Seis Meses de Milei: Una mirada crítica frente a un escenario sombrío


Se cumple la  primera etapa de su gobierno, son seis meses sin logros ni mejoras para la mayoría de los argentinos. Ni una Ley, sólo DNU. Un estilo de liderazgo confrontativo y falto de consenso. La destrucción de salarios y jubilaciones. La amenaza a la estabilidad y al progreso de la democracia argentina.

Por Rubén D. Bárcena (*)


Este lunes se cumplen los primeros seis meses del gobierno de Javier Milei. En este corto pero intenso período, las promesas de cambios positivos se fueron desvaneciendo en medio de una realidad económica y social cada vez más preocupante. Para la mayoría de los argentinos que no pertenecen a la elite económica, estos seis meses han sido particularmente duros.

La inflación alcanzó niveles no vistos en los últimos 30 años, impactando severamente el poder adquisitivo de los ciudadanos. Los precios de bienes y servicios esenciales han subido de manera alarmante, afectando desde alimentos básicos como el pan y la leche, hasta medicamentos indispensables. Esta situación se vio agravada por una notable pérdida de puestos de trabajo, profundizando una recesión sin señales de mejora en el horizonte.

El consumo disminuyó drásticamente en todos los sectores. Productos considerados superfluos, como libros y entradas de cine, sufrieron una baja significativa en sus ventas. Pero lo más preocupante es la caída en el consumo de bienes esenciales, lo que refleja una crisis profunda en el bienestar de la población. Nadie, excepto los más ricos, parece estar exento de esta situación crítica.

Las acciones y el estilo de liderazgo del Presidente Milei son objeto de constante crítica. Su actitud confrontativa y la falta de consenso con otros actores políticos generaron un clima de inestabilidad y desconfianza. Las comparaciones con gobiernos anteriores, como el de Cristina Fernández de Kirchner, resaltan una gestión que parece aún más desorganizada e ineficaz. La polémica nominación de Ariel Lijo para la Corte Suprema es solo un ejemplo más de las decisiones controversiales y poco transparentes que marcan su administración. Ni hablar de cómo se manejó la cuestión de los alientos destinados a comedores.

Un Escenario Sombrío

A pesar de la fe de casi la mitad del país en un cambio milagroso, los datos actuales no ofrecen motivos para el optimismo. No se vislumbran inversiones significativas ni creación de riqueza que puedan revertir la tendencia actual. El aumento masivo en los costos de la energía pulverizó los ingresos de la mayoría, sin lograr reducir el déficit fiscal de manera significativa. Esto pone al gobierno en una encrucijada: o acepta un déficit creciente o continúa destruyendo los salarios y jubilaciones.

La falta de un mercado interno robusto deja a la economía dependiente de sectores como la minería y el agro, los cuales requieren inversiones enormes y largos plazos para mostrar resultados. Las expectativas de un crecimiento inmediato son mínimas, y la situación de los cientos de miles de desempleados sigue siendo una incógnita.

Anticipándonos al 10 de diciembre, al cumplirse el primer año del gobierno de Milei, los indicadores económicos y sociales no prometen mejoras. La inflación seguirá alta, la inversión será nula, y tanto el desempleo como la recesión se profundizarán. No es pesimismo bobo, este gobierno, en sus primeros seis meses, demostró ser incapaz de lograr algo positivo, convirtiéndose en una amenaza para la estabilidad y el progreso de la democracia argentina.

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