Guzmán: “El programa de 2018 de Macri con el FMI fue un préstamo político que financió una enorme salida de capitales y un salvataje a acreedores externos”

El ex ministro expuso en Berlín en un diálogo organizado por una ONG alemana contra la deuda de los países emergentes y la fundación socialdemócrata Friedrich Ebert. Opinó que el gobierno de Macri, en lugar de pedir ayuda al Fondo, debería haber reestructurado lo adeudado a los inversores privados y tendría que haber adoptado controles cambiarios.


Martín Guzmán viajó a Berlín una semana después de romper el silencio sobre su salida del Ministerio de Economía, lo que le valió duras críticas de su sucesor, Sergio Massa, y del gobernador bonaerense, Axel Kicillof, entre otros. Guzmán participó de un diálogo de expertos que organizó la ONG Erlassjahr.de, que reclama un jubileo de la deuda de los países emergentes, y la fundación socialdemócrata Friedrich Ebert. 

Se tituló “Por una solución global sostenible a la crisis de deuda global y una arquitectura para la resolución de las deudas insostenibles basada en reglas: ¿cómo cumplir con el acuerdo de tratado de coalición del gobierno alemán?”, en referencia a la alianza entre socialdemócratas, verdes y liberales.

“Históricamente el FMI (Fondo Monetario Internacional) proveyó salvatajes a los acreedores privados, generando un problema de riesgo moral y contribuyendo a generar o profundizar crisis de deuda en muchos países”, arrancó Guzmán. “El programa stand-by de 2018 de la Argentina con el FMI fue un préstamo político que financió una enorme salida de capitales y un salvataje a acreedores externos. El propio FMI reconoció esto en su evaluación post programa, marcando que debía haber habido una reestructuración de deuda en 2018 y adopción de controles de capitales.”

“En 2020, el FMI produjo un análisis de sustentabilidad de deuda pública de Argentina, en el cual sí reconoció que la Argentina necesitaba una reestructuración profunda”, dijo el ex ministro.

“Los acreedores se rehusaban a aceptar este análisis del FMI. El resultado de la reestructuración de la deuda pública argentina de 2020 con acreedores privados no debe interpretarse como una señal de que el sistema internacional para las reestructuraciones de deuda, un no-sistema, funciona. No todos los países tienen la capacidad que tuvo la Argentina para lidiar con el no-sistema internacional, sesgado a favor de los acreedores. Un problema de economía política doméstica que el actual no-sistema internacional profundiza es que los propios deudores no tienen los incentivos para iniciar reestructuraciones necesarias, o negociar quitas suficientes.

Los análisis de sustentabilidad de deuda deberían tener en cuenta también la deuda del sector privado y de las provincias en moneda extranjera. Estas también son relevantes para la sustentabilidad de deuda de un país. Es necesario avanzar en un mecanismo internacional para las reestructuraciones de deuda soberana. El no-sistema que tenemos hoy simplemente no alcanza y hace décadas que viene generando enormes problemas a los países que caen en situaciones de endeudamiento insostenible. Incluso si se crease un mecanismo internacional para la resolución de crisis de deuda soberana, esto nunca reemplazaría el rol central de los gobiernos de las naciones soberanas que deben luchar por los intereses y derechos de sus ciudadanos”, aseguró.

Días atrás, Kicillof había criticado a Guzmán por su acuerdo con el FMI de enero pasado: “Hay que diferenciar refinanciación de reestructuración. Hasta determinado punto donde Martín llevaba la negociación, buena parte del Gobierno hasta el Presidente comprendían que de lo que se trataba era de reestructurar la deuda que había tomado Macri. Esto es renegociar los pagos. Pero en un momento se supo, sorpresivamente, que no se trataba de eso, de cambiar el cronograma y los montos, en definitiva las condiciones de eso impagable; sino que de repente nos enteramos que se trataba de un nuevo préstamo para pagar el de Macri. Eso es refinanciar, y esa es la mentira que nos ocultó el ex ministro”.

AR