El presente articulo está dirigido a nuestra militancia en general y al largo grupo de compañeros y compañeras afectadas por la sistemática aplicación de un plan de guerra psicológica, estructurado desde La Libertad Avanza contra el conjunto de la población argentina, pero en particular contra el nucleamiento militante que resiste la nueva avanzada neoliberal en nuestro país.
En primer lugar queremos pedirle a nuestros compañeros y compañeras, frente al estado total de desinformación, amenazas, injurias y difamaciones, que está sufriendo el campo popular y la sociedad argentina en su conjunto, mantener la calma para evitar caer en las arteras garras de la propaganda del enemigo.
Debemos escapar al fatalismo dramático que cotidianamente nos presenta el periodismo de guerra y sus ensobrados para horadar nuestras conciencias y estados de ánimos.
¿Por qué hemos titulado el presente artículo como Guerra Psicológica y posverdad?
Sencillamente, porque estamos convencidos de estar siendo deliberadamente agredidos y bombardeados por una operación de guerra psicológica, que tiene por objetivo desmoralizar a todos aquellos y aquellas que intentemos oponernos al saqueo deliberado de los recursos en nuestra patria y a la desarticulación de las relaciones comunitarias, que tejen el sostén de la reproducción de la vida para las grandes mayorías de quienes habitan estas tierras.
Pero ¿Qué es una guerra psicológica?
Repasemos un poco el marco conceptual del asunto. El Teniente Coronel del ejército
Francés, François Pierre Badie la ha definido como:
“Empleo sistemático de medidas y de medios variados dedicados a influir en la
opinión, en los sentimientos, en la actitud y en el comportamiento de los elementos
adversarios (autoridades civiles, fuerzas armadas, población), con vistas a modificarlas favorablemente en bien de los objetivos buscados.”
Por su parte, el entrañable compañero Ramon Carrillo sostenía en una serie de conferencias para el Ejército Argentino: “…el objetivo primo de la guerra psicológica es crear, en él o los adversarios, un clima mental, una serie de sentimientos que, conduciéndolos por las sucesivas etapas del miedo, del pánico, de la desorientación, del pesimismo, de la tristeza, del desaliento, en fin, los lleve a la derrota”.
Tenemos aquí dos elementos constitutivos de esta práctica de guerra. El empleo sistemático de medidas y recursos y sus fines: imponer en el adversario sentimientos de miedo, pánico, desorientación, tristeza, intentando infringirle una derrota o privarlos de su capacidad para resistir.
Al igual que lo hicimos en el año 20221 , frente al inminente proceso de reconocimiento de la fraudulenta deuda que debimos afrontar, queremos advertir de las gravísimas consecuencias que puede traer para nuestro pueblo y sus capacidades de defensa si no logramos escapar a la pirotecnia mediática y las operaciones psicológicas del Gobierno Nacional.
El mismo Badie advertía:
“La propaganda práctica no se dedicará, entonces, ni a los héroes ni a los santos, sino al hombre de la calle, cuyos actos están basados más bien en los instintos, y en las costumbres que en el razonamiento, o a lo que le produce miedo, al indeciso que requiere ser conducido y que busca, sin jamás encontrarlo, fundamentos para motivar su acción o aun su inacción. Es a él, a este hombre vacío, disponible, al que la propaganda debe apuntar, y en nuestro mundo moderno, ¿no es este género de individuos el que constituye la mayoría?”
Compañeros y compañeras, el sin número de mentiras periodísticas, injurias, allanamientos, falsas denuncias contra dirigentes sociales y políticos, no tiene otro objetivo que desarticular toda oposición política y resistencia popular al saqueo organizado en favor de
multinacionales y grandes corporaciones para los cuales el gobierno trabaja.
Badie insiste:
“La acción sobre los espíritus se dirige a modificar la opinión de los individuos y de
las masas a las cuales se le aplica. Por un lado se trata de crear la duda y el derrumbe
ideológico del adversario, minar su moral y destruir su voluntad de resistencia. Por el otro, exaltar las propias fuerzas morales o espirituales, inculcar el sentimiento de la propia superioridad, fortificar la voluntad de vencer. “
El Artículo que escribimos los mismos autores en relación al reconocimiento para el pago de deuda que inciso el gobiernos del FdT. Soberanía o dependencia: Seis argumentos de porque no pagarle al FMI.
