El jefe de Gobierno y la ex ministra se volvieron a encontrar en una reunión con el ex presidente y el resto de la cúpula del PRO. El alcalde conectó la victoria del radicalismo en Jujuy con una foto de su ministro Quirós para excluir a Jorge Macri, mientras Bullrich tuvo que salir a contestar las denuncias del kirchnerismo contra Milman.
Bajo la vista de los “renunciados” Mauricio Macri y María Eugenia Vidal, el jefe de Gobierno y la ex ministra de Seguridad volvieron a encontrarse cara a cara sin mayores expectativas en la cumbre convocada al caer la tarde. Se habían visto hacía dos semanas en la casa de Jorge Triaca en San Isidro. Ahora se reunieron en Palermo.
“El PRO va a llegar unido a las PASO”, sentenció Cristian Ritondo al salir del cónclave que duró dos horas. El diputado ofició de vocero junto al titular del partido, Federico Angelini. “No hay ningún tipo de duda de la unidad de PRO y de JxC. Sabemos que las disputas pueden generar títulos pero internamente estamos bien”, machacó el santafesino. La necesidad de aclarar una y otra vez que no hay interna parece revelar aún más la falta de acuerdo.
Larreta y Bullrich llegaron a la reunión sin esperar mucho. “Será más de lo mismo”, comentó temprano un vocero del macrismo. Como telón de fondo, el alcalde porteño parecía haber dado pasos políticos con mayor aplomo que su contrincante.
Mientras Bullrich quedaba enredada en la denuncia de la ex colaboradora de su diputado Gerardo Milman –que amplificó Cristina Fernández de Kirchner–, Larreta conectó tres movimientos de impacto. La noche del domingo viajó especialmente a Jujuy para levantar la mano al flamante sucesor provincial de Gerardo Morales, Carlos Sadir. Este lunes presentó a su equipo de política exterior –comandado por Martín Redrado– y en paralelo su gabinete en la Ciudad se fotografiaba en pleno con Fernán Quirós, su elegido para pelear por Uspallata contra el bullrichista Jorge Macri.
El ruido por la UCR
“Sumamos buenos porotos”, entendió un operador larretista que durante el fin de semana estuvo en una de las provincias donde hubo elecciones. El alcalde se mostró a sus anchas en San Salvador de Jujuy, teniendo a un lado a Morales y del otro a Martín Lousteau. Profundizó su alianza con la UCR de cara a una potencial fórmula mixta con el titular del sello, lo que directamente proporcional a la tirria interna amarilla.
“Horacio no estuvo incómodo para nada, todo lo contrario. Y Gerardo demostró que el aparato de la UCR puede estar con nosotros”, ponderó una voz en Uspallata, pese a que el gobernador saliente repitió en el fragor de la victoria de su alfil que va a ser candidato a presidente y le mojó la oreja cuando señaló que Lousteau sería su sucesor en la Ciudad. “Morales está jugando a ser vice, pese a que diga lo contrario”, aseguró un conocedor de los rincones radicales. Fue el jujeño el que invitó a Larreta a viajar a su provincia a la hora de los resultados. Con la victoria consolidada, se subió el precio para negociar el binomio electoral.
“Vamos a trabajar para que el PRO gane CABA”, avisó en la noche del lunes Angelini, como metamensaje de lo que se habló en la reunión en Uriarte al 1800. Según el ahora precandidato a vicegobernador de Santa Fe –acompañando en la fórmula a la senador Carolina Losada–, la cumbre se concentró sobre la proximidad de las elecciones en Entre Ríos y Córdoba, donde la oposición aspira a alzarse con dos victorias de peso.
Recién llegado de Miami –adonde viajó para asistir a una carrera de Fórmula 1– Macri solo atinó a pedirles a los dirigentes del espacio que fundó que trabajen unidos, según trascendió. Ese llamado del ex presidente parece estar muy lejos de confluir en una candidatura única a nivel nacional, como se leyó en distintos medios durante el fin de semana.
“Ni en pedo podría haber unificación. Tendría que haber mucha reconstrucción en muy poco tiempo”, interpretó un larretista. “Se van a seguir cagando a trompadas”, vaticinó con una dura metáfora sobre lo que vendrá en la interna amarilla.
Quirós y Milman
Tras su viaje a Jujuy, el equipo de Larreta armó una foto de todos sus funcionarios porteños para respaldar a Quirós. La idea fue del jefe de Gabinete, Felipe Miguel, luego de la reunión que hubo a puertas cerradas el viernes pasado, en que se bajó esa línea para excluir al primo Macri. Se juntaron 300 dirigentes del gobierno capitalino.
“Todos los que estamos acá, estamos porque queremos que Horacio sea el presidente de la Argentina y porque queremos que el próximo gobierno de la ciudad sea superador a este, que fue el mejor gobierno de la historia”, dijo Quirós micrófono en mano. El objetivo fue demostrar que “tiene equipo” para suceder a Larreta en el cargo, explicó una fuente de su entorno.
La postal se realizó en el búnker de campaña de Olazábal, mismo escenario en el que Larreta se mostró más temprano con su equipo de política exterior. Sacó pecho de tener más de 30 especialistas en relaciones internacionales, entre los que se encuentran ex-funcionarios, diplomáticos de carrera, académicos y expertos. Sus armadores en ese sentido son Fernando Straface, secretario general y de Relaciones Internacionales de la Ciudad; Redrado, secretario de Asuntos Estratégicos, y el excanciller macrista Jorge Faurie.
Al mismo tiempo, Bullrich tuvo que salir a enfrentar las acusaciones en su contra de la mismísima CFK, a la que luego se hizo eco Alberto Fernández. “No hay nada de qué defenderse”, aclaró un vocero suyo, luego de que la ex ministra asegurara que es “una mentira” la denuncia de la ex colaboradora de Milman. “Querían inventarnos Maldonado y no pudieron, ahora nos quieren inventar esto. Que sigan mintiendo. El 10 de diciembre se les acaba”, avisó el operador bullrichista.
En Uspallata se relamían por el paso en falso de su contrincante, pero no bajaban la guardia. “Lo de Milman le está insumiendo un poco de energía al otro bando, pero yo creo que será unos días más y después se va a terminar”, consideró un vocero, y advirtió: “Capaz que le termina rebotando de alguna manera mediática y positiva”.
MC