La encuesta suministrada por EPH tiene una división entre el ingreso per cápita familiar y el ingreso individual. En el primer caso la medición está dada sobre el total de composición del grupo familiar. En este análisis el ingreso medio es de $233 mil, mientras que para el estrato más bajo la suma es de $78 mil. Si miramos el ingreso individual los varones tiene mejores ingresos que las mujeres. Para el primer grupo el ingreso es de $429 mil y para el segundo $310 mil. La brecha de desigualdad de ingreso entre hombres y mujeres equivale a más del 30%.
Los resultados de la muestra corresponden al primer trimestre de 2024 sobre un trabajo de campo realizado sobre 31 conglomerados urbanos que releva la EPH. Dicho trabajo distingue entre la población con ingresos laborales (76,8%) y la que tiene ingresos no laborales (23,2%). En este último grupo se encuentran aquello que perciben jubilaciones y pensiones, alquileres, cuotas de alimentos o ayudas en dinero de otros hogares, subsidios o ayuda social del gobierno.
Otro dato que habla de lo mal que está distribuida la riqueza en argentina es la diferencia que hay en el ingreso entre las familias más ricas y más pobres. Llevando las primeras una ventaja de quince veces mejor ingresos sobre las segundas.
Como corolario el trabajo difundido por el INDEC incluye el Coeficiente de Gini. Esta variable se utiliza para medir la desigualdad en los ingresos. La medición va de 0 a 1 donde 0 se corresponde con la perfecta igualdad y 1 se corresponde con la perfecta desigualdad. En nuestro país el número que arroja el Coeficiente de GIni es de 0,467. Esto muestra que la desigualdad en la Argentina de Milei se profundiza.
MARTÍN MASSAD