El líder de LF, Omar Maturano, criticó duramente la oferta gubernamental, afirmando que «la Casa Rosada le falta el respeto a nuestro gremio y a la CGT». Además, señaló la «omisión» del Gobierno para aplicar la conciliación obligatoria, una medida que suspendería la huelga pero requeriría retomar las negociaciones entre el sindicato, las empresas y el Gobierno.

El Gobierno, a través de sus portavoces, atribuyó la huelga a consideraciones políticas y partidistas del sindicato, ignorando así que los maquinistas han realizado medidas similares en gobiernos de distintos signos políticos a lo largo del tiempo. Mientras se llevaba a cabo la huelga, otros sindicatos ferroviarios participaron en una audiencia paritaria y rechazaron la propuesta del 12%, posponiendo las negociaciones para el martes 27.

El paro nacional de 24 horas afectó los servicios ferroviarios, con excepción de los viajes de larga distancia a ciertas ciudades. Maturano reiteró que el reclamo del sindicato busca compensar las pérdidas del poder adquisitivo debido a la inflación, no simplemente obtener un aumento salarial.

De mal en peor

El líder sindical hizo hincapié en que la falta de respuestas serias por parte del Gobierno frente a la difícil situación económica lleva a la necesidad de más medidas de protesta, incluso sugiriendo la posibilidad de un nuevo paro nacional.

En cuanto a las críticas al Gobierno, Maturano destacó que la gestión actual está llevando al país hacia un caos, y lanzó una ironía respecto a las políticas económicas, mencionando el discurso de la libertad pero cuestionando si realmente se traduce en una mejora para la mayoría de la población.

El sindicalista resaltó la solidaridad y participación de los trabajadores en la huelga, considerándola un ejemplo de organización laboral, aunque reconociendo los inconvenientes que esto generó para los usuarios del servicio, responsabilizando al Gobierno por no haber dictado la conciliación obligatoria y por la falta de voluntad de negociar por parte de los empresarios del sector.

El Gobierno apuntó desde sus voceros a LF e incluso vinculó la huelga con la pertenencia política de la organización gremial sin tomar en cuenta que los maquinistas han desarrollado medidas de fuerza similares durante sucesivos gobiernos de diferente signo a lo largo de años.

Mientras se desarrollaba la huelga la Unión Ferroviaria (UF) y las Asociaciones de Señaleros (ASFA) y del Personal de Dirección de los Ferrocarriles Argentinos (Apdfa) cumplieron con la audiencia paritaria en la secretaría de Trabajo y rechazaron ese 12%, pasando la mesa de discusión para el martes 27.

La huelga nacional de 24 horas, afectó el servicio ferroviario a excepción de los traslados de larga distancia a Rosario, Mar del Plata, Tucumán y Córdoba, según lo determinó LF para no perjudicar a los usuarios que habían comprado sus pasajes con anterioridad a la huelga.

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