Un dólar barato: ¿oportunidad o bomba de tiempo para la economía argentina?


El Gobierno celebra la caída del dólar blue a $1.115, con una brecha del 15% respecto al dólar oficial, la más baja en cinco años. Sin embargo, en el ámbito económico, surgen dudas sobre la sostenibilidad de esta apreciación del peso.


A pesar de los esfuerzos para controlar el tipo de cambio y frenar la volatilidad, el panorama plantea serias advertencias sobre el impacto a mediano y largo plazo.

Dani Rodrik, destacado economista de Harvard recientemente distinguido como doctor honoris causa por la Universidad de Buenos Aires, es uno de los expertos que advierte sobre los riesgos de la sobrevaluación de la moneda en países en desarrollo, una tendencia que históricamente ha perjudicado a la Argentina. Según su investigación, una moneda subvaluada estimula el crecimiento económico, mientras que una sobrevalorada, como la que actualmente enfrenta el peso argentino, podría obstaculizar el desarrollo.

Rodrik argumenta que la sobrevaluación de una moneda no solo afecta la estabilidad macroeconómica, sino que también produce problemas como déficit en la balanza de pagos, corrupción y escasez de divisas, todos factores que deterioran la economía de un país emergente. En sus estudios, el economista muestra cómo países como China e India lograron tasas de crecimiento sostenidas gracias a una moneda subvaluada, que incentivó las exportaciones y promovió la industrialización.

En el caso argentino, los ciclos de apreciación del peso en gobiernos anteriores han demostrado ser insostenibles. Desde la década de los noventa hasta las últimas administraciones, esta estrategia ha resultado en «veranitos» económicos que se desvanecen rápidamente, dejando tras de sí crisis de balanza de pagos y ajustes drásticos. La actual estabilidad cambiaria podría parecer positiva a corto plazo, pero de acuerdo con Rodrik, el efecto a largo plazo podría ser perjudicial si no se toman medidas estructurales.

El experto plantea que una moneda subvaluada no solo facilita las exportaciones al hacer que los bienes sean más competitivos, sino que además incentiva a los productores a innovar y abrir nuevos mercados. Esto, a su vez, contribuye a una diversificación de la economía que es crucial para el crecimiento sostenido. A diferencia de las economías avanzadas, los países en desarrollo dependen en gran medida de esta estrategia para superar las limitaciones estructurales y generar empleos de calidad.

Algunos en el ámbito económico proponen que el Gobierno enfoque sus políticas en evitar que el peso se sobrevalúe. La experiencia de otros países asiáticos y de Latinoamérica ha demostrado que una depreciación controlada puede ayudar a una economía a crecer de manera sostenida, sin necesidad de recurrir a ajustes drásticos.

La evidencia parece clara: un dólar barato puede ser tentador, pero también una amenaza latente. Para asegurar un crecimiento económico sólido, las políticas deben ir más allá del tipo de cambio e incluir estrategias que promuevan la industria y las exportaciones de forma estable.