Tecno-feudalismo nos invita a repensar el sistema en que vivimos, y a cuestionar el verdadero significado del capitalismo y la libertad en la era digital. Varoufakis expone un análisis agudo sobre el poder creciente de las plataformas tecnológicas y sus efectos en la economía y en la democracia, proponiendo alternativas que buscan frenar la concentración de poder en manos de unos pocos.
En Tecno-feudalismo, Yanis Varoufakis, exministro de finanzas griego y economista crítico, presenta una tesis provocadora: el capitalismo, como lo conocemos, ya no existe. En su lugar, según Varoufakis, estamos transitando hacia una nueva era de «tecno-feudalismo», donde el poder económico y político se concentra en las manos de una élite tecnológica global. A través de un análisis agudo, el autor cuestiona la noción de que seguimos viviendo bajo un capitalismo democrático y competitivo, señalando que el verdadero motor del sistema actual es el control monopolista de los datos y las plataformas digitales.
La muerte del capitalismo y el nacimiento del tecno-feudalismo
Para Varoufakis, el capitalismo ha evolucionado de una economía de mercado (donde se produce y se vende en base a la competencia) hacia una economía basada en el control de plataformas. En su visión, los grandes gigantes tecnológicos –como Amazon, Google y Meta– no solo generan productos, sino que han creado sistemas cerrados donde los usuarios, y en muchos casos los propios productores, están a merced de sus reglas y algoritmos.
El tecno-feudalismo, según Varoufakis, se caracteriza por la existencia de «señores feudales» que controlan plataformas digitales, convirtiéndose en propietarios de datos, usuarios y productores. Estos nuevos señores no se limitan a vender productos, sino que monopolizan los medios para que otros los produzcan y distribuyan en sus propios términos. Esto elimina la libertad económica, ya que las decisiones sobre qué productos o servicios se ofrecen, cómo se distribuyen, y a qué precio quedan controladas por un puñado de empresas.
Del capitalismo de vigilancia al feudalismo digital
Varoufakis profundiza en el concepto de «capitalismo de vigilancia», término acuñado por la académica Shoshana Zuboff, y argumenta que esta fase evolutiva se ha transformado en un sistema más extremo y anti-democrático. En el tecno-feudalismo, las plataformas no solo vigilan a los usuarios, sino que además modelan sus comportamientos y los condicionan para generar rentabilidad. Esto crea una simbiosis peligrosa, donde el consumidor ya no es el cliente de las plataformas sino el «producto», generando datos que se recolectan y monetizan en un ciclo cerrado.
En el contexto de la economía digital, los consumidores y trabajadores se vuelven dependientes de las plataformas. Si bien el capitalismo clásico exigía que los trabajadores vendieran su tiempo y esfuerzo a cambio de un salario, el tecno-feudalismo requiere que individuos y empresas cedan datos y acepten la supervisión constante de algoritmos, cambiando el equilibrio de poder en el mercado.
¿Qué implica el tecno-feudalismo para la democracia y la libertad?
Para Varoufakis, la tendencia hacia el tecno-feudalismo es peligrosa no solo a nivel económico, sino también para las bases democráticas de la sociedad. Cuando el poder se concentra en un puñado de empresas y sus ejecutivos, se reducen las oportunidades de competencia y de elección. Los usuarios pierden poder de decisión sobre sus datos, y la economía misma se vuelve menos competitiva.
Además, estas plataformas no solo dominan el mercado, sino que también ejercen un rol decisivo en los procesos políticos. Las redes sociales y otras plataformas digitales poseen el poder de influenciar la opinión pública y moldear la narrativa política a través de algoritmos que maximizan la rentabilidad. Esto representa una amenaza real para la democracia, ya que los gobiernos y los ciudadanos se vuelven cada vez más dependientes de estos actores.
La propuesta de Varoufakis: alternativas al tecno-feudalismo
A través de su análisis, Varoufakis aboga por la necesidad urgente de alternativas. Sostiene que la creación de plataformas digitales democráticas y descentralizadas es fundamental para recuperar el poder de los usuarios y trabajadores. Propone un sistema económico donde los datos y las plataformas se gestionen de forma pública y colaborativa, permitiendo una verdadera libertad de elección en la economía digital.
Varoufakis también defiende un replanteamiento de la renta básica universal, financiada a través de un impuesto a los datos y al uso de algoritmos. De esta forma, se intentaría redistribuir la riqueza generada por estas plataformas entre todos los usuarios, reduciendo la dependencia de los monopolios y fomentando la participación ciudadana en el ecosistema digital.
AM