Ginés González García, un nombre icónico en la salud pública argentina, dejó huellas profundas. Se enfrentó tanto con la Iglesia como con los grandes laboratorios farmacéuticos.
Fue pionero en la defensa del aborto y la distribución de preservativos, mucho antes de que estos temas adquirieran relevancia en la agenda pública. Tres veces ministro de Salud, es recordado como uno de los grandes sanitaristas del país, aunque su trayectoria concluyó en medio de controversias.
En 2005, el obispo Antonio Baseotto pidió públicamente que «se lo tirara al mar», en referencia a Ginés, debido a su defensa del uso de preservativos y su postura a favor de la despenalización del aborto. Las tensiones no solo surgieron con sectores religiosos, sino también con los gigantes farmacéuticos, debido a su impulso del Plan Remediar y la Ley de Medicamentos Genéricos en un contexto económico y social extremadamente complejo en 2002. A pesar de estos enfrentamientos, su contribución a la sanidad lo posiciona entre las figuras más relevantes del sector, comparable con Ramón Carrillo.
Nacido en 1945 en San Nicolás de los Arroyos, provincia de Buenos Aires, Ginés González García se graduó como cirujano en la Universidad Nacional de Córdoba. Se especializó en políticas sanitarias y administración de la salud en diversas instituciones como la Universidad de Buenos Aires (UBA) y la Universidad de Lomas de Zamora. En sus últimos años, antes de fallecer a los 79, fue un crítico de las políticas de salud del libertario Javier Milei, resaltando el peligro de un mercado de salud desregulado.
Su trayectoria política comenzó en el seno del peronismo, donde desempeñó un papel clave asesorando sobre salud a finales de los 80. En 2002, durante el turbulento período post-crisis, fue designado ministro de Salud por el presidente Eduardo Duhalde. En medio de una Argentina golpeada, lanzó el Plan Remediar, que proveyó medicamentos gratuitos a millones de personas, y promovió la Ley de Medicamentos Genéricos, que permitía el acceso a drogas más económicas, desafiando a las grandes marcas farmacéuticas.
Ratificado como ministro por Néstor Kirchner en 2003, durante su gestión la mortalidad infantil se redujo notablemente y se implementaron campañas contra el tabaquismo y las enfermedades de transmisión sexual. Su defensa de los preservativos y de la educación sexual integral, en un contexto de resistencia eclesiástica, fue una de las marcas de su gestión.
En el ámbito académico, fue fundador de la Universidad Isalud en 1991, un espacio que formó a generaciones de profesionales en la salud pública. En 2019, fue honrado con el título de Doctor Honoris Causa por la Universidad de Buenos Aires, en reconocimiento a su labor incansable en el sector sanitario.
No obstante, su retorno al Ministerio de Salud bajo el gobierno de Alberto Fernández en 2019 coincidió con la irrupción de la pandemia de COVID-19. Ginés destacó el éxito de Argentina en evitar la crisis sanitaria que vivieron otros países, mencionando la amplia disponibilidad de respiradores y vacunas. Sin embargo, su carrera política se vio manchada por el escándalo del «vacunatorio VIP», donde fue acusado de otorgar vacunas contra el COVID-19 a personas de su entorno. Aunque González García defendió su accionar, el episodio empañó sus logros en salud pública.
Al conocerse su fallecimiento, el actual ministro de Salud bonaerense, Nicolás Kreplak, lo describió como “un gran sanitarista y padre de una generación de cuadros de gestión y salud”, recordando su impacto transformador a pesar de las controversias que marcaron el final de su vida pública.