El ministro de economía, Martín Guzmán, afirmó que «el salario real debe crecer y el crecimiento debe ser equitativo», pero si el salario mejora podría presionar todavía más sobre una inflación que crece a un 6 por ciento mensual. A su vez, la restricción en el acceso a los dólares podría forzar una desaceleración de las importaciones, pero esa situación pondría en jaque el ritmo de crecimiento.  Estas parecerían ser las grandes preocupaciones al día de hoy del oficialismo. ¿Cómo fomentar el crecimiento económico y la recomposición salarial sin desatender la inflación?

Pedro Gaite, becario doctoral del CONICET en el Centro de Estudios de la Estructura Económica (CENES), explica que «los principales límites al crecimiento económico son; por un lado, la restricción externa, es decir, la falta de dólares que es algo que ya se está viendo por las reservas bajas que tiene el Banco Central y las expectativas de devaluación que hay. Está habiendo dificultades para que el aumento de las exportaciones se traduzca en acumulación de reservas. Porque si bien las exportaciones están a niveles casi récord, por el aumento de los precios internacionales, aumentaron mucho las importaciones y, por lo tanto, la acumulación de reservas es relativamente baja».

Y esto presenta un problema porque la meta con el Fondo Monetario Internacional obliga a acumular reservas, Gaite explica que para cumplirlo, en este contexto, «hay que ponerle un freno a las importaciones y eso obviamente genera una merma en la actividad económica. Si se  frenan las importaciones eso impacta de manera directa sobre la producción y ese es el límite más problemático”.

En este sentido, Florencia Gutierrez, analista económica del Centro de Economía Política (CEPA) explica que para que el crecimiento sea constante hay que acumular reservas. “Argentina viene sosteniendo un buen nivel de actividad económica. Si miramos el primer bimestre de este año, estamos un 7 por ciento por encima del 2021 que fue un buen año para la actividad económica. Incluso si vemos algunos datos adelantados, como es el caso de recaudación que creció un 64 por ciento interanual o el índice de producción industrial que viene sosteniendo un crecimiento. Es decir, los próximos meses podemos esperar un buen nivel de actividad. Ahora bien, para que este crecimiento se haga consistente en el tiempo, el principal obstáculo es la necesidad de acumular reservas. El FMI ya de por si pone una meta de reservas, pero además se necesita acumular un ingreso de divisas más importante, algo que el BCRA en este momento no está haciendo», asegura.

Por otra parte, se encuentra el desafio, que mencionó el ministro de economía, de tratar de que aumente el salario real en este contexto de inflación tan alta. Con respecto a los salarios, Gaite explica que «lo que sucede es que si aumenta mucho el salario real, se tracciona el consumo privado y eso impacta sobre la producción, y se va a tener una mayor demanda de importaciones. Entonces el gobierno está entre la espada y la pared. El gobierno tiene que aumentar el salario real pero a su vez si aumenta mucho va a haber problemas con la acumulación de reservas».

Joaquin Waldman, economista e investigador del CEDES -CONICET, también hizo hincapie en el sector externo. “El mayor limitante para sostener el crecimiento actual es el sector externo. El nivel de reservas es muy bajo y para crecer se requieren dólares para importar insumos, bienes de capital y bienes finales. El Banco Central está intentando administrar la escasez restringiendo los dólares a ahorristas, empresas que tienen que pagar deudas, turistas e importadores para evitar devaluar. Sin embargo, ambas alternativas son recesivas. Si devaluara, la caída de ingresos reales interrumpiría la suba de la actividad pero si impidiera el ingreso de insumos también. Un ejemplo (bastante influido también por la situación internacional) es el gas. El gas que, en parte, se importa, va a escasear en el invierno. Si el consumo residencial se encareciera para disminuir el consumo, sería recesivo pero si se retaceara la provisión a las industrias, también», concluyó el economista.