El gran desarrollo de Vaca Muerta, con una producción en mayo de 75 millones de m3/día de gas natural no convencional (shale gas) superó la producción convencional, dando un total de 135 millones de m3/d. Sin embargo, no resolvió el tema de la demanda del pico, que requiere de unos 30 millones de m3/d adicionales. Estos se obtienen mediante la importación de GNL a través de barcos a un costo de 30 dólares MMBTU, lo cual implica un total de 3080 millones de divisas.

Además del GNL, se suman 10 a 12 millones m3/d provenientes de Bolivia a 19 dólares MMBTU, con una erogación total de cerca de 800 millones de dólares. Por último, las turbinas de gas que se cubren con gas oil demandan 8 millones de m3 de gas natural/d y requieren de unos 10 barcos de gas oil por 550 millones de dólares.

Drenaje

A pesar del incremento en la producción local, hay unos 4 mil millones de dólares que suman las importaciones en 2022. Esto afecta directamente la recuperación económica del país. Para el 2023, con suerte podrían fluir unos 10 millones de m3/d por el nuevo gasoducto de Tratayén-Salliqueló y así cubrir dos meses del invierno próximo. De todos modos, el pico de invierno entre mayo y setiembre, de 50 Millones de m3/d,  va a requerir de nuevo importación de gas de Bolivia, barcos de GNL y algo de gas oil.

Se podrá contar, con suerte, de nuevo con los 12 millones m3/d de Bolivia, unos 1200 millones de dólares. La importación de barcos de GNL necesarios para cubrir el pico está en el orden de 28 millones de m3/d, no menos de 28 barcos y un estimado 2500 millones de dólares. En total, el número se acerca a los 3300 millones de dólares.

Por otro lado, en relación al faltante de gas oil se observa que la producción nacional se acerca a los 800 millones de m3/mes. Para llegar a los 1200 millones de demanda, se deben importar unos 400 millones de litros mensuales, que a razón de 1,1 dólar por litro implica unos 440 millones de dólares. De modo que las importaciones equivalen a la mitad de la producción local. Por ello, es urgente de establecer una ampliación de las destilerías, en particular en la zona de Comodoro Rivadavia, y agrandar otras plazas para crudo liviano de Vaca Muerta. Este enorme drenaje de divisas del GNL y gas oil es lapidario para sostener un desarrollo del país.

En el caso del crudo, actualmente se refinan cerca de 29.500 millones de litros, pero hay capacidad para un 15 hasta 20 por ciento más. Para cubrir faltantes de gas oil, se requiere también incrementar la producción de crudo pesado. Ni YPF ni ninguna empresa se ha propuesto por ahora concretar ello.

Ideas

Cabe una preguntarse si no resulta urgente corregir o establecer otro marco regulatorio ampliado para considerar la provisión de gas oil y de gas natural, por lo que significan en términos estratégicos.

La construcción del gasoducto de Tratayén-Salliquelo y obras anexas es una noticia alentadora. Amerita también encarar almacenajes criogénicos, pues son complementarios al gasoducto. Como mínimo, dos almacenajes de unos 200 millones de m3 de gas natural en forma de GNL en la zona del AMBA, que posibiliten en pleno invierno mitigar la demanda pico.

Por otro lado, ante la saturación del gasoducto austral, vale considerar la posibilidad de traer en forma de GNL el gas de Tierra del Fuego y del ex yacimiento de Río Chico cerca de Punta Loyola, donde se almacena para exportar a Puna Arenas en Chile. Allí es posible la licuefacción del mismo en un barco tipo FLNG (Floating Liquifed Natural Gas) y transportarlo en barcos GNL, ambos alquilados hasta Escobar y/o Bahía Blanca. La licuefacción del gas local, el almacenaje, la descarga a barco, transporte y vaporización, en su conjunto puede obtenerse en pesos a un porcentaje muchísimo menor de los precios del Qatar o similares. Es una oportunidad para bajar la necesidad de divisas.

En el 2024 y 2025 continuarán las peripecias de cubrir la demanda local en el pico invernal, a pesar de que hasta Salliqueló con el nuevo gasoducto podrían llegar en el 2024 unos 20/30millones diarios para el pico invernal. Para ese momento, es previsible la merma del gas de Bolivia de hasta un 50 por ciento del volumen de 2022. De allí que los barcos de GNL sigan en el tapete. 

Para disminuir la importación de GNL se hace evidente la entrada de almacenajes criogénico, que permitiría ahorrar al menos 10 barcos importados. Avanzar en esa dirección requiere tomar decisiones ahora.

El delicado escenario actual de faltante de gas oil, con respuestas tardías de YPF en el suministro, deja medianamente claro que es urgente dejar de exportar crudo pesado  y orientarlo a cubrir la capacidad disponible de las destilerías para producir gas oil nacional.

La trama de la energía en el país se complejiza por falta de previsiones adecuadas. Si bien Argentina posee abundante energía potencial para el desarrollo nacional, en los próximos años este sector parece más una traba, por el peso de las importaciones, que un motor. Hoy es el momento de realizar las previsiones para 2023, 2024 y 2025 en el suministro del gas natural, GNL y gas oil.

*Vicepresidente del IESO- Instituto de Energia Scalabrini Ortiz. Integrante del Grupo Bolivar y del CEEN.