Lula busca mantener la delantera y Bolsonaro se recluye entre los propios

El candidato a presidente de Brasil, Luis Inacio “Lula” da Silva publicó una nueva versión de un potencial programa de gobierno, definido por el Partido de los Trabajadores como “un texto posible”, mientras que Bolsonaro se recluye entre los propios e insinuó que su compañero de fórmula de cara al 2 de octubre será un militar de su confianza.

 


El pasado 24 de junio empezó la cuenta regresiva desde el día 100 antes de la elección presidencial en Brasil. Mientras Lula se mantiene en la delantera según todas las encuestas, el expresidente y su compañero de fórmula el exgobernador de San Pablo, Geraldo Alckimin (PSB), presentaron una nueva versión ampliada del primer programa difundido desde su lanzamiento como candidatos.

En este documento aggiornado, se ve reflejado el intento de la coalición de siete partidos (PSB, PSOL, Rede, PC do B, PV y Solidaridad) liderada por PT de seguir dialogando con sectores de centro y mantener la delantera en las encuestas. El documento matiza la idea de un cambio en la legislación laboral y en lugar de hablar de la eliminación de la reforma implementada por el gobierno de Michel Temer, argumenta a favor de una nueva legislación negociada.

“El nuevo gobierno propondrá, a partir de un amplio debate y negociación, una nueva legislación laboral de amplia protección social a todos formas de ocupación, empleo y relación laboral”, sostiene el texto. También se excluye la alusión al aborto y en lugar de mencionar una reforma previsional habla de reconstruir el sistema: “Promoveremos la reconstrucción de la seguridad y la seguridad social, por la amplia inclusión de los trabajadores”.

Lula y Alckmin sí insisten en su crítica al programa privatizador de Bolsonaro y su ministro de Economía, Paulo Guedes, y aseguran que se oponen “firmemente” a la “privatización en curso de Petrobras y Pré-Sal Petróleo S.A. (PPSA)” así como también de Eletrobras, que si bien vendió la mayoría accionaria, el programa dice que quiere devolverla como “patrimonio del pueblo”.

De los aspectos coyunturales más urgentes, retoma el tema de las tarifas y asegura que “es tarea prioritaria coordinar la política económica para combatir la inflación y enfrentar la hambruna, en particular la de alimentos y combustibles y electricidad”, áreas en las que más críticas recibe el gobierno actual.

Además, en momentos en que Bolsonaro es criticado por los asesinatos del periodista británico Dom Phillips y el indigenista Bruno Araújo en la Amazonía, el programa de la coalición liderada por el PT levanta el perfil de sus propuestas para ese territorio.

“Es imperativo defender la Amazonía de la política de devastación puesta en práctica del gobierno actual. En nuestros gobiernos, hemos reducido en casi 80% la deforestación en la Amazonía, la mayor contribución jamás realizada por un país para mitigar el cambio climático entre 2004 y 2012. Ya estamos comprometidos con el futuro del planeta, sin ninguna obligación legal, y lo volveremos a hacer”, promete el programa.

Para llegar al programa final de gobierno, el PT mantiene su propuesta de recoger contribuciones de toda la sociedad a través de una plataforma digital, la cual también fue presentada en el mismo evento en que se expuso las directrices programáticas preliminares.

Bolsonaro, en tanto, que en tiempos de crisis logró sostener su base de apoyo, ahora necesita ampliarla para pasar a segunda vuelta. Sin embargo, el nombre que arrojó como su posible compañero de fórmula no refleja necesariamente un gesto hacia otros sectores sino más de lo mismo.

“Pretendo anunciar en los próximos días al general (Walter) Braga Netto como ‘vice’”, dijo Bolsonaro, quien en otras oportunidades había “soltado” otros nombres como el del jefe de Seguridad de la Presidencia, Augusto Heleno (también militar) o la exministra de Agricultura Tereza Cristina Correa, quienes finalmente quedarían en el camino.

El general que sería premiado con la candidatura, ocupó lugares claves en la política brasileña durante los últimos años y es un hombre de confianza de Bolsonaro. Este le otorgó al inicio de su gobierno la jefatura de la Casa Civil desde donde batió algunos duelos con Guedes durante la pandemia. Braga Netto había presentado el programa “Pro Brasil”, con un corte intervencionista que no había sido del agrado del Chicago Boy y este solo pudo demandar la transitoriedad de esas medidas de emergencia.

Luego fue a un área esencial del Ejecutivo brasileño, el Ministerio de Defensa y finalmente opera como asesor de la Presidencia. Con anterioridad, el general fue interventor militar de Río de Janeiro. Desde que fue designado como interventor, además del asesinato de la concejala Marielle Franco, la Defensoría Pública reconoció que existieron más de 30 tipos de violaciones a los Derechos Humanos provocadas por los militares.

Braga Netto deberá dejar su cargo en los próximos días, antes del 2 de julio, ya que la legislación electoral exige dejar sus posiciones máximo tres meses antes de la elección.