El presidente Alberto Fernández representará en términos diplomáticos al país en la cumbre del G20 de este fin de semana en Nueva Delhi. Será la última participación de Fernández en la cita que reúne a los Jefes de Estado de las economías más desarrolladas y emergentes del mundo. También será, quizás, la última vez que India tenga estampado esa nominación en la bandera ya que el gobierno quiere renombrar a la nación con el término “Bharat” en un gesto descolonizador antibritánico.
El gobierno argentino consiguió semanas atrás su ingreso al bloque BRICS, lo que suscitó críticas furibundas de la oposición por considerar a la estrenada membrecía como un grito ideológico antioccidental. Fuentes cercanas al canciller Santiago Cafiero explican que las dos fotos geoeconómicas -la sumatoria al BRICS y la nueva participación en el G20- son imágenes complementarias de una misma política exterior: “las agendas de los dos foros no son contrapuestas. De hecho, los 5 países del BRICS están en el G20, y en muchos puntos han tenido coincidencias, como por ejemplo en el objetivo de reformar la arquitectura financiera internacional. Un foro no es más importante que otro, no hay escalas en ese sentido”.
Los profesores Juan Gabriel Tokatlian y Bernabé Malacalza señalaron en un reciente artículo lo siguiente: “Identificar al BRICS como un foro para un soft balancing y no como el lugar para desplegar una counter-hegemony es relevante. Brasil, India y Sudáfrica, al igual que la Argentina, buscan re-equilibrar las relaciones internacionales, no desestabilizarlas; son los países claves para mostrar que una cosa es no ser parte del Occidente clásico y otra distinta es ser anti-Occidental”.

Datos a tener en cuenta en la cumbre de Nueva Delhi. Los Jefes de Estado de China y Rusia no aterrizarán en la capital india. Xi Jinping no estará presente para retirar volumen político y comercial a un foro económico que ha sido históricamente liderado por el bloque occidental mientras que Vladimir Putin se ausentará porque teme la posibilidad de que se haga efectiva una orden de aprehensión por haber iniciado la guerra en Ucrania
Por su parte, Estados Unidos propondrá un plan de reformas al FMI y Banco Mundial para elevar el nivel de incidencia de ambos organismos en temas colaterales a la agenda financiera como la pelea contra el cambio climático en una evidente intención de fortalecer el alicaído rol de Washington como hegemón global.
Argentina, como país inserto en el Sur Global, exigirá una reforma de la arquitectura financiera global, una consigna tradicional de la diplomacia latinoamericana, asiática y africana que aboga por un mayor poder de decisión de los países periféricos en los organismos internacionales de crédito.
En India Alberto Fernández tendrá bilaterales con el primer ministro anfitrión, Narendra Modi, y con su par de la República de Corea, Han Duck-soo. Luego iniciará una gira internacional. El lunes 11 participará de los actos oficiales donde el gobierno chileno repudiará la última dictadura de su país a 50 años del golpe perpetrado contra Allende, unos días más tarde estará en La Habana para ser parte de la cumbre del G77+China; por último, representará al país en la Asamblea General de la ONU.

Por Lois Pérez Leira
Aquel 11 de septiembre de 1973, me enteraba por la radio de la triste noticia del golpe de estado contra el gobierno de la Unidad Popular de Salvador Allende.
La misma conmocionaba a todo el mundo progresista, muy especialmente en la Argentina. Si bien era una noticia que no nos cogió por sorpresa, ya que la conspiración norteamericana era descarada. Lo cierto es que siempre alentábamos que Allende pudiera revertir la situación de desestabilización. Por aquellos años residía en la Argentina donde militaba en la juventud comunista. En ese momento presidia la Confederación Argentina de Estudiantes Secundarios.
Algunos meses antes nos habíamos volcado a las calles de Buenos Aires para recibir a “Chicho” como cariñosamente se lo conocía al Presidente socialista. Había llegado al Aeroparque de La Ciudad un día antes de la asunción del Presidente Cámpora el 25 de mayo de 1973. La Argentina estaba conmocionada, dejaba atrás una dictadura y el pueblo había logrado el retorno del general Perón y una aplastante victoria popular.
Allende y su revolución pacífica era parte de la esperanza de la izquierda latinoamericana que creía que podía ser posible la forma pacífica de la transición al socialismo. El Presidente chileno a pesar de ser parte del Partido socialista era un hombre de formación marxista, amigo del Che y de Fidel.
Fue uno de los impulsores en la Tricontinental celebrada en Cuba y el mentor de la creación de la organización OLAS, de coordinación de los movimientos revolucionarios de América latina. Al otro día de su llegada el 25, se iba a producir uno de los acontecimientos más importantes de la historia contemporánea de Argentina, dos presidentes, Osvaldo Dorticós y Salvador Allende, oficiaban de notarios de la asunción del Presidente Héctor José Cámpora que presidió “La breve primavera Argentina”.
Aquel paso de Allende por Argentina fue esencial para profundizar los lazos de amistad de ambos pueblos. Unos meses después la derecha reaccionó, al mando de A. Pinochet, ejecutando el sanguinario golpe de Estado.
Durante los primeros dos días las noticias que llegaban eran contradictorias, algunos medios señalaban que en Valparaíso los obreros resistían con valentía con las armas en la mano. Con el transcurrir de las horas nuestra esperanza se iba diluyendo. A pesar de ello cientos de miles de argentinos salieron a la calles para solidarizarse con el pueblo chileno. Nunca en la historia solidaria de este país se dio un fenómeno semejante. Al grito de ¡¡¡Chile no se rinde!!! ¡¡¡Vamos Chile carajo!!! ¡¡¡Se siente se siente Allende está Presente!!!, las calles de toda Argentina hacían sentir su solidaridad anti-imperialista.
Aún hoy retumban estos gritos esperanzadores en mis oídos. Recuerdo las lágrimas y los abrazos de los compañeros frente al edificio del Congreso. ¡¡¡Vamos Chile carajo!!! Era un solo grito.
Meses después en enero de 1974 encabece una manifestación de estudiantes secundarios en la villa turística de Miramar. La misma tenía como objetivo la solidaridad con Chile. Luego de algunas provocaciones de la derecha local, terminé detenido con otro compañero, pasando la noche en una comisaría de la ciudad. Creo que fue la detención, con la que me sentí más orgulloso. Después de 45 años de que los EEUU provocaron este golpe de Estado con las consecuencias de muertes y violaciones de los derechos humanos por todos conocidos, el pensamiento socialista, anti-imperialista y revolucionario de Salvador Allende (que nada tenía que ver con la socialdemocracia), está más vigente que nunca.
¡Se siente! ¡Se siente! ¡Allende está Presente!
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