Estados Unidos y el resurgimiento de la izquierda latinoamericana

 


Ya no necesitamos ni siquiera esforzarnos mucho en el análisis, por lo tan evidente que se ha hecho esta triste realidad.

Hoy tuve el placer de prácticamente “atropellarme” con una noticia en la página electrónica de RT en Castellano, la cual posee el siguiente título: “Asesor de Biden: «Hace 40 años, EE.UU. hubiera hecho todo lo posible para prevenir la elección de Gustavo Petro o sabotear su Gobierno». Citando el artículo mismo, logramos descubrir que:

“…el asesor de la Casa Blanca para el Hemisferio Occidental, Juan González, aseveró en un congreso empresarial realizado en Colombia que cuatro décadas atrás, EE.UU. habría «hecho todo lo posible» para evitar su elección o sabotear su Gobierno. «Hace 40 años, EE.UU. hubiera hecho todo lo posible para prevenir la elección de Gustavo Petro y, ya en el poder, hubiera hecho casi todo lo posible para sabotear su Gobierno», dijo González … «Esas son las políticas de la Guerra Fría, que hasta cierto punto hoy en día para unos son una justificación de unas perspectivas revisionistas que caracterizan la política de EE.UU. dentro de un contexto de la manifestación local de un imperio» … «No importa la ideología o donde esté en el espectro político un Gobierno. Si es elegido y gobierna democráticamente, vamos a buscar áreas de interés común y las vamos a avanzar, también vamos a comunicar más nuestras preocupaciones»…

La percepción estadounidense de nuestra región no ha cambiado para nada, en realidad, tampoco ha logrado refinarse o mejorar un poco, pues sigue siendo la misma de siempre, aun cuando pretenden demostrar una “fresca” versión de lo mismo, un “repackaging”, si se nos permite el uso de esta expresión mercantilista. Siguen percibiendo a Nuestra América como su patio trasero, pero también como una región poblada por niños, infantilmente incapaces de pensar por sí mismos, y, por ende, se les puede tan fácilmente “meter gatos por liebres”, figurativamente hablando. Con una actitud tan altiva, nos informan de lo tanto que supuestamente ha cambiado Estados Unidos: “Hace 40 años, EE.UU. hubiera hecho todo lo posible para prevenir la elección de Gustavo Petro y, ya en el poder, hubiera hecho casi todo lo posible para sabotear su Gobierno”.

El simple hecho de que declaran esto, demuestra la miserable y pobre concepción que poseen de América Latina y su población, y cómo con esta nos insultan, seguros de que creeremos el inicio de un “Nuevo Estados Unidos”, el mismo que se había declarado igualmente como “nuevo” y con “nuevas relaciones panamericanas” durante las administraciones políticas de los Presidentes Franklin Delano Roosevelt y John Fitzgerald Kennedy, novedades conocidas por sus grandes estafas, la mal llamada “Buena Vecindad” y la terrible “Alianza para el Progreso”, respectivamente.

Esta última declaración del funcionario de alto nivel del gobierno del Señor Joseph Biden nos hace recodar de otra gran estafa, la realizada por el Señor Presidente Barack Hussein Obama, al arribar de vista a Chile en el año 2011, y ser consultado respecto a las peticiones tanto de organismos de derechos humanos como de parlamentarios de oposición respecto a que Estados Unidos debería pedir perdón y reconozca su rol en el golpe de Estado en Chile de 1973: “es importante, sin embargo, incluso al comprender nuestra historia y lograr mayor claridad sobre la misma, que no nos quedemos atrapados por la historia”. Esto que acabamos de leer, de la misma nación que pasó tantas décadas de los siglos XIX y XX gritando maniáticamente “Don´t Forget the Alamo” para justificar todo tipo de atrocidad contra nuestra amada México y el resto de Nuestra América, cuando en realidad lo del Álamo fue efectivamente un acto de provocación de guerra (no muy diferente a la reciente vista de la octogenaria Señora Pelosi a la isla de Formosa) perpetrado por los mismos estadounidenses, y que en la actualidad hubiera sido identificado como una declaración de guerra, en cualquier otro contexto.

