Con el escenario actual, un grupo de investigadores estudió las consecuencias de un posible enfrentamiento nuclear entre las grandes potencias, y los resultados fueron demoledores: una guerra nuclear de ese tipo —a gran escala— podría desencadenar en una hambruna mundial y matar a más de 5.000 millones de personas, es decir, un 75% de la población mundial.

La investigación, publicada en Nature y revisada por pares, alertó además que una guerra nuclear entre Rusia y Estados Unidos no es lo único que destruiría al mundo: con un conflicto nuclear regional —una guerra «pequeña» entre India y Pakistán, de apenas el 3% de las reservas mundiales— terminaría con la vida de 2.000 millones de personas, debido a la hambruna que desencadenaría.

“Es realmente una advertencia que cualquier uso de armas nucleares podría ser una catástrofe para el mundo”, dijo el climatólogo y autor del estudio Alan Robock, profesor distinguido en el Departamento de Ciencias Ambientales de Rutgers.

Las primeras muertes serían, como no puede ser de otra manera, con las mismas bombas nucleares. Sin embargo, el después sería igual o peor de catastrófico. El hollín lanzado a la atmósfera después de un intercambio nuclear destruiría la producción de cultivos al bloquear la luz solar y reducir las temperaturas, según modelos climáticos que simulan seis escenarios de guerra nuclear diferentes.

El hollín enviado a la atmósfera cambiaría el mundo para siempre

Estos modelos analizaron los cambios en la producción agrícola y el comercio en cinco escenarios sobre cómo podrían desarrollarse guerras nucleares más pequeñas. Como resultado, proyectaron que decenas de millones de muertes inmediatas en la zona de guerra serían seguidas por cientos de millones de muertes por inanición en todo el mundo, incluido Argentina a pesar de su distancia con el resto del mundo.

Y eso ni siquiera tiene en cuenta los efectos del aumento de la radiación ultravioleta en los cultivos debido a la destrucción de la capa de ozono causada por el calentamiento de la estratosfera, dijo Robock. Tal efecto, que los investigadores esperan cuantificar en estudios futuros, probablemente empeoraría los resultados, aseguró.

“En mi opinión, nuestro trabajo es una amenaza existencial para las armas nucleares: demuestra que no se pueden usar armas nucleares. Si los usas, eres como un terrorista suicida. Estás tratando de atacar a alguien más, pero morirás de hambre”, declaró Robock.

“El público en general necesita comprender la enormidad del peligro que enfrentamos, la inmediatez de la amenaza y la urgencia de eliminar estas armas antes de que nos eliminen a nosotros”, alertó el investigador.

Los lugares más afectados por un ataque nuclear

La disminución de los cultivos sería más severa en las naciones de latitudes medias y altas, lo que incluye potencias exportadoras como Estados Unidos Rusia, y probablemente daría lugar a restricciones a la exportación que causarían graves dificultades en los países dependientes de las importaciones en África y Oriente Medio, reportó Forbes.

Los ahorros de las estrategias de compensación, como usar cultivos para alimentar al ganado para alimentar a las personas o eliminar todo el desperdicio de alimentos, podrían ser de ayuda limitada inmediatamente después de una pequeña guerra nuclear, pero serían de uso mínimo después de conflictos importantes, dijeron los investigadores.

Los cultivos de todo el mundo se verían afectados

El estudio resaltó que la humanidad podría adaptar los sistemas agrícolas para que funcionen en el caso del invierno nuclear. Sin embargo, tales cambios serían difíciles de implementar a tiempo para el segundo año mortal predicho por los modelos.

El uso de cultivos adaptados al frío que necesitan menos luz, los invernaderos o el cambio a fuentes alternativas de alimentos como hongos, algas, insectos y proteínas celulares también podrían ayudar a reducir el impacto, pero no se examinaron con los modelos, como tampoco las diez cosas que se pueden hacer frente a un ataque nuclear.

¿Cuáles son los conflictos nucleares posibles?

La mayoría de los escenarios que los investigadores consideraron involucraron un hipotético conflicto nuclear entre India y Pakistán, que creen que es la región más probable donde tal conflicto podría estallar. ¿Por qué? Los dos países ya se enfrentaron en cuatro guerras y todavía mantienen conflictos fronterizos frecuentes.

Una guerra nuclear entre ambos países empezaría con 250 armas nucleares de 100 kilotones enviadas a los centros urbanos del estado enemigo, desembocando en la muerte de 127 millones de personas por explosiones, incendios y radiación, según el estudio.

A eso le seguiría una inyección de 37 millones de toneladas métricas de hollín en la atmósfera, lo que provocaría una caída de las temperaturas en todo el planeta de más de 5 grados centígrados, un rango experimentado por última vez durante la Edad de Hielo.

El antecedente de Hiroshima y Nagasaki siembra miedo entre investigadores

En consecuencia, la producción de alimentos colapsaría, y la hambruna resultante mataría a más de 2 mil millones de personas en todo el mundo, según el estudio más reciente.

En el caso de una guerra más grande entre EE. UU. y Rusia, que se cree que en conjunto poseen más del 90% de las reservas nucleares del mundo, se estima que morirían 5.000 millones de los 6.700 millones de personas en todo el mundo, según la investigación.

Pero cualquiera de las nueve naciones con armas nucleares, que también incluyen a China, Corea del Norte, Francia, Israel y el Reino Unido, tiene suficiente potencia de fuego en la punta de sus dedos para causar un inmenso sufrimiento y muerte en todo el mundo, con hollín elevándose hacia el cielo y provocando un efecto dominó del enfriamiento catastrófico y la hambruna, sugiere el estudio.