En una nota anterior nos preguntábamos ¿Como reconstruir una sociedad quebrada y una patria saqueada y endeudada? Y afirmábamos que las fuerzas populares y democráticas deben ir construyendo un frente de oposición y resistencia, pero sobre todo deben ir organizándose para el día después.
El peronismo y las fuerzas democráticas que lo acompañan en el frente Unión x la Patria tienen la obligación de ir construyendo un frente opositor y de resistencia frente al gobierno mileista. Pero sobre todo debe prepararse para el día después, de su fracaso y caída.
Ya hemos dicho y todos los pronósticos lo anuncian el fracaso del mileismo dejará tras de si una Argentina en ruinas, con gran parte de su estructura productiva destruida , endeudado, con niveles de pobreza e indigencia extremas, violencia y dolor, una sociedad fragmentada.
Derrotas y renacimiento:
El peronismo ha sufrido varias derrotas a lo largo de la historia, la mayoría de ellas producto de golpes militares y acciones de violencia, con largas proscripciones y etapas de resistencia desde el llano.
Las derrotas en 2015 y 2023, frente a coaliciones de derecha, fueron hechos anómalos en una historia o un relato auto construido por el peronismo mismo, donde era invencible en el terreno electoral.
Sin embargo ha mostrado una capacidad de resilencia envidiable para una fuerza política popular. Esa capacidad de reconstruirse desde la derrota, y adaptarse a las nuevas etapas, a los nuevos escenarios.
La agenda de Milei:
Esta ultima derrota frente a la gran coalición de la ultra derecha, formada por todos los espacios opositores frente al balotage, instaló la figura de Milei, un candidato marginal, casi payasesco, pero que terminó siendo un emergente de la crisis política estructural que sufre la Argentina desde hace décadas.
La coalición política final nucleó a toda la derecha política, a los grandes grupos económicos trasnacionalizados, el sector agro alimentario, los medios de prensa corporativos, la justicia federal, sectores medios y juveniles desencantados por la política tradicional, etc; y un elemento que siempre está, no se lo nombra pero presente en la política latinoamericana: la CIA, la embajada yanki y los grupos económicos y de presión que orbitan en su estrategia. .
Argentina esta presa en un juego geo político global, donde priman los intereses de las grandes potencias y su lucha por la nueva hegemonía global.
Faltó, en la dirigencia del movimiento nacional, una comprensión mayor de la crisis geo política global y como Argentina se inserta en ese nuevo mundo.
Perón, decía con razón, que la verdadera política es la geo política y allí había que poner el foco.
El principal objetivo de la coalición mileista, siguiendo los intereses de EEUU, era romper la alianza entre Argentina y Brasil, poner trabas al ingreso de inversiones chinas y bloquear cualquier avance Chino sobre la región. En la misma directriz esta la salida del grupo de Brics, en contra de los intereses argentinos.
Una alianza Argentina Brasil, es la constitución de un bloque poderoso, como lo fue en la década “ganada”, y ademas atraer detrás de si a toda Sudamérica. Si ademas este bloque consolida una alianza estratégica con China y los Brics, se hubiera cambiado el escenario actual.
El otro objetivo detrás del Mileismo es la necesidad de re formular, resetear todo el andamiaje político, ideológico, cultural sobre los que se basa la institucionalidad argentina y de paso avanzar en borrar de la historia toda la conquistas de derechos construidos por el peronismo. Los mismos objetivos que estuvieran siempre detrás de todos los golpes militares, borrar 200 años de historia argentina.
El neo liberalismo no es solo una doctrina económica, es un proyecto político de reorganizar el mundo a los intereses del capitalismo global. Y en esa lógica el pensamiento mesiánico de Milei apunta a cambiar la Argentina de un día para el otro, desmontar toda la institucionalidad vigente y reemplazarla por una gobernanza liberal decimonónico. Un delirio ahistórico inviable, pero que avance hasta donde se pueda en los cambios estructurales. En la lógica del capitalismo rentistico, todo es ganancia ya que los cambios se consigan serán de difícil retroceso.
Es indudable que el mileismo se cree un movimiento fundacional, un movimiento revolucionario. Y en un acto de inconsciencia, audacia o estupidez se juega a todo o nada, intentando en un manotazo sobre el congreso instalar todos los cambios que ellos consideran imprescindibles.
Revolución, renovación y una nueva agenda
Por ahora la taba esta en el aire, y es de difícil pronóstico. En verdad que este gobierno mas temprano que tarde se caerá en pedazos, fruto básicamente de su inviabilidad, pero también por sus contradicciones internas, dejando tras de si un reguero de ruinas, dolor y sangre.
El movimiento nacional deberá prepararse para ese día, teniendo en claro que se necesitaran cuadros técnicos políticos, muy capacitados pero muy firmes y convencidos del rumbo a tomar.
El gran error del gobierno de Alberto Fernández fue creer que su objetivo era administrar la crisis y la crisis se lo terminó devorando.
El próximo gobierno, seguramente será peronista o liderado claramente por el peronismo, ya que este el único espacio que cuenta con los cuadros políticos necesarios para gobernar el país, y mucho mas un país en crisis terminal.
Nunca las derrotas han sido gratis y menos en el peronismo. Hoy el peronismo atraviesa una crisis profunda, una crisis orgánica que deberá resolver rápidamente.
