Los valiosos aportes de prestigiosos integrantes del Sistema Universitario Argentino han señalado históricamente los niveles de evasión y fuga de capitales provenientes tanto de la actividad agropecuaria como minera que a su vez son funcionales a un mecanismo financiero local que es legitimado aun por la vigencia de la Ley de Entidades Financieras que data de la Dictadura Cívico/Militar y que ningún Gobierno desde el retorno de la Democracia se atrevió a derogar.
Para poder dimensionar el fenómeno una de las ultimas investigaciones realizadas por el Geógrafo Luis Yanes para el caso agropecuario y al comparar las Cartas de Porte con las Declaraciones Juradas detecto que para los años entre 2019 y 2023 el importe perdido por el Fisco fue de unos 230.000 mil millones de dólares siendo un calculo moderado pues en evolución de 20 años para atrás el numero es muchos mas superior.
La posibilidad de recuperar dichos tributos requiere una reformulación del sistema legal del Comercio Exterior, agudizar los mecanismos de fiscalización de los distintos entes tributarios y de las fuerzas de seguridad intervinientes.
Si los cálculos promedio indican que la deuda externa argentina ronda unos 500.000 mil millones de dólares poder captar una gran parte de dichos recursos y plantear una renegociación de los compromisos externos con un plan de pagos de mediano plazo enfatizando la necesidad de evitar presiones políticas y económicas por parte de los actores nacionales e internacionales que efectúan dicho delito posiblemente vía los mismos organismos internacionales que serán los receptores de los fondos, estaríamos en presencia no solo de generar una cancelación de la deuda sino de contar en el tiempo de una progresiva libertad presupuestaria que hasta podría disminuir paulatinamente las llamadas retenciones lo que empujaría a una mayor producción y exportación y por ende a una mayor recaudación.
La reciente historia financiera de la Argentina ha dado como fruto actual el cierre en el acceso internacional en el mercado de capitales lo que limita la posibilidad de tomar fondos frescos externamente por lo cual debe agudizar su ingenio sobre su propia macroeconomía que en los últimos gobiernos fue financiada por el mismo mecanismo de endeudamiento o con la emisión monetaria bajo prácticamente ningún respaldo. Parecería ser que estos dos últimos procedimientos son los únicos que el ingenio » economista » puede generar.
A ciencia cierta ante el Gobierno del Presidente Milei no se tiene un registro claro y genuino de la situación y de los indicadores económicos pues para la mayoría de la población existe una marcada distancia entre el discurso oficial y la realidad cotidiana y en particular por el insólito valor al que se sostiene el dólar blue y de su posible sostenimiento real en el tiempo.
Una verdadera apreciación sobre dicho valor debería indicar que su fluctuación debería ser entre los 2000 y 2500 pesos pero pareciera ser que el Gobierno tensara hasta el final de su haber de dólares o de una situación repentina que obligue nuevamente a llamado de una nueva Asamblea Legislativa.
La moneda esta en el aire –
Ezequiel Beer
Geógrafo UBA