«Hay que forzar y disciplinar a las empresas en defensa de las mayorías»

El «joven economista» que mencionó Cristina Kirchner es Hernán Letcher, el Secretario de Comercio que no fue. En una entrevista con LPO ofrece la visión que comparte la vicepresidenta para combatir la inflación.

Hernán Letcher es el «joven economista» que protagonizó una de las «infidencias» de Cristina Kirchner en su reciente discurso en la Universidad del Chaco. En esa charla recordó que al inicio de su mandato le advirtió a Alberto Fernández que las alimenticias iban a buscar recomponer que perdieron con Macri y por eso resultaba crítico anticiparse con una política de controles de precios, para la que propuso a Letcher.

Pero el ministro del área, Matías Kulfas, que Cristina recordó escribió «un libro contra nosotros», rechazó designarlo en la Secretaría de Comercio Interior y en su lugar ubicó a Paula Español, cercana a Axel Kicillof.

Hoy con la inflación disparada en torno al 6% mensual y aún más arriba en alimentos,  Lechter recibió a LPO en la torre de YPF en Puerto Madero, compañía en la que se desempeña como director, además de encabezar el Centro de Economía Política Argentina.

– ¿Podría contarnos qué pasó con su nombramiento como Secretario de Comercio Interior al inicio de este gobierno? 

– Lo contó Cristina. A mediados de noviembre de 2019 me convocaron para hacer una propuesta para la Secretaría para lo cual trabajamos muy intensamente con compañeros del CEPA. Elaboramos un documento, donde la cuestión del diagnóstico no resultó menor. Porque venías de una caída fuerte del poder adquisitivo y también de la actividad. Y eso anticipaba un escenario de agudización de la puja distributiva dada la recuperación del nivel de actividad. En ese contexto hicimos la serie de propuestas que elevamos a Alberto, Cristina y otros dirigentes del Frente de Todos. Una semana después, Matías Kulfas me convocó «para discutir estos puntos». El era el Ministro y yo su Secretario. O por lo menos eso creía yo. En esa reunión Kulfas me planteo que el programa que habíamos elaborado era excesivamente intervencionista y regulacionista.

 

– ¿Cómo era ese programa?

– Nosotros retomamos la política desplegada en su momento por Augusto Costa. En primer lugar propusimos como esencial la coordinación con Comercio Exterior. Porque el sector que te da los dólares esta estrechamente relacionada con la mesa de los argentinos. En segundo lugar, consideramos muy importante el control ciudadano. Fijate la diferencia que hay entre una canasta de productos baratos y una lista de precios de referencia. Hoy Precios Ciudados responde mejor al primer caso. Esto es consecuencia de la desnaturalización del programa durante el macrismo. Además en el programa se incluía el observatorio de precios, la ley de góndolas, el rotulado en las etiquetas, los mercados federales. Todo esto dandole mucha relevancia a la comunicación. Claramente era un programa intervencionista.

Matías Kulfas me convocó para discutir la propuesta. El era el Ministro, y yo su Secretario. O por lo menos eso creía yo. En esa reunión Kulfas me planteo que el programa que habíamos elaborado era excesivamente intervencionista y regulacionista.

– ¿Kulfas contrapuso algún diagnóstico o programa al rechazar su propuesta?

– No. Simplemente que el camino intervencionista no era el que se quería recorrer, sino que la intención era de diálogo y el consenso. Y lo que yo creo es que el consenso tiene buena prensa, pero no transforma.

– ¿Quién la nombra a Paula Español?

– Matias Kulfas y Paula Español integraban AEDA, un think thank desarrollista. A mi Paula me parece una excelente persona, pero la nombró Kulfas. Ahora bien, es cierto que tuvo muchos problemas en la Secretaría por tener una mirada kirchnerista.

– Me da pie para que le pregunte sobre la unidad del Frente de Todos…

– La pregunta es unidad para que. Es lo que plantea la vicepresidenta. La unidad fue condición para que ganemos, pero si después no transformamos, ¿Cuál es el objetivo? Porque seguramente, sin transformación, termines perdiendo. Por eso es importante explicar que no es un problema de nombres ni de cargos ni de caja. Es un problema de cómo abordar la discusión. Sobre esto Cristina plantea dos ejes: Qué hacer con los dólares y cómo disciplinar al poder económico.

– ¿Cómo se vincula la falta de dólares y el poder económico con el problema de la inflación?

 

– Cuando tiras la serie larga de la inflación en Argentina de los últimos 50 años, la vinculación con el tipo de cambio es evidente. Te diría que es el componente principal. Respecto a las empresas, lo que hay que hacer es forzar (y no uso el verbo casualmente) que se circunscriban al rumbo que marca la política económica. Hoy le estas dando créditos subsidiados a las mismas firmas que se dan vuelta y remarcan los precios. Por eso es tan necesario que las áreas del gobierno trabajen de manera coordinada, lo que no sucede. Nosotros presentamos un trabajo sobre como están trasnacionalizadas las ganancias de las empresas que tienen su actividad en el país. El objetivo de estar estructuras trasnacionales es hacer más fácil la fuga de capitales. Entonces, el gobierno promueve el crecimiento de la actividad económica ayudando y asistiendo aun sector, que remarca precios y fuga divisas. No creo que esto se resuelva con diálogo, soy de los que creen que al sector económico hay que disciplinarlo, y tampoco uso esta palabra al azar.

