciones interanuales, en contraste con un crecimiento del 10,1% en las exportaciones. Este desbalance no solo afectó la balanza comercial, sino que también presionó las reservas del Banco Central. En solo cuatro jornadas de marzo, la entidad monetaria vendió USD 931 millones y las reservas cayeron en USD 1.057 millones, alcanzando un nuevo mínimo de USD 27.045 millones.
El fenómeno responde, en parte, a la reversión del «carry trade», una estrategia especulativa que había incentivado el ingreso de capitales financieros atraídos por las tasas de interés locales. La incertidumbre en torno a un nuevo acuerdo con el FMI y las dudas sobre la continuidad del «crawling peg» del 1% mensual desalentaron la permanencia de estos fondos en el país, acelerando la demanda de dólares en el mercado oficial.
El Congreso aprueba el DNU y busca destrabar el acuerdo con el FMI
En un intento de calmar la volatilidad financiera y garantizar el acceso a dólares frescos, el Gobierno logró acelerar el trámite legislativo para la aprobación del Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) que habilita negociaciones con el FMI. La aprobación en Diputados representa un paso clave hacia un eventual acuerdo, aunque aún persisten interrogantes sobre los montos de desembolso, la fecha de llegada de los fondos y las condiciones que impondrá el organismo internacional.
Reacción de los mercados y expectativas
Tras una jornada de turbulencia financiera el martes, el miércoles trajo cierto alivio. La Bolsa porteña repuntó un 4,5% en pesos (5,1% en dólares), los bonos soberanos recuperaron terreno y el riesgo país cayó 10 puntos hasta ubicarse en 777. En tanto, el dólar contado con liquidación (CCL) y el MEP retrocedieron 0,6% y 1%, respectivamente.
Sin embargo, el panorama aún es incierto. A pesar de la mejora en los mercados, la aprobación del DNU no disipó del todo las dudas. Los inversores y analistas esperan mayores precisiones sobre el contenido del acuerdo con el FMI, especialmente en lo que respecta a la continuidad del esquema cambiario. La expectativa de una modificación en la política del «crawling peg» generó un aumento en la demanda de divisas, lo que llevó al BCRA a continuar con fuertes intervenciones en el mercado cambiario.
En este contexto, el Gobierno enfrenta el desafío de estabilizar la economía mientras intenta sostener un frágil equilibrio entre las exigencias del FMI y la necesidad de evitar una mayor presión sobre el tipo de cambio y las reservas. La próxima publicación del balance cambiario del BCRA será clave para medir el impacto de estos desequilibrios y anticipar las medidas que podrían adoptarse en el corto plazo.