¿Y si sale bien? Flaco… por Martín Epstein*


Hay un fenómeno económico de índole social que fue siempre bien característico de los ciclos de valorización financiera: con un dólar barato, los consumos importados y el turismo emisivo se masifican en los sectores medios.

 


La contrapartida es el encarecimiento de las condiciones de vida medido en dólares, lo que trae como resultado un deterioro fuerte para la producción industrial y el sector turismo..

Nos acercamos al primer año del experimento liberal libertario que conduce Javier Milei en nuestro país. Hace tiempo, desde las usinas oficialistas que suelen expresarse en redes sociales, se quiere instalar que esta vez es diferente, que las condiciones son otras, y que el ímpetu del presidente es la garantía de un cambio profundo que traerá buenos resultados. Todo eso se sintetiza, en ámbitos en que la brevedad y los mensajes pegadizos imperan en una pregunta: ¿Y si sale bien?

Claro, varias experiencias similares antecedieron al programa social y económico actual, y por obvias razones, los resultados no fueron ni los esperados ni positivos para las grandes mayorías. Se intentó en dictadura bajo el liderazgo económico de Martínez de Hoz, se replicó durante la larga década del 90 menemismo mediante, se reedito más cerca en la historia durante el gobierno de Macri. En todos los casos, los indicadores sociales con los terminó cada ciclo fueron peores a los que había al inicio. Las tres experiencias tuvieron ministros de economía eyectados del cargo por inconsistencias del programa que implementaron. En las salidas, el incremento de la deuda externa hizo que los gobiernos posteriores sufrieran restricciones de dólares, constantes corridas cambiarias e inestabilidades.

Pero hay un fenómeno económico de índole social que fue siempre bien característico de los ciclos de valorización financiera: con un dólar barato, los consumos importados y el turismo emisivo se masifican en los sectores medios. La contrapartida es el encarecimiento de las condiciones de vida medido en dólares, lo que trae como resultado un deterioro fuerte para la producción industrial y el sector turismo.

Estrenada en 1982, “Plata Dulce” pareciera ser una película atemporal, ya que describe la dinámica de financiarización de la Argentina en el autodenominado Proceso de Reorganización Nacional, pero bien podría ser la historia de los demás momentos ya mencionados. Hacia el remate, brillante Federico Luppi quedó grabado en la memoria social con su memorable “Arteche y la puta madre que te parió!”, el emblemático insulto de un empresario que se dejó llevar por la tentación de la plata fácil.

Desde esta columna venimos alertando sobre los riesgos del programa económico del autopercibido académico. Un par de ejemplos alcanzan, de momento, para dar cuenta de los peligros hacia los que nos estamos conduciendo. Hoy es económicamente más conveniente proyectar vacaciones en el exterior que en nuestro país. Se estima que la cuenta turística será tras esta temporada negativa por más de 2.500 millones de dólares. No es culpa de los empresarios del rubro, ni responsabilidad de quienes verán un magro resultado durante el verano.  Es resultado del proceso de encarecimiento en dólares iniciado en enero de este año.

Por otro lado, en la última semana se conocieron los precios de los nuevos modelos de celulares de Apple. Un iPhone 16 cuesta, en Estados Unidos 799 dólares, mientras que el mismo modelo se ofrece en nuestro país por $ 4.599.999, lo que representa unos 4.259 dólares, 5 veces más caro. Puesto de otro modo, por el mismo costo del celular en Buenos Aires, se puede pagar un pasaje ida y vuelta a Miami (927 dólares), una noche de hotel 3 estrellas con desayuno (35 dólares), comprar 4 unidades del iPhone 16 y regresar con 100 dólares de resto.

La vuelta del ‘deme dos’ debería ser una señal de alerta, pero lamentablemente la historia no es muy esperanzadora respecto a esas advertencias. Porque nunca salió bien, y porque todo lo que se observa es una repetición de aquello, es peligroso imaginar que en lugar de explotar la burbuja, esta vez será diferente.

*Politólogo y Analista Económico del Centro de Economía Política Argentina (CEPA)