Con Mauricio Macri debilitado y sin liderazgo claro, el Pro enfrenta divisiones internas, estrategias descoordinadas y el avance de La Libertad Avanza, dejando en vilo su supervivencia política tanto en la provincia de Buenos Aires como en la CABA.
Con un Mauricio Macri dubitativo y sin capacidad de reacción, el Pro afronta su hora más decisiva: la de la supervivencia. Ante la disolución del liderazgo del expresidente, otros actores destacados, como Diego Santilli, Jorge Macri y Horacio Rodríguez Larreta intentan definir sus estrategias, aunque la discordancia entre los caminos elegidos podría potenciar la catástrofe partidaria.
Diego Santilli es, sin dudas, la figura asociada al Pro con más peso dentro de la provincia de Buenos Aires. Su objetivo es claro: postularse a la gobernación bonaerense en 2027, pero por ahora esto sólo expresa un exceso de optimismo. Su alianza con Horacio Rodríguez Larreta durante la última campaña electoral afectó su capital político, trabajosamente acumulado en la etapa previa, y aunque viene tratando de diferenciarse del exjefe de Gobierno porteño esto no le aportó rédito político alguno. Su relación con La Libertad Avanza es viscosa: mantiene diálogos con Karina Milei, con Martín Menem y con Santiago Caputo, pero no se decide a dar el salto al oficialismo ya que sabe que esto implicaría resignar sus aspiraciones políticas, pero también sabe que para el Pro sería suicida no llegar a una alianza con el gobierno en la provincia de Buenos Aires, ya que esto decretaría prácticamente la victoria de Unión por la Patricia y, seguramente también -sobre todo en el caso de que no haya desdoblamiento del cronograma- una comprobación de que el partido amarillo apenas mediría por encima de la izquierda en los próximos comicios. Su plan consiste en tratar de cerrar un acuerdo en los mejores términos posibles en la provincia, o bien arriesgarse a quedar fuera de las listas para preservarse como candidato de la derecha para las generales de 2027, para el caso de que al gobierno las cosas le vayan mal en la segunda mitad de su mandato.
Jorge Macri, por su parte, celebra haber recuperado la iniciativa política, con el desdoblamiento electoral y la aprobación del presupuesto 2025, pero camina sobre terreno pantanoso. Las posiciones adoptadas por su primo Mauricio, respaldando las iniciativas del gobierno nacional en el Congreso, incluso las más resistidas por la sociedad, no le significaron beneficios de importancia para las arcas de la CABA, ni tampoco una reciprocidad en el apoyo de LLA en la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Muy por el contrario, LLA no ha cesado de tratar de “comerle la ciudad”. Para peor, la debilidad manifiesta de Mauricio Macri le ha restado cohesión dentro de la propia legislatura, donde no pocos representantes están dispuestos a dar el salto a LLA.
Por si esto fuera poco, la reaparición de Horacio Rodríguez Larreta, y su disposición a postularse en las próximas elecciones legislativas, con un discurso crítico a la actual administración porteña, podría ralear aún más sus filas. El exjefe de Gobierno mantiene pésima relación con el actual. En los próximos días el exvicejefe porteño y actual legislador de la Ciudad, Emmanuel Ferrario, aparecerá en un evento con el exministro de Cultura, Pablo Avelluto, la senadora nacional Guadalupe Tagliaferri y su compañero de banca, Claudio Romero, con el aval de Larreta. El objetivo es claro: presentar la imagen de “equipo” con “experiencia de gestión”, opuesta a la insulsa tarea que se le atribuye a la actual.
El escenario abre múltiples interrogantes difíciles de develar por ahora. Y a esto aún hay que sumarle la presencia siempre inquietante de Mauricio Macri, quien se ha convertido en un salvavidas de plomo para el Pro y para quienes pretenden mantenerlo con vida. (www.REALPOLITIK.com.ar)

por: Alberto Lettieri