Nicolás Maduro asumió formalmente su tercer mandato presidencial en Venezuela, tras obtener la victoria en las elecciones de julio de 2024. La ceremonia, que tuvo lugar en la Asamblea Nacional, estuvo rodeada de un ambiente de incertidumbre y movilizaciones tanto oficialistas como opositoras, reflejando la profunda polarización que atraviesa el país.
Un acto marcado por la diplomacia y la confrontación interna
La investidura de Maduro contó con la presencia de altos representantes internacionales, incluidos líderes de Cuba, Bolivia, Nicaragua, México e Irán, así como más de 100 delegaciones diplomáticas. Sin embargo, el foco también estuvo en las movilizaciones opositoras que, aunque menos multitudinarias de lo esperado, fueron centro de polémica por la denuncia de una supuesta detención de la dirigente María Corina Machado.
Machado, considerada una de las principales líderes de la ultraderecha venezolana, negó posteriormente haber sido detenida, calificando el hecho como parte de una estrategia represiva. Desde el gobierno, funcionarios como la vicepresidenta Delcy Rodríguez y el canciller Yván Gil desestimaron las acusaciones, calificándolas como un «show» y una “operación de falsa bandera”.
La sombra de un nuevo «gobierno paralelo»
En medio de estas tensiones, resurgió el fantasma de un “gobierno paralelo”, estrategia ya utilizada por la oposición en 2019 con Juan Guaidó. Edmundo González Urrutia, excandidato opositor y asilado político en España, expresó su intención de asumir como presidente desde el extranjero, aunque no detalló cómo planea hacerlo.
El gobierno venezolano respondió con medidas preventivas, incluido el cierre temporal de la frontera con Colombia, argumentando la existencia de una “conspiración internacional” para desestabilizar el país durante la toma de posesión.
Desafíos internos y geopolíticos
Con el 51.2% de los votos, Maduro inicia este nuevo período en un contexto de desafíos internos, como la profunda crisis económica y las tensiones sociales, y de presiones internacionales, especialmente por parte de sectores que desconocen los resultados electorales.
Por su parte, Carlos Raimundi, exembajador argentino en la OEA, destacó que la coyuntura venezolana debe entenderse en el marco de la disputa geopolítica global, subrayando el impacto de las dinámicas internacionales en el escenario interno del país.
El mensaje de Machado y las próximas semanas
María Corina Machado, quien afirmó encontrarse “en un lugar seguro”, anticipó que este viernes ofrecerá detalles sobre lo ocurrido y delineará sus próximos pasos. Su mensaje en redes sociales apuntó a reforzar la narrativa de resistencia frente al gobierno de Maduro, mientras se mantiene la atención sobre los posibles movimientos de la oposición en las semanas venideras.
El inicio de este nuevo mandato de Maduro reafirma las divisiones en Venezuela, con un gobierno consolidado en el poder y una oposición que continúa buscando estrategias para retomar protagonismo en un escenario político altamente polarizado.