La globalización, como fenómeno de la modernidad, esta hoy en crisis. Fue en esencia un proyecto civilizatorio basado en una ética de la dominación, fue y es un proyecto basado en la conquista de los recursos y los pueblos. Alcanzó su climax en los siglos XIX y XX con el avance del colonialismo sobre los países del Tercer Mundo.
Desde su génesis la modernidad estuvo condicionada por una contradicción central, uno basado en la razón instrumental y el mercado; y el otro basado en la razón de estado y la política.
Estos proyectos y sus variaciones se han disputado la modernidad en los últimos doscientos años.
Lamentablemente en las ultimas décadas se ha ido imponiendo la primera visión, el predominio de una lógica economicista, fundada en el predominio de una economía rentista, financiera y depredadora. Es indudable que esta visión ha ido logrando, desde hace ya 40/50 años ir imponiendo sus ideas, sus valores y su sentido común, e ir instalándose como único camino posible.
Warren Buffett, multimillonario global, dijo: “La lucha de clases se siguió peleando, y nosotros los ricos vamos ganando”.
Estos dichos de un miembro de la élite económica mundial, muestra, por un lado la soberbia de clase de esta burguesía global, pero también marca con claridad el retroceso de las clases trabajadoras y sus movimientos políticos y sociales que intentan representarlo. Con el agravante que muchos partidos políticos populares fueron siendo cooptados, convirtiéndose en funcionales y necesarios para legitimar este avance.
Sin embargo,a pesar de esto, la hegemonía esta cuestionada, un modelo basado en la libre empresa por sobre la libertad del hombre, y por añadidura basado en la violencia, el sometimiento de los pueblos y la depredación de los recursos del planeta, carece de viabilidad política.
En este contexto surgen voces que plantean una superación de este visión, buscando la construcción de una nueva ética basada en la defensa del hombre como sujeto de la historia, defensa de la vida y del planeta. Esto debería incluir un mayor énfasis en políticas que aborden una mayor igualdad entre los países y los pueblos, modelos productivos que promuevan la sostenibilidad ambiental y busquen un equilibrio entre el libre mercado y la intervención estatal para garantizar un desarrollo más equitativo.
Los pueblos están en una etapa de lucha, tal vez con una falta de conducción y estrategia para enfrentar la oleada brutal de la burguesía, pero con un espíritu de lucha que no se veía en décadas. Europa y sobre todo la clase obrera francesa hacen punta contra el sistema. America Latina , también sigue siendo un territorio en disputa, con marchas y contra marchas, los pueblos siguen mostrándose activos en la lucha.
Todo esto en un marco de una gran crisis global, de carácter politico, donde se esta en una nueva etapa de surgimiento de nuevos liderazgos y nuevos agrupamientos geopoliticos, que estarían direccionando hacia la construcción de una nueva hegemonía global.
La decadencia del bloque yanki- anglosajón y su socio minoritario Europa, frente al surgimiento de China y un bloque euroasiático, no es de descartar en las próximas décadas. Hay que tener en cuenta que la historia muestra que el ascenso y caída de los imperios, se da siempre un marco de profunda violencia. Y este siglo XXI no parece ser la excepción.
Milei y su mundo paralelo:
En este marco debe verse el discurso de Javier Milei en el encuentro de Davos. El encuentro y las repercusiones del mismo han sido ampliamente comentados por la obsecuente prensa local, y los medios internacionales.
Una visión extremista, a la derecha si se quiere del pensamiento de los convocantes y participantes del encuentro de Davos, sin fundamentos históricos o económicos. Mas bien un relato religioso, basado en mitos e ideas irracionales. Fue el discurso de un “cruzado”, o tal vez de un profeta biblico, buscando construir en la tierra el paraíso perdido. Un paraíso que solo obra en su imaginación.
Mas allá de las risas y la vergüenza ajena en el auditorio y en la prensa en general, mostró claramente su peligrosidad, su falta de limites y la irracionalidad de sus acciones.
Hay que entender que el capitalismo global, regido hoy por los grandes “fondos buitres”, no tiene moral ni patria. Un presidente con este grado de adhesión al capitalismo extremo, sin patriotismo ni limites morales o éticos, puede ser un aliado estrategico para los negocios mas audaces y predatorios, mas si es el presidente de un país, rico en recursos como Argentina.
Y por casa como andamos?
