Fragmentados en cuatro bloques en el Concejo, crecen las tensiones por definir quien enfrentará a Descalzo.
Sin una mesa de interacción frentista y repartidos en cuatro bloques distintos en el Concejo Deliberante, Juntos registra al momento tres precandidaturas a la intendencia. Uno de los anotados es quien ganó la última elección legislativa, el larretista Gastón Di Castelnuevo. Cerca de ese armado analizan que el mejor escenario electoral es evitar el desgaste de confrontar internamente en las Primarias, para ahorrarse heridos que puedan obstaculizar la estrategia hacia las generales y para concentrar esfuerzos en dirimir con el caudillo peronista.
No obstante, en el entorno de este concejal aseguran que, en el clamor por la unidad, no se negocia resignar la precandidatura a la intendencia ni tampoco los primeros casilleros de la lista al Concejo. Además del armado que lo acompaña desde su intento por la intendencia en 2019 y de la interacción con líneas del possismo, Di Castelnuevo sumó en esta campaña el respaldo de «Más Valores», espacio referenciado con Cynthia Hotton que le viene abriendo varias puertas de iglesias evangélicas del distrito, además de recorridas en compañía de pastores y miembros del Consejo Pastoral.
Como sea, cerca del concejal larretista están a la espera de los movimientos nacionales que, sobre todo en bastiones peronistas del conurbano como éste, suelen ser determinantes al momento de definir si hay PASO y el volumen de la misma. Mientras, consideran que «es muy difícil contener abajo cuando arriba les dan la posibilidad de romper».
Esa visión tiene como destinataria a la concejala Silvina Valdevenito, quien el año pasado se alejó de la bancada de Di Castelnuevo para conformar un monobloque referenciado con Patricia Bullrich. Bajo ese paraguas, ahora se anota como precandidata a la intendencia.
Por afinidades nacionales, Valdevenito interactúa con Gabriel Pozzuto, uno de los tres precandidatos de la interna de 2021 que, en el Concejo, convive en un bloque de tres bancas, junto con el radical possista Cristian Meske y con Ana De Benedetto (PRO). Con Jorge Macri como terminal política, Pozzuto no dio ninguna señal tendiente a jugar en esta elección pero sí dejó en claro su respaldo al bullrichismo.

En la última sesión del Concejo, el bloque de Pozzuto se desmarcó del resto de las bancadas opositoras al no acompañar el pedido de empréstito por $500 millones con el Banco Provincia que hizo la gestión Descalzo. Esa actitud, para algunos rincones de Juntos, fue considerada como un gesto político para mostrar autonomía hacia la discusión interna que viene.
A la complejidad de esa interna también se suma el radicalismo, que también tiene precandidato lanzado: Pablo Brizuela. Alineado a Maximiliano Abad y Facundo Manes, Brizuela viene mostrando una creciente actividad territorial, a la vez que da señales de interacción hacia la interna, como la reunión que realizó la semana pasada con el delegado local de ATE en compañía de la precandidata bullrichista Valdevenito.
Mientras preparan un nuevo desembarco de Manes en el distrito, en el armado de Brizuela aseguran que existen vasos comunicantes con todos los actores locales de Juntos, pero admiten que será difícil alcanzar una lista de unidad para las PASO, a menos que haya una fuerte definición ordenadora de arriba.

En tanto, Cristian Ritondo también apuntala a su referente local en el marco de la estrategia de posicionar figuras distritales que le den volumen (sobre todo en el conurbano) a su objetivo bonaerense. Así, en Ituzaingó el ritondismo promueve al concejal Christian Lanaro, quien viene acentuando las acciones territoriales con el acompañamiento de su hermano, el senador bonaerense Walter Lanaro.
Con la inseguridad como uno de los ejes de los cuestionamientos hacia el oficialismo, la semana pasada Ritondo desembarcó en el distrito para recorrer el centro comercial en compañía de los Lanaro. En ese contexto de varios dirigentes con aspiraciones, asoma una fuerte disputa interna de Juntos en Ituzaingó.