«Con Cristina, pero sin Máximo»: el dilema de Kicillof que amenaza al peronismo


Uno de los temas que aún no supo resolver es sobre la Dirección de Acción Social que conduce Norberto Di Próspero, a pesar que sabe muy bien de las dificultades que tiene el secretario general del gremio del personal legislativo, APL, sobre sus espaldas. Al igual que Pablo Moyano, Pablo Biró, y un centenar de gremialistas apuntados por la Casa Rosada, saben de las dificultades que tendrá Di Próspero en caso que alguien disponga hacer una inspección pormenorizada de sus cuentas.

«Con Cristina pero sin Máximo»: el dilema de Kicillof que amenaza al peronismo

Sus excéntricas salidas al exterior o las interminables jornadas por Puerto Madero son motivo de altísima preocupación por parte de sus compañeros de conducción quienes no saben más cómo alertarlo de los problemas que su anarquía pueden provocar. Un importante referente de «la casa» puso este tema dentro de un combo de ejemplos donde observan coincidencias entre la vice y el presidente Javier Milei.

«Ella es amable, se hace la firme, pero de administración y política tiene las mismas limitaciones que «el peluca», reveló la fuente, que tiene mucho temor que se deje llevar por los cantos de sirena que le susurran desde los sectores más rancios del peronismo, que la consideran, directamente, «una compañera».

Este es el nivel de desconcierto que padece el principal partido opositor y del cual hablaron esta semana, en una nueva cena, Sergio Massa y Cristina Fernández de Kirchner, en la que analizaron mucho de la actualidad nacional pero poco, comparado con lo que le dedicaron al país, en la interna de su propio espacio. Las relaciones no están para que se digan demasiado importante, quizás, porque se conocen demasiado.

«Con Cristina pero sin Máximo»: el dilema de Kicillof que amenaza al peronismo

Todo se da en medio de la crecida hasta niveles desconocidos de la pelea entre Axel Kicillof y Máximo Kirchner. El primero ya había recibido el reproche del segundo por intentar que el peronismo kirchnerista empezara a tocar una «nueva canción», abandonando aquella que «sabemos todos».

Desde ese momento, justo un año atrás, hasta hoy, todo fue para peor entre los dos hijos de Cristina Fernández de Kirchner. Uno, el político, y el otro, el biológico, que parece haber conseguido más que el otro en los últimos tiempos. Ha sido autorizado a firmar y hacer en representación de su madre, por eso el acto del club Atenas en La Plata.

«Axel debe entender dos cosas. Que nada es sin Cristina y que todo es con Máximo dentro de ese combo«, le dijo a El Cronista un representante genuino de La Cámpora. Sin decirlo, pretenden que el gobernador ceda los poderes para ser simplemente un representante formal del espacio en caso que llegue a ser candidato a presidente.

«Con Cristina pero sin Máximo»: el dilema de Kicillof que amenaza al peronismo

Eso ya fue alertado por Kicillof. «Antes de eso me voy a casa», le escucharon decir Carlos «Carli» Bianco y otros poquísimos miembros de su mesa chica. Son los mismos que trabajan, con poco éxito, para dotar de cierta musculatura política a su candidatura presidencial. El más criticado, no por cercano sino por inexperto, es el propio ministro de Gobierno y virtual jefe de gabinete provincial, que nunca llega a conformar con sus opiniones a la gran mayoría de sus interlocutores.

Esa disfuncionalidad opositora da paso al nacimiento de algunas ideas, impensadas hasta ayer nomás, pero que ahora están tomando cuerpo. A la foto que hace veinte días realizaron Facundo Manes y Florencio Randazzo con Julio Zamora se sucedieron diferentes encuentros. En los privados estuvieron Miguel Angel Pichetto y Juan Schiaretti, además de Fernando Gray. Este fin de semana hubo otro encuentro en Chivilcoy, que conduce Guillermo Britos, en el que estuvieron Gray y Zabaletta.

Hay que seguir atentamente los movimientos del intendente de la Cuarta Sección Electoral, quien hace menos de un mes recibió a Joaquín De la Torre. Ambos habían sido tentados para ser candidatos a gobernador de Javier Milei pero vieron algo que no les gustó. El propio ex intendente de San Miguel lo experimentó, luego, con lo sucedido con su hermano Pablo en su brevísimo paso por Desarrollo Social de la Nación.

«Con Cristina pero sin Máximo»: el dilema de Kicillof que amenaza al peronismo

Para el próximo martes está planificado, en Tigre, una nueva reunión con foto política, pero esta vez con Horacio Rodríguez Larreta. Larreta, Manes, Randazzo, por un lado. Una nueva liga de intendentes por el otro, a la que bien podrían sumarse aquellos que, decepcionados, vean cómo termina siendo manejado por La Cámpora y Cristina Fernández de Kirchner como candidata a diputada nacional.

Mientras tanto, y a pesar del asado autogestionado por los diputados con el presidente de la Nación, nada hace presumir que hayan limado asperezas entre el PRO y La Libertad Avanza. Y ni que hablar entre los radicales, dispuestos a dirimir en una interna carísima los destinos de su futuro político en la Provincia de Buenos Aires.

En el centenario partido hay una dualidad de concepto. Mientras que los diputados y los miembros del círculo rojo creen que su electorado apoya a Milei, sus afiliados o históricos adherentes no quieren saber nada con apoyar las propuestas libertarias. Insisten que una cosa fue el acuerdo con Mauricio Macri, en el que al menos pusieron un vicegobernador, y otra esta nueva experiencia, donde todos los días aplican políticas contrarias a su nacimiento político.

 

Conocedor del fino equilibrio al que está sometido, en el entorno de Maximiliano Abad, senador y presidente del radicalismo bonaerense que deberá someterse a una interna contra el trío Manes – Martín Lousteau y Pablo Dominichini, exponen que «nos dicen que estamos divididos, que votamos cualquier cosa pero somos la los únicos que fuimos monolíticos en la última sesión cuando aprobamos Boleta única, el presupuesto universitario y rechazamos el veto a los fondos de la SIDE. El peronismo y el PRO votaron todos divididos», exclaman con cierto orgullo, desconociendo el lío interno al que son sometidos en diputados por la ambigüedad de Rodrigo De Loredo, su jefe de bancada. 

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