Aunque terminemos votándolo, Massa no ha sido consensuado ni nos representa

Juan Grabois y Paula Abal Medina firman sus precandidaturas. Ella, socióloga, es hija de Juan Manuel Padre, quien fuera secretaria general del Movimiento Peronista. y de Nilda Garré.


Estamos en manos del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, cuyos pareceres son determinantes en el Fondo Monetario Internacional. La relativa estabilidad económica –con altísima inflación– depende de que el FMI nos preste los dólares imprescindibles… para pagarle al FMI. Y si bien tanto Rodríguez Larreta como Massa eran hasta hace muy poco los candidatos preferidos por la administración Biden y acaso lo sigan siendo, el viaje de Massa a China (no tenía otra opción) a pesar de su renuncia a avanzar con tercera central nuclear (ya firmada por Alberto Fernández) y con el 5G, lo malquistó con el ala hegemónica del poder financiero globalizado y sus fondos buitres, que abominan de su alianza con un  kirchnerismo al que consideran, con razón o sin razón, demoníaco.

Dependemos pues, de la buena voluntad del capitalismo financiero globalizado, el mismo que por pereza intelectual o encontrarle un nombre mejor, solemos llamar Washington. Que nos exige una perentoria devaluación que, dicen, solo está en discusión si se hará (y de cuanto será) antes o después de las PASO, a la que Massa viene resistiéndose a convalidar.

Las chances de Massa y de la Unión por la Patria (palabra que muy rara vez hemos escuchado en boca del precandidato) en las elecciones dependen pues del dedo de quienes concurren a las conferencias de Davos.

En esta situación, siempre, nos guste o no, terminamos votando para evitar el mal mayor, por lo que es casi seguro que terminaremos votando al tigrense (que antes fue sanlorencista y que registra casi tantos cambios como Patricia Bullshit) para evitar la llegada a la Rosada del alcalde Rodríguez Larreta. Quién, en su afán de competir con la mencionada Pato (no puedo ni siquiera imaginar su triunfo, toco madera) incorporó a Espert, promotor del exterminio por hambruna de los excedentes de población. Y para mas Inri lleva como compañero de fórmula al déspota jujeño, decidido a no compartir las superganancias del litio con sus comprovincianos, y menos con sus connacionales, aunque si a darle la parte del león a las transnacionales.

Por suerte, existen las PASO. Una oportunidad única para dejar claro que Massa NO es un candidato de unidad (al menos no más allá de la circunstancial, electoral) y mucho menos de consenso. Lo votaremos, si, lo mismo que muchos votaron a Frondizi para que no ganara las elecciones Aramburu, y a Menem para que no ganara Eduardo “lápiz rojo” Angeloz.

Como mucho de ustedes sabrán (basta poner su nombre en el buscador que está arriba a la derecha) he sido muy crítico de Juan Grabois, pero en esta instancia convocó a votar en las PASO a Juan Grabois, que habla de lo que casi nadie habla, de que el problema de base de la Argentina es desde tiempos inmemoriables la tenencia de la tierra, el latifundio, y no le hace ascos a palabras como “capitalismo” e “imperialismo”, que para otros jetones que se dicen  peronistas se han convertido en tabú.

Cuando Perón y Frondizi pactaron a traves de John William Cooke y Rogelio Frigerio el apoyo del peronismo a la candidatura del radical-desarrollista a cambio de sus vanas promesas de legalizar al peronismo (no sólo no cumplió sino que persiguió ferozmente a sus militantes aplicando a rajatable el Estado de Sitio y el Plan CONINTES) hubo un millón de compañeres que votaron en blanco. Y cuando el Partido Justicialista ordenó votar en septiembre de 1973 la fórmula Perón-Perón, muchos de los militantes de “la gloriosa” Juventud Peronista como CFK y quien escribe lo hicimos con la boleta del Frente de Izquierda Popular (FIP) de Abelardo Ramos (un enorme intelectual nacional), que llamó a votar a Perón desde la izquierda y en repudio a López Rega y los “gordos” de la CGT de la época y obtuvo casi un millón de votos. (1) .

Hoy, como ayer, para votarlos no hace falta estar 100% de acuerdo con Grabois como entonces no lo estábamos como el Colorado Ramos. Se trata de dejar claro que los perukas existimos, somos muchos y estaremos muy atentos al hecho de que Massa y los demás miembros de su gobierno cumplan con lo que se comprometan.

Al respecto, Cristina destacó muchas veces que lo primero, antes que las candidaturas, es tener un programa, pero terminamos teniendo candidaturas sin programa.

Es vital que los candidatos se comprometan a llevar a cabo un programa acordado. El movimiento ha tenido varios, el de Huerta Grande, La Falda, del 1º de Mayo (de la CGT de los Argentinos), y el Programa de la Corriente Federal de Trabajadores, el más reciente, entre otros, todos muy buenos.
Es necesario que el programa acordado quede plasmado y todos nos comprometamos a impulsarlo y llevarlo a cabo.

Estará muy bueno hacer lo imposible para que Juan Grabois y compañía hagan la mejor elección en las PASO y estará todavía mejor evirtar que la peste amarilla vuelva a adueñarse de los destinos de un país al que dejó maniatado por una deuda impagable que salvo imponderables seguirá gravitando sobre quienes habitamos y habiten el futuro este país como poco por todo un siglo.

La disyuntiva sigue siendo PATRIA O COLONIA.

¡Todos con Grabois!!

NOTA

1) La candidatura de Perón obtuvo 7.360.000 votos (62% del totall), siendo unos 900.000 canalizados a través de la boleta del FIP (7,5% del total y 12,5% de los votos a Perón).