Guerra abierta en el gobierno por la expulsión de Kueider

El caso del senador peronista Edgardo Kueider, detenido en Paraguay con más de 200 mil dólares sin declarar, ha generado un fuerte conflicto político dentro del Gobierno de Javier Milei.

 


Mientras la Casa Rosada centra sus críticas en Victoria Villarruel, Vicepresidenta de la Nación, también decide no pedir la nulidad de la sesión en el Senado que llevó a la expulsión del legislador, dejando abiertas las interrogantes sobre la legalidad del procedimiento.

Tensiones entre la Casa Rosada y Villarruel

La expulsión de Kueider se produjo durante una sesión del Senado presidida por Villarruel, mientras el presidente Milei estaba de viaje en Italia. Este hecho desató una ola de críticas por parte del Ejecutivo, que cuestionó la legitimidad de la acción. Desde la Casa Rosada señalan que Villarruel no debió haber encabezado la sesión mientras ocupaba el cargo de presidenta interina de la Nación, ya que esto vulnera la división de poderes.

En una entrevista con Luis Majul, Milei expresó su molestia: “En el momento en que salgo de viaje, se produce la acefalía, y la Vicepresidenta asume interinamente el Ejecutivo. Si preside el Senado, está actuando en el Legislativo, lo que viola la independencia entre poderes”. A pesar de sus críticas, el mandatario decidió no solicitar formalmente la nulidad de la sesión.

Estrategia de críticas públicas

Aunque no se pedirá la nulidad, el Gobierno busca desgastar políticamente a Villarruel a través de cuestionamientos públicos. La decisión de no tomar medidas legales responde al riesgo de admitir un error administrativo que podría debilitar la imagen del oficialismo ante la opinión pública.

Ficha Limpia y los desacuerdos internos

Otro tema que pone en evidencia las fisuras dentro del oficialismo es el fracaso del proyecto de ley Ficha Limpia en la Cámara de Diputados. Milei calificó como “un error infantil” la falta de apoyo de algunos legisladores oficialistas y aseguró que, incluso con todos sus votos, el proyecto no habría prosperado. El mandatario prometió trabajar en una nueva versión del proyecto para buscar mayores consensos.

Repercusiones en la coalición gobernante

Las tensiones también alcanzaron a otros actores clave de la coalición. Patricia Bullrich, ministra de Seguridad, ha lanzado señales de distanciamiento hacia el PRO mientras refuerza su vinculación con La Libertad Avanza. A pesar de los roces, Milei reiteró su apoyo a Bullrich y destacó los logros de su gestión en seguridad.

El ajuste como bandera

En medio de estas disputas, el presidente reafirmó su compromiso con reformas estructurales, como la eliminación de las jubilaciones de privilegio. “No deberían existir”, sentenció, haciendo referencia a medidas similares tomadas con la jubilación de Cristina Kirchner. Para Milei, estos ajustes son indispensables para transformar la política y sanear las finanzas del país.

Un gobierno en tensión constante

La expulsión de Kueider y los conflictos internos reflejan las crecientes tensiones en el Gobierno libertario. Mientras Milei intenta consolidar su gestión, las diferencias entre sus principales figuras y la falta de consenso político continúan complicando el avance de su agenda. La forma en que se resuelvan estos desacuerdos será crucial para definir el rumbo del oficialismo en los próximos meses.