Semana financiera: Los activos argentinos atravesaron una semana de firme recuperación.

La llegada de Sergio Massa al Ministerio de Economía mejoró las expectativas. Los bonos en dólares rebotaron y el riesgo país recortó 500 puntos. El S&P Merval subió 21% en dólares y tanto el dólar libre como el “contado con liqui” quedaron debajo de los 300 pesos.


El desembarco del presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, como “superministro” de Economía produjo una expectativa positiva en los mercados que se plasmó en todos los precios del mercado. Aunque aún no se conocieron medidas concretas, el golpe de timón en el área económica llevó a los operadores a especular con la búsqueda de un sendero de consolidación fiscal que establezca bases para ponerle freno a la inflación y retomar el crecimiento de la actividad.

Además del aval conjunto del presidente Alberto Fernández y la vicepresidente Cristina Kirchner, Massa impuso sus condiciones para integrarse al gabinete, con autonomía sobre todas áreas ligadas a la política económica, especialmente la secretaría de Energía, la AFIP y el Banco Central, para contar con más coordinación y eficacia en las políticas.

En ese marco, los bonos soberanos en dólares de la Argentina ganaron un 25% en promedio en Wall Street, para encadenar cinco ruedas consecutivas de amplias ganancias, desde sus valores mínimos en dos años. Los bonos Globales, con ley extranjera quedaron operados todos por encima de los USD 22, después de que algunas emisiones, como el GD35 y el GD46 llegaron a operarse en torno a USD 17 la semana pasada.

El riesgo país de JP Morgan recortó en la misma proporción nada menos que 500 unidades para la Argentina, a la zona de los 2.400 puntos básicos. La semana anterior, el indicador anotó un máximo intradiario de 2.976 unidades, la cifra más alta desde mayo de 2020.

“Hay varios factores que explican la suba que vienen experimentando los bonos en las últimas ruedas. Por un lado, los rumores de cambio de gabinete -confirmados incluso en las últimas horas- y que el mercado podemos decir ve con ‘buenos ojos’. En concreto, generó cierta expectativa positiva y provocó el rebote de los bonos, aunque desde el subsuelo”, comentó Emiliano AnselmiTeam Leader de Macroeconomía de Portfolio Personal Inversiones. “Por otro lado, es real que estamos viendo algo de flujo de empresas que están desarmando Cedears -obligadas por nuevas medidas-, y que más limitados en sus operaciones ven atractivos los bonos”, agregó.

El S&P Merval de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires avanzó 7,6% en pesos, a 122.528 puntos. Si bien es cierto que el índice líder recortó posiciones desde el récord de 130.000 puntos alcanzado al promediar la semana, el descenso del “contado con liqui” le permitió recuperar posiciones y ganar un 21,9% semanal medido en dólares. Además, el panel de acciones líderes anotó una ganancia del 38,5% en pesos y 21,4% en dólares en el transcurso de julio.

Por otro lado, contribuyó al impulso positivo la firme reacción alcista de Wall Street, después de que la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) volviera a subir las tasas de interés en 75 puntos básicos como parte de su esfuerzo por poner coto a una inflación desbocada y con el fantasma de una posible recesión en el aire.

La suba de tasas más grande en tres años

El Directorio del Banco Central dispuso este jueves elevar la tasa de interés nominal anual de las Letras de Liquidez (Leliq) a 28 días, para pasarlas del 52% a 60%, lo que representa una Tasa Efectiva Anual (TEA) de 79,8%, más cercana a los pronósticos de inflación de las consultoras privadas. Este incremento de los rendimientos en pesos, el más amplio desde los 11 puntos porcentuales aplicados el 12 de agosto de 2019, después de las PASO que consagraron la candidatura presidencial de Alberto Fernández, fue un factor central para el descenso de los dólares alternativos.

Al mismo tiempo, como consecuencia de ese alza, el BCRA subió la tasa de interés mínima que deben pagar los plazos fijos de personas humanas, para establecerla en un nuevo piso en 61% nominal anual para las imposiciones a 30 días hasta 10 millones de pesos.

Este fuerte incremento, también de 800 puntos básicos como las Leliq, representa un rendimiento de 81,3% en términos efectivos anuales, es decir, si el plazo fijo se renueva mes a mes, con capital e intereses, durante un año. De este modo, un plazo fijo minorista a 30 días pagará un rendimiento del 5,08%.

También empujó al mejor ánimo inversor la exitosa colocación de deuda del Tesoro en pesos, que alcanzó los $560.000 millones en dos tandas, el doble de los vencimientos, lo que ayuda a sostener el financiamiento neto positivo para el Gobierno.

Desplome de los dólares libres

La euforia bursátil tuvo contraparte en el movimiento de precios en el mercado cambiario. El dólar libre terminó negociado el viernes a $296 para la venta, con una pérdida de 43 pesos, o un 12,7%, en la semana. Las paridades bursátiles del “contado con liquidación” y el dólar MEP también quedaron negociados debajo de los 300 pesos.

El dólar mayorista ganó en la semana 1,53 peso o 1,2%, a 131,27 pesos. Así, la brecha cambiaria con el dólar “blue” se redujo a 125,5 por ciento.

Las novedades con el “cepo” para incentivar las liquidaciones de exportaciones del agro no tuvieron efecto en la plaza mayorista, donde el Banco Central tuvo que apuntalar la oferta con ventas netas del orden de los 310 millones de dólares a lo largo de la semana.

El instrumento que lanzó el BCRA para productores de soja se espera que empiece a tener efecto dentro de algunas jornadas iniciando el proceso de venta que luego se traducirá en la liquidación de divisas en el mercado de cambio. Según los procesos industriales, desde la venta del grano son unos 45 días hasta su impacto en el mercado”, señalaron a Infobae fuentes del mercado.

En julio, la autoridad monetaria obtuvo un saldo neto negativo por su intervención en el mercado de cambios de USD 1.275 millones un desempeño negativo que no se observaba desde septiembre de 2020.

“El deterioro del sector externo no se explica por el eventual atraso en la liquidación de granos, o por el peso puntual de las facturas de gas importado, sino por la acumulación de desbordes fiscales y monetarios, que se expresan en inflación que atrasa el tipo de cambio real y demanda agregada que no puede ser satisfecha por la oferta local”, explicó Jorge Vasconcelos, director del Ieral de la Fundación Mediterránea.