Golpe de Estado en Bolivia

“Hace 40 años, EE.UU. hubiera hecho todo lo posible para prevenir la elección de Gustavo Petro y, ya en el poder, hubiera hecho casi todo lo posible para sabotear su Gobierno”: ¡Qué inmensa hipocresía!, ¡Qué manera tan descarada de burlarse de los hijos de Bolívar, San Martín, Hidalgo y el resto de nuestros próceres! ¿40 años? ¿Esperan con estas declaraciones balbuceadas que se nos olvide el golpe de Estado contra Hugo Chávez en el 2002; el saboteo petrolero del 2003; el golpe de Estado contra Fernando Lugo en el Paraguay; el golpe de Estado contra Manuel Zelaya en Honduras; el golpe de Estado contra Dilma Rousseff en el Brasil y el encarcelamiento ilegal de Lula da Silva; el fraude electoral que permitió la continuación del narcotraficante Juan Orlando Hernández en Honduras, por indicar solamente una pequeña muestra? ¿Todo esto sucedió hace 40 años, o fueron durante los últimos años?

“No importa la ideología o donde esté en el espectro político un Gobierno. Si es elegido y gobierna democráticamente, vamos a buscar áreas de interés común y las vamos a avanzar, también vamos a comunicar más nuestras preocupaciones”. Quizás deberíamos consultar con el Presidente Evo Morales de Bolivia, a ver qué tan verídica y exacta es esta monstruosidad de hipocresía que nos ofrece el alto funcionario del gobierno estadounidense. ¿Qué tan infantil y amnésico pretenden los estadounidenses que son los latinoamericanos y los caribeños, para que semejante barbaridad sea creíble, y no meramente un insulto a nuestra consciencia colectiva?

América Latina, Nuestra América, la tierra que engendró a Martí, Sandino y Perón, ya posee un grado de consciencia política, pero más importante, de consciencia anfictiónica e histórica, como para ignorar las crudas e insolentes palabras del funcionario “agringado” de Estado (el Señor González), y en vez enfocarnos en palabras mucho más genuinas y sinceras, de otro agringado que es más honesto y directo en su odio y su deseo de dominar, al igual que su jefe el Señor Donald Trump: El Senador Rafael Cruz, conocido como “Ted” Cruz. A continuación, podemos leer la transcripción de una pequeña parte de su discurso ante el senado estadounidense, a pocos días de la toma de posición del presidente neogranadino:

“…Nueve gobiernos de Suramérica, Centroamérica y el Caribe, están bajo el control de los socialistas. Todos estos gobiernos, con una sola excepción (debe ser la Chile “Socialista”), son también abierta e ideológicamente antiestadounidense. Están comprometidos con socavar la seguridad de Estados Unidos y poner en peligro a los estadounidenses. Colombia se convertirá en el décimo país de la región controlado por la izquierda “dura” cuando el nuevo Presidente de ese país – Gustavo Petro – asuma su cargo. Estoy profundamente preocupado que, al asumir su cargo, Colombia se unirá a la fila de las fuerzas antiestadounidenses en América Latina. Petro es el primer líder abiertamente marxista en ser elegido como Presidente de Colombia. Arribó al poder a través de la extrema izquierda de Colombia, lo que incluye a las guerrillas y grupos terroristas. No estoy interesado en entregar a los izquierdistas latinoamericanos dinero de los impuestos estadounidenses. Creo que nuestra política exterior debería usar palos y zanahorias para incentivar a otros países para que se comporten de una forma que beneficie los intereses de Estados Unidos…”    

“Now that, is a breath of fresh air”, dirían los estadounidenses, sin duda alguna. No se puede esperar más sinceridad que esta de un político norteamericano. En resumen, América Latina está “consumida” por el comunismo (nadie fue electo democráticamente, o quizás sí fueron, pero qué importa, serán todos condenados por igual), Petro no fue elegido democráticamente por el pueblo colombiano – aparentemente – sino fue llevado al poder por los terroristas y las guerrillas (me sorprendió que no incluyó en esa lista a los narcotraficantes, pero quizás fueron excluidos para evitar herir las delicadas sensibilidades del gran narco Álvaro Uribe) y, mucho más importante, la política panamericana de Washington debe ser una en la cual se «incentiva a otros países para que se comporten de una forma que beneficie los intereses de Estados Unidos». Más claro y sincero, imposible.

