Milei en la CPAC: una «alianza de naciones» para proteger un legado occidental en crisis


El presidente argentino, Javier Milei, aprovechó la cumbre conservadora CPAC en Mar-a-Lago, Florida, para proponer la creación de una «alianza de naciones libres» que custodien lo que él denomina «el legado de Occidente».

 


En su discurso, delineó un bloque inicial compuesto por Estados Unidos, Argentina, Italia e Israel, una selección que refleja su visión conservadora y sus apuestas geopolíticas. Sin embargo, la propuesta, cargada de nostalgia por un Occidente idealizado, también ha despertado críticas y dudas sobre su viabilidad y sus verdaderas intenciones. Tal es así que fue cortado bruscamente por parte de los organizadores , desairando al presidente argentino.

Un bloque selecto para restaurar el poder occidental

En su intervención, Milei llamó a los países que, según él, defienden la libertad, a unirse contra lo que considera las amenazas de una “barbarie” creciente. Su propuesta busca establecer lazos no solo políticos, sino también comerciales, culturales, diplomáticos y militares. Para Milei, la CPAC, un foro de la derecha conservadora, debe jugar un papel crucial en la articulación de esta alianza. Pero la idea de este bloque plantea preguntas sobre su real alcance y objetivos, especialmente en un contexto global cada vez más complejo.

La fórmula de Milei: líderes conservadores al frente

La visión de Milei sobre esta alianza es clara: Estados Unidos, bajo la presidencia de Donald Trump, liderando el norte; Argentina, a la cabeza en el sur; Italia, con Georgia Meloni al mando, representando a la vieja Europa; e Israel, de Benjamín Netanyahu, como «centinela» en Oriente Medio. Pero esta selección, más que una coalición estratégica, parece diseñada para reunir a un grupo de líderes con una agenda ultraconservadora y contraria a la tendencia de inclusión y diversidad que ha ganado terreno en las últimas décadas. ¿Es realmente una alianza que busca la paz y la prosperidad global, o un intento de restaurar un orden mundial que ya no tiene cabida en la realidad contemporánea?

Un Occidente en peligro o una visión ideológica

Milei lleva meses alertando sobre el supuesto «peligro» que enfrenta Occidente, al que culpa del avance del «colectivismo» y de las ideas progresistas que, según él, amenazan los valores tradicionales. En su intervención en Davos, apenas iniciado su mandato, trazó un panorama sombrío sobre el estado actual de la civilización occidental. Ahora, propone una respuesta basada en una «liga de naciones conservadoras» dispuestas a librar una «batalla cultural» en defensa del capitalismo, la propiedad privada y las libertades individuales. Pero esta propuesta, más que una solución, parece un retroceso hacia un modelo que ya ha mostrado sus fallos en repetidas ocasiones.

¿Un bloque para la cooperación o una trinchera ideológica?

La insistencia en unificar a las naciones en defensa del «legado occidental» despierta dudas sobre la verdadera naturaleza de esta alianza. ¿Se trata de una coalición que busca la cooperación internacional y la paz, o de una trinchera para resistir los cambios sociales y culturales que están redefiniendo el mundo? La apelación a los «valores de Occidente» oculta, en muchos casos, una agenda marcada por la exclusión, la desigualdad y la resistencia a la diversidad y la justicia social. Para algunos críticos, la propuesta de Milei suena más a un ejercicio de nostalgia por un pasado idealizado que a un plan realista para el futuro.

El riesgo de un liderazgo argentino polarizante

La apuesta de Milei por posicionar a Argentina como líder en este bloque conservador también es una declaración sobre su enfoque de la política exterior. En su discurso, insistió en que Argentina tiene las capacidades humanas y materiales para convertirse en «el país más libre del mundo» y liderar los «vientos de cambio». Sin embargo, su enfoque ideológico y polarizante despierta preocupación sobre el tipo de liderazgo que quiere imponer. La retórica de Milei, que busca encender pasiones en un electorado afín a sus ideas, podría aislar a Argentina en un escenario internacional donde la cooperación inclusiva y la adaptación a un mundo multipolar son cada vez más necesarias.

Invitaciones polémicas y la promesa de un nuevo “faro” occidental

Milei no perdió la oportunidad de invitar a líderes y empresarios conservadores a la próxima cumbre de la CPAC en Buenos Aires, convocándolos a ser testigos de lo que él describe como una «gran gesta» argentina. La lista de invitados —que incluye a figuras como Trump, J.D. Vance y Elon Musk— parece reforzar su intención de crear una narrativa épica sobre la supuesta lucha por la libertad. Sin embargo, este enfoque no parece contemplar la diversidad de voces y realidades que conforman el mundo actual, dejando fuera a aquellos que no comparten su visión monocromática de Occidente.

Un discurso cargado de nostalgia, ¿y de soluciones reales?

La propuesta de Javier Milei se enmarca en una retórica que evoca un pasado glorioso y uniforme de Occidente, pero no ofrece respuestas concretas a los problemas actuales. En un mundo enfrentado a desafíos como la crisis climática, la desigualdad económica y la migración masiva, su propuesta parece anclada en una visión anticuada, que ignora la complejidad y las interdependencias globales.

El llamado de Milei a formar una alianza que proteja el legado occidental plantea dudas no solo sobre la viabilidad de la iniciativa, sino también sobre su pertinencia en un contexto global que demanda soluciones innovadoras, cooperación genuina y un compromiso real con la diversidad y la justicia social. En lugar de un “faro” que ilumine al mundo, la propuesta de Milei parece más bien un intento por reavivar viejas sombras.

AM