Soberanía o dependencia: Seis argumentos de por qué no pagarle al FMI
2 Todos las referencias y citas a François Pierre Badie corresponden al artículo “Guerra Psicológica” del mismo
autor publicados en el número 331 de la revista de la Escuela Superior de Guerra “Tte. Gral. Luis María
Campos”. 3
Vemos con muchísima preocupación, en los últimos meses, cantidad de militantes afectados por la operación psicológica del gobierno. La increíble presión económica a la que nos someten, sumado al bombardeo psicológico, está llevando a muchos compañeros y compañeras a la desesperanza y a cuestionarse ideas que los desarman frente a la capacidad de resistir. Necesitamos reponernos rápidamente de los golpes recibidos y comenzar urgentemente a organizar desde nuestro pueblo la resistencia al ajuste, a la inmoral venta de nuestra patria y a la desarticulación de nuestras comunidades de base en todas sus expresiones.
O acaso alguien puede creer que ¿mismos elementos van a ofrecernos resultados distintos?
Ya vimos en que terminan los Messi de las finanzas. Luis Caputo no volvió con nuevas ideas o un programa distinto al que generó el endeudamiento masivo de nuestro pueblo y la injerencia externa en las tomas de decisiones sobre el futuro de nuestra economía. El principal flujo de funcionarios del gobierno nacional es sostenido desde la alianza PRO / UCR. ¿Alguien cree realmente que esta gente es moralmente superior?
Badie nos advierte, están ”intentando inculcar un sentimiento de propia superioridad”.
Bajo la letanía, “moral y estéticamente superiores” intentan recrear una renovada consigna que repiten hasta al cansancio para construir una realidad carente de materialidad.
Salvo que, Javier Milei y Luis Caputo hayan encontrado la fórmula alquímica para
transformar papel de diario en dólares, esta suma de mentiras y circo no va a ser tolerada por mucho más tiempo. Respecto de la superioridad estética, no emitiremos opiniones.
Sin embargo el artículo se titula Guerra Psicológica y posverdad.
La posverdad es el segundo elemento que articula la estrategia mediática y psicológica, ya no de este gobierno, sino que la misma nutre la caja de herramientas de un sistema que solo puede sostenerse sobre sus pies a fuerza de mentiras y la construcción de un concepto de verdad que no guarde relación alguna con el mundo que habitamos.
¿Qué es la posverdad?
El termino posverdad comenzó a circular a inicios de la década de los 90, en algunos
artículos periodísticos estadounidenses pero conceptualmente tomó forma a mediados del 2000, en un libro de Ralph Keyes titulado: La era de la Post – Verdad.
Fue tan grande “el relato sobre la realidad” que, en determinado momento, construyeron los medios masivos de comunicación y las redes sociales que las noticias que se consumen distan totalmente de los acontecimientos contrastables, se descarta la réplica fáctica o los hechos son deliberadamente ignorados a la hora de construir esos relatos sobre la cotidianeidad.4
La post verdad es una especie de relato sin afirmaciones fácticas chequeables que moldean sucesos, opiniones, emociones y acontecimientos por la mera enunciación de un relato acomodado a los intereses inconfesables de quienes los enuncian. Nos mienten todo el tiempo.
¿Qué perdimos en la era de las posverdad?
La idea ordenadora de que existe tal cosa como “La Verdad” o puntos inobjetables desde donde dar una discusión o sostener una idea. Nos quitaron el soporte ideológico que articuló la vida de la humanidad durante milenios. Ya no importa la verdad, ni su búsqueda,
sino que la misma es definida como una construcción subjetiva estructurada por puntos de vista y u opiniones personales.
En términos filosóficos hemos perdido un axioma fundamental, que permitió a la
humanidad crecer filosófica y técnicamente: la verdad por correspondencia3 . Es decir, los discursos se construyen sin un sustento más firme que la opinión, el gusto, la propia posición ideológica o la deliberada mentira como forma de operación política.
¿Por qué nos preocupa tanto esto?