Ya no les queda a los apologistas de Estados Unidos en nuestra región mucha “materia prima” con qué realizar sus engaños y sus serviles discursos, pues los “amos mismos” se han pronunciado muy claramente al respecto: no se trata de democracia, sino del poder gringo para ajustar el comportamiento de nuestra región, en base a sus intereses, y al infierno con los intereses de esos pueblos. Ted Cruz no quiere entregar “dólares” de los impuestos para los “socialistas” – no sé quién le está pidiendo “limosnas” a él para que esté negando “dólares” – pero no tiene problemas en entregar miles de millones de esos mismos dólares a un gobierno que aniquiló oficialmente todo tipo de oposición en su país, como el gobierno que es literalmente sostenido por milicias abiertamente fascistas del Señor Volodymyr Zelensky en Ucrania. Entonces, en resumen: guerrillas: malas, y nada de dinero para estas; alternativamente, milicias fascistas: buenísimas, y miles de millones de los dólares de impuestos para estos “demócratas”.

Por más que sean las limitaciones y los problemas de nuestra región – y sin duda alguna tenemos demasiadas de estas – por lo menos hemos crecido lo suficiente como para poseer la consciencia política e histórica necesaria para comprender que ya estos discursos no solamente son altamente incongruentes, contradictorios y claramente hipócritas, pero más importante, son irrelevantes, sin poseer el mérito de ser exploradas, más allá del tiempo que este humilde autor ha decidido perder en estas, tiempo tanto de él, como el de sus estimados lectores.

¿Qué es lo que realmente importa, entonces? Importa saber que, en poco tiempo, y como efectivamente ya empezó en contra de la valiente Presidenta Xiomara Castro, y como ya se evidencia que ha sido contra del Presidente López Obrador, empezará la campaña de desestabilización y destrucción de la gestión del Presidente Petro. Con el paso del tiempo, veremos cómo Petro y su gobierno perderán el calificativo de “democrático” en los medios gringos y de la derecha latinoamericana, y este se transformará en el gran villano de la región, segundo solamente al gran “Satanás” de América Latina y el Caribe, el heredero del Comandante Hugo Chávez en Caracas.

Importa contemplar que como en el año 1999, cuando Venezuela dio el ejemplo de cómo ser independiente de Washington, otra vez Venezuela da el ejemplo del precio que se tiene que pagar por resistir el programa estadounidense de recuperar su lamentable hegemonía, severamente debilitada durante la década de 2000 – 2010. Lo sufrido por el pueblo venezolano desde el 2015, es efectivamente un “templado” para toda América Latina, un “modelo” de lo que se le aplicará tarde o temprano al resto de la región (vean como desarrolla la agresión contra Managua), y mientras más sufra Estados Unidos en el mundo fuera de nuestro hemisferio, con su guerra abierta contra Rusia y China, más descarado, más violento y menos “pretensioso” será este en aplicar brutalmente lo que le queda de poder para doblegar a las poblaciones de Nuestra América, justo para que “se comporten de una forma que beneficie los intereses de Estados Unidos”.

El Mundo se encuentra en un gran y complejo proceso de reajuste estructural, y no se está dando este proceso con los métodos tradicionales de las tres guerras mundiales que caracterizaron el sistema internacional del Siglo XX (la Primera, la Segunda y la primera Guerra “Fría”), sino a través de procesos mucho más complejos que lo que actualmente podemos comprender e imaginar. En la década de 2000 a 2010, el Comandante Hugo Chávez habló de la posibilidad de que América Latina se convierte en un “polo de poder”, en un sistema multipolar. Pues la multipolaridad plena, irreversible e innegable ya está aquí, y lo de un polo de poder para nuestra región ya no es un mero anhelo o un deseo visionario pero distante, sino la única opción viable para la región, si desea evitar otra esclavización como la que ya habíamos sufrido durante el Siglo XX.

Notas:

*Internacionalista y Profesor de relaciones internacionales en la Universidad Bolivariana de Venezuela. Colaborador de PIA Global