Pasado el primer mes del gobierno de Javier Milei, podemos hacer una breve reseña del rumbo elegido y de sus consecuencias.
Una primera impresión es que a pesar del tiempo muy corto de gobierno, hubo acontecimientos que parecen hacerlos mucho mas largo, tanto por el desgaste manifiesto ante la opinión pública en la evaluación de la gestión como de la imagen personal de presidente.
Es difícil catalogar y ubicar a un gobierno como este dentro de la categorías políticas tradicionales. En general todo nuevo gobierno tiene una “luna de miel” con la sociedad de mínima de unos 100 días. En ese lapso afianza su núcleo duro pero ademas suma votantes, los votos mas débiles de su oposición.
Es la mejor etapa para llevar adelante su programa de gobierno, y sobretodo tomar las medidas mas duras e impopulares. Luego de esa breve luna de miel, comienza el desgaste político y sera cada día mas difícil plasmar su ideario en un cuerpo de leyes.
Inexplicablemente el gobierno de Javier Milei, rompió ese modelo. En un todo o nada se jugó su capital político.
Los dados todavía están en el aire, pero todas la apuestas le juegan en contra.
Muchas criticas parten de su propia tropa, que ahora apuestan a cuanto tiempo le queda de gobierno. El caso mas notorio es el de la Vice presidenta Victoria Villarruel , que ya se esta poniendo la banda. Los conflictos de presidentes con sus vices, son normales en toda la historia argentina, pero nunca de dio con tanta velocidad.
Sin capacidad política ni técnica para gobernar, algo que era evidente durante toda la campaña, sin equipos, solo un rejunte de lunáticos, nostálgicos de la dictadura, terraplanistas, marginales de la política y al final arribistas y oportunistas de todo pelaje, era previsible un comienzo caótico. Sin embargo con el correr de los días en lugar de corregir el rumbo lo fue acentuando y mostrando nuevas contradicciones internas.
Seguramente la formación de un equipo muy heterogéneo, donde fue convocado lo peor de cada casa y sobre todo a representantes de los grupos económicos mas concentrados, con una ideología básica, siempre dispuestos a apoderarse de la riqueza de todos los argentinos, la empresas publicas, los recursos naturales y a bajarle el sueldo en dolares a los trabajadores.
A este cóctel perverso debe sumarse la extraña personalidad del presidente, su falta de capacidad para la toma de decisiones y ahora muestra actitudes extremas de caprichos y egocéntrismo.
Por detrás, como mostró en Davos, siempre las mismas y fracasadas recetas, ajuste sobre los salarios y jubilaciones, privatizaciones, endeudarnos y por ultimo le “dejan el muerto” a todos los argentinos, con una deuda externa y eterna.
Después del papelón presidencial estamos inmersos en el debate en la cámara de diputados de la ley ómnibus, apuesta fuerte del mileismo para resetear de manera rápida y brutal de todo el esquema socio institucional argentino. Esta intromision junto al engendro del DNU sobre las leyes, garantías y derechos adquiridos de toda la población, ha logrado un fuerte despertar de las organizaciones populares desde el campo político, económico , gremial, pasando por la ciencia hasta la cultura y la educacion. En síntesis una comunidad movilizada en defensa de sus derechos.
El paro y movilización organizado por el movimiento obrero para la próxima semana, puede ser un hito importante en el plan de lucha que lleva adelante el movimiento popular.
Este gobierno tiene fecha cercana de terminación, y no es un planteo golpista. Un gobierno basado en la irracionalidad , que carece de objetivos viables y sin cuadros políticos para administrar la cosa publica y por sobre todo un programa que hará mucho daño a toda la población, en especial a los jubilados, trabajadores y clase media, para enriquecer aun mas a un pequeño grupo de empresarios multimillonarios y entregar a las multinacionales nuestros recursos naturales, minerales, agua, energía, bosques, el mar y la riqueza icticola, granos, etc, carece de posibilidades de éxito.
Cuando este gobierno termine solo dejará ruinas, niveles de pobreza nunca vistos y sobre todo mucha sangre y dolor.
Las fuerzas populares y democráticas deben ir construyendo un frente de oposición y resistencia pero sobre todo deben ir organizándose para el día después: ¿Como reconstruir una sociedad quebrada y una patria saqueada y endeudada? Es un tema para otra nota.
Antonio Muñiz
Enero 2024