Axel va a liderar un espacio político”, dicen en su entorno. Lo más posible es que la idea de la división se ejecute en las listas bonaerenses. Es decir, en las ocho secciones electorales y en todos los municipios. Dos listas kirchneristas. Dos opciones para dirimir poder.
La división en el kirchnerismo se hace cada vez más evidente. Con el paso de los días, las diferencias entre Cristina Kirchner y Axel Kicillof se vuelven más explícitas, reflejando una lucha interna por el liderazgo del peronismo. Mientras Cristina intenta posicionarse como la figura central que ordena al partido, Kicillof adopta gestos de independencia que sugieren un límite a su influencia.
El gobernador bonaerense ha optado por el silencio como herramienta política, evitando declaraciones que pudieran interpretarse como una rendición ante las presiones de La Cámpora, el grupo político que respalda a la ex presidenta. Este enfoque se traduce en cuatro señales claras de diferenciación: su resistencia a la presión de Máximo Kirchner para postularse a la presidencia, la defensa de Verónica Magario como candidata a vicegobernadora, la falta de apoyo explícito a la candidatura de Cristina al PJ y la organización de un acto propio por el Día de la Lealtad, donde será el único orador.
“Hay que medir sus gestos y frente a quién se hacen”, reflexionó un dirigente cercano a Kicillof, subrayando el desafío que implica diferenciarse de una figura tan potente como Cristina. La discusión central gira en torno al método para definir la estrategia electoral y el rol que debería ocupar Kicillof en este proceso, especialmente considerando que es uno de los pocos gobernadores que ha logrado ser reelecto.
Desde su entorno, expresan que “la unidad se convirtió en un sometimiento”, donde los intereses de La Cámpora y los aliados cercanos a Cristina predominan en el armado de listas. “Perdimos seis de las últimas ocho elecciones. El método tiene que cambiar”, afirman, demandando mayor transparencia en las decisiones políticas.
De cara al próximo año electoral, según su entorno, Kicillof planea trabajar en la creación de listas paralelas a las de La Cámpora, con el objetivo de establecer un esquema donde su influencia sea palpable. “Axel va a liderar un espacio político”, aseguran sus allegados, anticipando una posible fractura en las listas bonaerenses.
Con estas dinámicas en juego, la lucha por el control del peronismo se intensifica, dejando claro que la unidad del kirchnerismo está lejos de ser un hecho consumado.