Los sondeos muestran cambios incipientes en la composición de la base de respaldo del Gobierno, que sigue alta pero se va pareciendo a lo que fue el electorado del macrismo. Alarma en Casa Rosada y oportunidades para la oposición.
Solo si estos números se mantuvieran constantes durante algunos meses podríamos decir que La Libertad Avanza asume una distribución de respaldo más tradicional, más parecida a lo que fue el apoyo a Juntos por el Cambio”, explica respecto de la novedad.
La Encuesta de Satisfacción Política y Opinión Pública de la Universidad de San Andrés también muestra esa dilución del peso de los votantes jóvenes en el apoyo a los libertarios. El estudio presenta los niveles de respaldo por corte generacional. El dato más impactante del último relevamiento surge del análisis de la Generación Z, es decir, personas nacidas entre 1998 y 2012. Este grupo escapa a cualquier prejuicio sobre el votante libertario. Según la Espop, los jóvenes de hasta 26 años muestran un 38% de aprobación y un 57% de desaprobación. Mientras que los millennials (que son nacidos entre 1981 y 1996/97, es decir, personas de entre 27 y 43 años) muestran un 48% de aprobación y un 50% de desaprobación. ¿Los jóvenes se están alejando de Milei?
Diego Reynoso, director de la encuesta de San Andrés, cree que no. Según su análisis, los números reflejan una apropiación libertaria del electorado de Juntos por el Cambio. “Desde que Milei absorbió al votante de Patricia Bullrich ya no tuvo más esa diferencia etaria, ese apoyo eminentemente joven. No es que lo haya perdido, sino que al sumar al votante de Bullrich la composición del apoyo se adecuó a los estándares de la distribución del voto de derecha. Antes, cuando estaba dividida la oferta de derecha, Milei capturaba en el segmento más joven. Ahora solo estamos viendo el reflejo de que se agregan esos votantes”, definió.
También Juan Germano, en Isonomía, registró cambios al interior de la base de apoyos del presidente. Aunque, en este caso, son cambios que tienen que ver con el nivel socioeconómico de los votantes. “El Gobierno sigue midiendo bien entre los jóvenes, con respaldo del 59%, pero entre quienes solo completaron el nivel educativo inicial (indicador que correlaciona con nivel socioeconómico bajo) tiene 29% de aprobación y 52% de imagen negativa. Además, aparece un poco negativizado en el Gran Buenos Aires”. Esta novedad, que de confirmarse en próximas mediciones sería muy relevante, podría reabrir la escucha de ese sector a las propuestas de un peronismo que todavía se está preguntando por qué lo rechazó en las últimas elecciones.
En relación con esto, y como alarma para la oposición, aparecen también algunas menciones significativas en los focus group. En los últimos de Opina Argentina, una frase repetida: “No sé si lo van a dejar”. En los de Trespuntozero, de Shila Vilker, la advertencia por los “palos en la rueda” y la novedad de que hay sectores, entre los votantes del oficialismo, que ya no tienen resto para aguantar el ajuste. Que esto empiece a aparecer entre su propia base de apoyo es un dato insoslayable. Para la totalidad del electorado, la posibilidad de aguantar también se va disolviendo. Según el último relevamiento de la consultora Moiguer, ya llega al 46% la porción del electorado que dice no tener más resto para esperar una recuperación que por ahora solo apareció en la narrativa oficial, sin correlato en los números reales de la economía.