Tiene una ventaja, como en Cancha Rayada, si bien la derrota ha sido dura, se pudo garantizar un retirada en orden, salvando tropas y pertrechos desde donde se puede comenzar la reconstrucción.
En primer lugar podemos decir que es necesario reconstruir el movimiento nacional y popular, cuya columna vertebral es el peronismo. El movimiento esta vivo y lo podemos ver movilizado y activo en cada esquina del país en contra del DNU y de los atropellos legislativos del mileismo. Falta vertebración y sobre todo conducción estratégica.
La dirigencia actual, muchos de ellos muy valiosos, han cumplido su ciclo histórico.
Es una dirigencia que terminó cooptada por el establishment y fueron vaciando de contenidos e ideología al movimiento.
La ultimas experiencias estuvieron marcadas por un posibilismo pusilánime, mas cercanos al neoliberalismo que al peronismo que debíamos representar.
Las candidaturas, la del 2015, 2021 y la del 23 estuvieron signadas y era su mayor “virtud” por una supuesta aprobación del mercado y de los sectores medios alejados del peronismo. Sin embargo esto no se dio en la urnas, salvo en el 21, pero igualmente la gestión resultante fue un fracaso, por lo menos no cubrió la expectativas de sus propios votantes.
El peronismo tiene la oportunidad histórica de volver a ser un movimiento revolucionario, disruptor, que ponga en cuestión todo el andamiaje político institucional del sistema.
El rol de garante del sistema que muchos dirigentes quieren asignarle al peronismo, es una aberración histórica. El peronismo nació para ampliar derechos, construir democracia ampliada directa, crear trabajo y sobre todo construir una comunidad organizada; para garantizar el sistema expoliador hay otros partidos que pueden hacerlo mejor.
Después de las experiencias neoliberales desastrosas, la situación exigirá cambios profundos. En muchos casos exigirá un esfuerzo revolucionario, porque habrá que reformar y desmontar todo el andamiaje legal del coloniaje heredado desde el proceso militar de 1976. Leyes y reformas estructurales que ningún gobierno posterior quiso o pudo cambiar. Los ejemplos mas paradigmaticos son las leyes de inversiones extranjeras y la ley de servicios financieros, vigentes desde 1976.
Hay que tener claro y explicar una y otra vez a la ciudadanía que una democracia real es inviable con una Corte Suprema que opera el lawfare, con la concentración de medios audiovisuales existentes, un sistema productivo, sobre todo alimenticio, altamente monopolizados por una veintena de empresas, un sistema financiero usurario y altamente extranjerizado, un comercio exterior de granos monopolizado por unos grupos extranjeros, sin control, sin recuperar la tierra, hoy en manos extranjeras, sin un programa ambicioso de tierras y viviendas para los sectores medios y populares, y podemos seguir una larga lista de situaciones que ameritan profundos cambios. Básicamente hay que reconstruir el estado y la comunidad, exactamente lo contrario a lo que pregona y defiende el gobierno actual.
El peronismo no puede esconder los problemas bajo la alfombra, hay que tomar los reclamos y necesidades y darles repuestas concretas, hoy, no mañana ni en futuro incierto. Por ejemplo venimos arrastrando el problema de la financiación del sistema previsional y la única respuesta ha sido en décadas, poner parches, discutir formulas matemáticas y en el mejor de los casos dar algún bono a las jubilaciones mínimas. Nunca en estos años se discutió seriamente una respuesta estructural de donde sacar los fondos y menos una necesaria reforma a todo el sistema impositivo vigente.
El peronismo debe discutir de cara a la sociedad un programa de gobierno alternativo viable y moderno, en muchos casos revolucionario, que transforme la realidad de los argentinos.
En los últimos años el discurso de los candidatos fue sobre el pasado, sobre lo bueno que habían sido nuestros gobiernos, pero en ningún caso hubo una agenda concreta para encarar el futuro. Los pueblos votan hacia adelante, votan futuro, rara vez votan recuerdos.
Por ultimo es necesario generar una nueva dirigencia, pero lo nuevo no es solo caras nuevas o gente joven, la renovación no es una cuestión etaria. Es mas bien una cuestión de ideas, de proyectos, de nuevos compromisos y nuevos consensos.
En la lucha cotidiana se ira construyendo una nueva dirigencia, tal como aconteció durante las jornadas del 2001.
Es impescindible generar también una nueve ética militante, donde prime el compromiso social comunitario por sobre los intereses personales o los intereses de grupo. En las ultimas décadas la dirigencia o buena parte de ella confundió sus intereses con lo del conjunto, privilegiando siempre los propios, llegando muchas veces a niveles de corrupción que no pueden ser tolerados o silenciados en un movimiento popular.
Epilogo:
Al cierre de esta nota comenzaba el paro y movilización organizado por la CGT contra el DNU y la ley Ómnibus. Entre las primeras conclusiones puede decirse que ha sido multitudinario, no solo el acto central obrera frente al Congreso sino también en muchas ciudades del interior.
Seguramente el movimiento obrero sera la punta de lanza del movimiento popular, esperamos que sus dirigentes puedan y estén a la altura de una lucha que va ser larga, frente a un gobierno que carece de limites morales o democráticos para enfrentar situaciones de crisis.
Si una primera cuestión dejó claro este exitoso paro, es que, como decíamos al comienzo, el movimiento nacional y popular existe y esta movilizado, hay que construir su conducción.
Antonio Muñiz
24 de enero de 2024