Pues simplemente porque es imposible defender lo inasible. Si todo es posiblemente
verdad, pero a su vez todo puede ser mentira, o válido desde “otra perspectiva”, no hay punto de apoyo desde donde aferrarse a defender una idea, ni siquiera la de la vida. Todo es discutible, todo puede ser relativizado y, en definitiva, si nada constituye una totalidad, si nada constituye un valor determinante, un absoluto indiscutido, no es tan importante defenderlo. A esto le llamamos relativismo ético. Nosotros y nosotras, debemos combatirlo.
Este corrimiento filosófico parece poca cosa, pero en términos de cotidianeidad ha dejado a todo occidente, o gran parte de él, en pampa y la vía.
Bueno, nosotros pretendemos transmitirle a nuestra militancia que no se deje engañar, desmoralizar ni entristecer por la base teórica y filosófica de un sistema económico y
culturalmente decadente. Mas importante que las ideas que ordenan a este sistema, y las que divulgan sus aparatos ideológicos, es el resultado concreto de su aplicación social.
La militancia política debe desarticularse de los discursos y volcarse a la cruda cotidianeidad que vive su pueblo. No podemos hacernos de la realidad mediados meramente por soportes tecnológicos o puros discursos.
¿Usted quiere saber, y se pregunta genuinamente, cuáles son los verdaderos problemas de la gente que habita un barrio popular? ¿Quiere saber cómo viven las amplias mayorías populares? Dese un paseíto por el barrio NICOLE de la Matanza y hable con sus vecinos.
Atrévase a incursionar en unos mates con los habitantes de la Bombilla del conurbano3
Esta teoría afirma que una proposición es verdadera o falsa en su relación de adecuación o inadecuación con los hechos del mundo. Por tanto, la verdad como correspondencia establece que el valor de verdad de los enunciados se da en la relación de las proposiciones con los hechos del mundo.5
Tucumano, o visite la Bombacha, en el caso Rosarino. Se encontrará con que sus habitantes son menos agresivos de lo que enuncian las noticias, y que las fantasías económicas que nos venden no alcanzan la realidad material de nuestro pueblo.
Para saber qué pasa debemos dejar de consumir el relato del odio. Debemos desarticularnos de la virtualidad para tomar decisiones, para aprehender la realidad, desconectarnos por diez minutos, levantar la visa y mirar a nuestro alrededor.
¿Esto quiere decir que debemos abandonar la batalla virtual y alejarnos de las herramientas tecnológicas alcanzadas? De ningún manera. Pero si necesitamos reconstruir sólidos valores éticos, morales, teóricos y culturales desde donde dar esta batalla. Si usted cree que sus valores son relativos, ¿Cómo es posible defenderlos?
Nosotros creemos que todos los seres humanos tienen derecho a la alimentación, al agua, a la educación, a la identidad, a conservar y cuidar de su salud física y mental; a tener un proyecto de vida aceptable, donde transcurrir esta experiencia que es la vida. Si el sistema que habitamos no puede garantizarnos mínimamente estas condiciones, no lo aceptamos.
Esto debemos contrastarlo en la cotidianeidad social. Ni en las promesas políticas, ni en los discursos, ni en las redes. En la materialidad social y espiritual en la que vive nuestro pueblo.
No dude de la idea de que todos debemos comer. No dude de la idea de que para vivir necesitamos un hogar. No dude de la importancia del acceso masivo de nuestras sociedades a la educación. No dude sobre la necesidad de un sistema de salud que pueda garantizarnos una vida digna, achicando la brecha de sufrimientos físicos y mentales que debemos soportar.
Si nos convencen de que todo esto es relativo, que todo esto puede transformarse en un negocio, de que todo es plausible de venderse o comprarse, estamos perdidos.
Defienda sus valores, asuma posicionamientos éticos firmes frente a la realidad,
comprométase con la vida. Con la suya y con la de su pueblo.
Todas y todos tenemos derecho a la felicidad y a una vida digna. Este sistema, este
gobierno, este estado actual de las cosas; este sistema de organización social, no alcanza
para la felicidad de nuestro pueblo. No olvide que lo están operando, no olvide que todos los días lo contaminan para que no pueda romper los moldes de lo establecido, no olvide que intentan que usted no pueda soñar con la dignidad.
Deje de apagarse en la oscuridad del relato del odio y vuélquese a las filas de los que aun creemos que otro mundo mejor es posible.