El gobierno promueve el crecimiento de la actividad económica ayudando y asistiendo a firmas, que se dan vuelta y remarcan precios y fugan divisas. No creo que esto se resuelva con diálogo, hay que disciplinarlos.

 

– ¿Qué herramientas tiene el Estado para forzar y disciplinar al poder económico?

– Tiene muchas herramientas, pero tiene que haber coordinación entre las distintas áreas. Es condición cerrar filas ante los empresarios. El Estado tiene que poner orden. Las empresas se escudan en el secreto comercial para ocultar su estructura de costos, por eso el Estado tiene que reconstruir esa cadena para identificar los márgenes de rentabilidad. Pero hay una relación muy desigual. Hoy un supermercado puede saber su stock con una cámara que cuenta unidades, y desde el Estado no llegas nunca a esa información precisa.

– Imagino que usted asigna una parte importante de la inflación a la concentración, los oligopolios…

– Abundan los economistas que dicen que los oligopolios no tienen nada que ver con la inflación. Nosotros decimos es que es un fenómeno multidimensionalA partir de esas múltiples causas, los oligopolios tienen mas herramientas para quedarse con el margen de ganancia. Es más profundo y complejo que decir que son los que fijan los precios. Las pymes son los que mas padecen a las empresas grandes, porque dependen de esas ventas para su subsistencia. Por ejemplo, entre los mecanismos podemos mencionar pagos diferidos y aumentos desproporcionados de insumos como el acero. Fijate que no te mencione precios. Porque los precios son una entelequia, que contiene dentro la puja distributiva. Y el monopolio puede arbitrar en la distribución a partir de varias herramientas, no solo en detrimento del consumidor final, sino en toda la cadena. Cuando te niegan el componente oligopólico de la inflación, es porque no quieren discutir márgenes de rentabilidad.

Los precios son una entelequia, que contiene dentro la puja distributiva. Cuando te niegan el componente oligopólico de la inflación, es porque no quieren discutir márgenes de rentabilidad.

 

– El sector privado suele quejarse de la carga impostiva como otro elemento que alimenta la inflación.

– La experiencia demuestra que creer que una rebaja impositiva se traduce en mayor inversión es una falacia absoluta.

 

– El kirchnerismo plantea que se puede contener la inflación, aún emitiendo y con altos niveles de déficit fiscal. ¿No es contradictorio?

Hoy en Argentina alegar que la inflación es por emisión está mal. Tenemos la misma base monetaria que a fines de 2020. Acá las razones son otras. Por eso, nuestro sector lo que plantea es la necesidad de recomponer el poder adquisitivo, que en definitiva es la necesidad de distribuir mejor. La Argentina aumentó su productividad en un orden del 7% respecto del 2019 y eso no se tradujo en una mejora para las mayorías. Lo que se está creciendo no se está distribuyendo. La clase trabajadora la está viendo pasar. Por eso la relevancia de distribuir primero. Distribuir es el quid de la cuestión.

– Los aumentos salariales por arriba del 60%, que celebró Cristina, ¿no presionan sobre los precios? Planes de estabilización como el de Perón de 1952, incluyeron congelamientos salariales, junto a congelamiento de precios y otras medidas.

– A mí me hace ruido cuando la única solución es que garpen los trabajadores. Es cierto que el plan de estabilización del tercer peronismo incluyó congelamiento salariales, pero los trabajadores no perdieron poder adquisitivo. No importa la herramienta política, sino cómo resulta en la distribución de la torta. El problema es que el correlato de los aumentos salariales sean nuevos aumentos de precios. ¿Con que justificación? Si los salarios aumentan porque los precios ya aumentaron.

Sobre el debate de las anclas de la inflación, recordemos que durante el 2021 estuvo atrasado el tipo de cambio y congeladas las tarifas, y aún así no alcanzó. Funcionaron parcialmente. Y hoy dado el acuerdo con el Fondo ya no podes utilizarlas más.

 

– Entonces, ¿cuáles son las anclas inflacionarias?

– Respecto al debate sobre las anclas de la inflación, recordemos que durante el 2021 estuvo atrasado el tipo de cambio y congeladas las tarifas, y aún así no alcanzó. Funcionaron parcialmente. Y hoy dado el acuerdo con el Fondo ya no podes utilizarlas más. Discutir anclas si o no, no tiene sentido si no se puede dar un debate integral. Porque la dinámica inflacionaria pasa por otro lado, es puja distributiva. Mi propuesta estaba acotada al rol de la Secretaria de Comercio en esa discusión más integral.

Por Luciana Glezer

LPO