Fuerte repudio a Milei por su visita en secreto a Bahía Blanca tras la tragedia.


El presidente Javier Milei arribó a Bahía Blanca en la madrugada del miércoles, seis días después de la devastadora inundación que dejó al menos 16 muertos y grandes daños materiales. Su visita, rodeada de un extremo hermetismo y un fuerte operativo de seguridad, generó un masivo repudio entre los vecinos y damnificados, quienes lo acusaron de insensibilidad y desinterés.

La comitiva presidencial, integrada por su hermana y secretaria general Karina Milei, el jefe de Gabinete Guillermo Francos, la ministra de Seguridad Patricia Bullrich y el titular de Defensa Luis Petri, llegó en secreto y sin aviso previo. La primera actividad del mandatario fue un encuentro con el intendente Federico Susbielles, tras el cual inició un recorrido en camionetas blindadas, escoltado por un imponente despliegue de custodia.

Descontento en Bahía Blanca: Milei visitó la ciudad y los vecinos le exigieron respuestas tras el temporal

La falta de empatía y respuestas concretas del gobierno nacional desataron una ola de indignación en la ciudad. Durante los días previos, Milei había descartado visitar la zona, argumentando que no quería «buscar una foto», aunque fuentes oficiales admitieron que temía escraches como los sufridos por Bullrich y Petri cuando viajaron en los primeros días del desastre. La presión pública, sumada a las críticas de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, que lo tildó de «insensible», lo obligaron a cambiar de postura.

Un operativo blindado y nulo contacto con las víctimas

A diferencia de otras visitas institucionales, la presencia de Milei en Bahía Blanca se mantuvo en estricto secreto, sin convocatoria a la prensa ni interacciones con los damnificados. Su agenda incluyó una visita a una planta potabilizadora y la posibilidad de recorrer zonas donde el Ejército asiste a la población, pero en ningún momento se confirmó si ingresaría a los barrios más afectados por el temporal.


La visita fugaz y hermética de Milei solo profundizó el enojo de la población, que siente que una vez más el Estado nacional los deja solos frente a la tragedia.


Para los vecinos, la actitud del presidente fue una confirmación más del desinterés del gobierno nacional ante las catástrofes. «Vino a escondidas, con custodia como si estuviera en territorio enemigo. No tuvo el valor de enfrentar a la gente que lo necesita», criticó un comerciante de la zona inundada.

Promesas vacías y antecedentes que alimentan la desconfianza

El malestar en Bahía Blanca también responde a la falta de respuestas concretas en tragedias anteriores. En diciembre pasado, cuando un tornado destrozó parte de la ciudad, Milei recomendó a los afectados que «se arreglaran con sus propios recursos». Meses después, su paso por Córdoba en medio de los incendios dejó otra imagen de desinterés: llegó, pero no bajó del avión para saludar a los bomberos que lo esperaban.

Hasta el momento, la asistencia financiera del gobierno nacional se limita a un giro de $10.000 millones, una cifra muy por debajo de los $400.000 millones estimados por el gobernador Axel Kicillof y el intendente Susbielles como necesarios para la reconstrucción.

Un viaje que no despeja dudas

La presencia de Milei en Bahía Blanca llega tarde y sin anuncios significativos, lo que refuerza la percepción de que su prioridad fue controlar la imagen política más que brindar soluciones concretas. Mientras tanto, la comunidad afectada sigue esperando respuestas y recursos suficientes para la reconstrucción.