¿Argentina está preparada para la voracidad global por el litio?

El desafío es evitar la primarización de esas exportaciones y agregarle valor al mineral hasta llegar a la producción de baterías.


El boom internacional de la electromovilidad aceleró los ritmos de inversión y explotación de litio, lo que se refleja en una triplicación de la exportación del mineral por parte de la Argentina. Las provincias que detentan estas reservas (Catamarca, Salta y Jujuy) ya explican tres de cada diez dólares en minería que exporta el país en su conjunto.

El desafío sigue siendo evitar la primarización de esas exportaciones y agregarle valor al mineral hasta llegar a la producción de baterías. Según detallaron fuentes oficiales a El Destape, el foco de la política brasileña en la producción de alconafta permitiría a la Argentina sacar una amplia ventaja en la inversión, producción y consumo de baterías en la carrera por abastecer a las automotrices a nivel regional.

Las exportaciones de litio, aún incipientes, acumulan en el año unos 394 millones de dólares. Solo en carbonato de litio con destino a Japón, China, Corea y Estados Unidos aumentaron 176,5 por ciento respecto al 2021, con un incremento en los precios internacionales de casi 400 por ciento en los últimos doce meses, según el INDEC.

En los últimos meses cobró mucha notoriedad la reconversión del parque automotor, algo que se está acelerando a un ritmo vertiginoso. La clave es reducir las emisiones de gases de efecto invernadero responsables del calentamiento global.

“En la dinámica inicial la reconversión tenía fecha para mediados de 2040. Hoy se estima más cerca del 2030, tanto en los procesos de reconversión como normativos y de políticas”, explicó una fuente de la cartera industrial a El Destape. El impulso hacia la movilidad sustentable llega especialmente de los países centrales, lo que llevó a una aceleración de los procesos de inversión. Francia, con su predominio estatal a través de Citroën y Renault, tenían previsto una planta de baterías de litio para el 2035, pero las empezaron a construir hace seis meses con fecha de conclusión en 2024.

Eso rebotó en los procesos de inversión en minería en Argentina para hacerse de las sales, aunque el desafío es el desarrollo de proveedores de la cadena de valor del litio. En la cadena hay cinco eslabones claves: la producción del nitrato, el hidróxido, el sustrato, la inyección a las celdas y el armado de la batería. Hace cuatro meses se reunieron con el presidente Alberto Fernández los directivos de Gotion, una empresa china líder en electromovilidad, para establecer una planta de sustrato en Jujuy, lo que pone a la Argentina como un jugador relevante en la producción de la cadena de valor del litio. Estas plantas suelen emplazarse cerca de las minas para la elaboración del sustrato.

El objetivo es convertirse en un abastecedor regional, dado que pensar en exportaciones fuera del continente es muy costoso. “El abastecimiento global es otra historia. Las bacterias son inestables y los fletes son costosos. Pero el país podría tener una planta de fabricación de baterías de litio de carácter regional y para consumo interno. Hoy las terminales automotrices están privilegiando tener las plantas de ensamble de las celdas cerca de las plantas de fabricación, dado que las baterías son muy pesadas para su traslado”, explicó la fuente oficial.

Los costos logísticos de los módulos y packs de baterías, al tener volúmenes más elevados, son mucho mayores, por lo que también se ubican en las cercanías de las terminales automotrices. Esto es una ventaja también para las automotrices.

Las celdas son utilizadas como bien intermedio del proceso de ensamblado: varias conforman un módulo de baterías que a su vez constituyen packs, al conectarse a placas de control y sistemas de refrigeración. Las crecientes escalas de producción –que se duplican aproximadamente cada cinco años– generan una creciente integración con la industria de vehículos eléctricos e impulsan nuevas inversiones para producir celdas y baterías en países o regiones donde esta industria muestra mayor empuje y perspectivas de crecimiento.

“Para entender la centralidad de la Argentina como jugador clave se explica en un dato relevante: Brasil tiene un lobby muy fuerte en la alconafta. Entonces el proceso que se está acelerando va a estar mucho más demorado en Brasil. Y con esa demora, por la alconafta, la Argentina tiene que aprovechar jugando un rol en la provisión de litio y del autopartismo específico que lleva la electromovilidad”, agregó el funcionario. De hecho, Volkswagen Argentina inicio una planta de estampería liviana para carrocerías de unidades eléctricas, un proceso que no hay en América latina.

Argentina cuenta en la actualidad con proyectos con elevadas concentraciones de litio que se pueden extraer a costos competitivos, aunque los avances tecnológicos pueden poner en riesgo esta ventaja en un futuro no necesariamente lejano. El riesgo es evitar la primarización y que solo se exporten conteiner con las sales de litio.

Argentina actualmente detenta un precio unitario por tonelada exportada que se encuentra por debajo del promedio mundial. La AFIP estableció un precio de referencia mínimo de 53 dólares por kilo para las exportaciones de carbonato de litio a Canadá, Estados Unidos, Corea del Sur, Corea del Norte, China, Filipinas, Taiwán, Japón, Tailandia y Hong Kong. La intención del organismo es establecer “con carácter preventivo” un valor de referencia del litio “con el propósito de que sea utilizado por las áreas de control” y evitar irregularidades. “Empujar la puesta en marcha de la mayor cantidad de operaciones locales será una tarea en la que los gobiernos provinciales, con el apoyo del nacional, deberán trabajar para no dejar pasar la ventana de oportunidad abierta”, explicaron desde Industria.

 

Cristian Carrillo

Cristian Carrillo