En su debut como presidenta del PJ Nacional, Cristina Kirchner encabezó un acto en Santiago del Estero, en el marco del Día de la Militancia Peronista. Aprovechó la ocasión para destacar el éxito del Frente Cívico y Social en la provincia, pero también lanzó críticas hacia aquellos que, según ella, fueron desagradecidos.
Un agradecimiento con recado incluido
Cristina comenzó su discurso explicando por qué eligió Santiago del Estero para este evento. «Un periodista me preguntó por qué vine a Santiago. Y me salió del corazón decirles: vengo a Santiago porque los quiero mucho. También vengo a darles las gracias. Porque Santiago del Estero acompañó más que nadie a nuestras propuestas, y es de bien nacido, como decía mi abuela, ser agradecido», dijo, en una referencia clara a aquellos dirigentes que se han alejado de su órbita política.
Un modelo exitoso en Santiago del Estero
La expresidenta destacó el modelo político que ha funcionado en Santiago del Estero bajo la conducción del gobernador Gerardo Zamora, de origen radical, quien logró una alianza exitosa con sectores peronistas y otros espacios progresistas durante más de veinte años. Cristina comparó este éxito con su propio intento en 2007 de construir una coalición a nivel nacional que uniera a los dos grandes partidos, el peronista y el radical, una iniciativa que fracasó con el voto negativo de Julio Cobos en la crisis de la 125.
«Santiago del Estero es un modelo de construcción política», afirmó. «Nosotros lo intentamos a nivel nacional, pero no funcionó. Sin embargo, aquí en la provincia, sí lo lograron».
Llamado a la unidad más allá del peronismo
En su discurso, Cristina hizo un llamado a ampliar el movimiento peronista para incluir no solo a peronistas tradicionales, sino también a militantes sociales, dirigentes comunitarios, miembros de iglesias y hasta empresarios con una visión de desarrollo regional. «Tenemos que ser amplios y convencer a todos de que, desde lo individual, nadie se salvará», afirmó.
Defensa personal y críticas a Milei
Cristina no perdió la oportunidad de recordar las persecuciones que, según ella, han sufrido los dirigentes peronistas a lo largo de la historia. En este contexto, se refirió a su condena en la causa Vialidad, afirmando que no se arrepiente de nada de lo que ha hecho y que está dispuesta a pagar el precio que le quieren imponer. «No me lo van a perdonar nunca, pero no me van a hacer arrepentir de nada de lo que hice», declaró.
La exmandataria también apuntó sus críticas contra Javier Milei, cuestionando su defensa del modelo agroexportador. «Esto nos quieren vender como exitoso? Ya lo vivimos y se agotó en 1930, antes de la llegada del peronismo», comentó. Según ella, las políticas de Milei, que buscan explotar materias primas como el gas, el petróleo y la minería, no generarán empleo ni desarrollo.
Cristina también comparó a Milei con el expresidente estadounidense Donald Trump, diferenciando las políticas proteccionistas de este último con el enfoque del líder libertario argentino. «Si alguno se cree que el presidente electo de Estados Unidos se parece a este, se equivoca. Este parece un payaso montado en un koala, una humillación para los argentinos», lanzó, en referencia al estilo que considera ridículo de Milei.
Balance final: entre la reconciliación y el reproche
El discurso de Cristina Kirchner en Santiago del Estero tuvo un tono de reconciliación, pero también dejó claro que no olvida a quienes, en su opinión, traicionaron la causa peronista. Su llamado a la unidad fue firme, pero no estuvo exento de críticas y reproches hacia aquellos que se alejaron del movimiento, lo que revela la tensión interna que persiste en el peronismo mientras enfrenta el desafío de reorganizarse en un nuevo contexto político nacional.
