Gobierno de Boric. ¿Integración o división en Latinoamérica? Parte I

Las recientes elecciones en Chile han provocado disimiles comentarios de analistas internacionales y locales y pronósticos de cuál será la orientación política, económica y social del nuevo gobierno y de su joven presidente Gabriel Boric.

 


Un ejercicio normal, de los grandes medios de prensa e influyentes analistas del sistema neoliberal, que trabajan para impedir haya cambios en Chile.

No hay que ser un gran experto en política chilena e incluso latinoamericana, para darnos cuenta de que el rumbo del gobierno de Boric, estará fuertemente influido por lo que fueron los llamados gobiernos de la Concertación de Ricardo Lagos y especialmente el de la señora Michell Bachelet. El apoyo de la alta funcionaria de la ONU, es tan fuerte que viajó de Ginebra a Chile para acompañarlo.

 

Desde que comenzó el proceso electoral en Chile, las opiniones y comentarios sobre los candidatos eran diverso, pero el de mayor significado era la campaña macartista, atemorizando a los electores con el peligro de elegir a un candidato comunista, castrochavista o cercano a Cuba, Venezuela y Nicaragua.

Es así como, en su campaña electoral Gabriel Boric, no tuvo ningún escrúpulo en atacar a Venezuela, Cuba y Nicaragua, con el ya conocido y manipulado discurso, de que, en estos tres países imperan gobiernos dictatoriales, violadores de los derechos humanos y de la libre expresión.

Un libreto escrito en Washington, propagado y pagados en sus campañas mediáticas y redes sociales durante muchos años y que ha penetrado en determinados sectores de la sociedad chilena, que incluso, algunos en su campaña llegan a decir y creerse que los comunistas se comen a las “guaguas”, como le dicen ellos a los niños. El analfabetismo político llega vergonzosamente a esos extremos en muchos sectores de la sociedad chilena y latinoamericana, incluso de los nuevos y supuestos izquierdistas.

La campaña contra estos tres países ha sido brutal y más aún, luego de que el ex presidente Donald Trump, los calificara como el “eje del mal socialista”, que había que exterminar, tema que trataremos en la segunda parte que tendrá este, artículo.

Como bien me señalaba un colega y estudioso politólogo, que antes de las primarias, el voto polarizado en las elecciones territoriales significó un alza impresionante de los comunistas chilenos, de la derecha tradicional y sin embargo tanto la candidatura de Boric como la de Kast, reflejaron una derrota de la izquierda más consecuente, e incluso la línea del héroe y mártir presidente Salvador Allende.

Con gran oportunismo interno y por el prestigio de “El Chicho” como le decía su pueblo, a Salvador Allende, los sectores socialdemócratas vinculados a los gobiernos de la Concertación y la Nueva Mayoría y las redes sociales al servicio de las elites chilenas, han levantado la falsa idea de que Boric representa la línea política de Allende.  Nada más lejos de la verdad.

Ellos saben que Boric, tiene el apoyo del 25.3 % que salió a votar en la primera vuelta y que el 30 % que acompaño a ese 25 % en la segunda vuelta, con su 55.8 % no le pertenecen.  En realidad, ese 30 % de apoyo estaba dirigido a evitar el triunfo del pinochetismo y la derecha.    Ese sector que votó por él y los más de 7 millones que se abstuvieron, solo aceptarán y le darán apoyo si cumple a pie juntilla con lo que él proclamó en su discurso del 19 de diciembre, cuando resulto ganador de la presidencia.

Para reafirmar que no estamos ante un presidente que representa a Salvador Allende, les remontaré al 11 de noviembre de 1971, y la respuesta que Allende le dio al prestigioso colega y periodista-mártir de la dictadura, Augusto “El perro” Olivares. [1]

El presidente Allende rodeado por periodista. A la derecha Augusto Olivares

Augusto Olivares: presidente Allende, se habla en Chile, sino en todo el mundo de la expresión “vía chilena” ¿Cómo podría usted definir ese concepto político que se ha dado en llamar “la vía chilena”?

Allende. “Los pueblo que luchan por su emancipación tienen, lógicamente que adecuar a su propia realidad las tácticas y estrategia que ha de conducirlos a la transformación”.

“Chile, por su características, por su  historia, es un país donde la institucionalidad burguesa ha funcionado a plenitud y en donde, dentro de esa legalidad burguesa, el pueblo sacrificadamente ha ido avanzando y consiguiendo conquistas, ha ido concientizándose, ha ido comprendiendo que no es dentro de los regímenes capitalista y del reformismo en donde Chile podrá alcanzar la dimensión de país, dueño de su independencia económica y capaz de llegar a niveles superiores de vida y de existencia”.

Algo parecido se ha querido hacer ahora con la “vía chilena” de identificar a Boric con Allende, al propagar mediante las redes sociales y la parcializada y la centro derechista prensa chilena, esa matriz de opinión.

Allende dejó muy clara su posición que ni capitalismo ni reformismo, el querido presidente-mártir, sí, esgrimía que solo la vía electoral y pacíficas, pero con cambios estratégicos en el modelo económico, político y social chileno de la época, porque la Democracia Cristiana del gobierno de Eduardo Frei, había sumido al país en una gran desigualdad, pobreza y entregado los recursos mineros a las grandes transnacionales estadounidenses.

Él, creyó firmemente en esa posición, que debía ser respetada, pero la historia nos ha enseñado, que el poder capitalista, no acepta cambios que lesionen sus intereses y en eso estaba en juego en aquellos momentos en Chile, porque el movimiento político y social pedía radicalización del gobierno socialista chileno y entre otra demanda estaba la nacionalización de la ITT y el no pago de la deuda externa a Estados Unidos.

Ese escenario alarmo al establishment, tanto interno como en Estados Unidos, como se pudo constatar muchos años después, la conspiración contra el gobierno de Allende, estuvo dirigida por Henry Kissinger y apoyada por la derecha y extrema derecha chilena, a la que no fue ajeno el apoyo de Patricio Aylwin y sectores de la Democracia Cristiana, no olvidar el paro de los camioneros que Aylwin no solo alentó, sino que los apoyó.

Todo aquel ambiente político al parecer alentó al coronel Roberto Souper jefe del regimiento del blindados, quien se levantó contra el Gobierno y con sus tanques llegó hasta la Moneda el 29 de junio de 1973, asonada militar derrotada en pocas horas por las tropas al mando del general Carlos Prats, que dejó 22 personas muertas y 32 heridos.

Salvador Allende y el General Carlos Prats, asesinado el 30 de setiembre de 1974 en Bs As Argentina por agentes de la DINA

La intervención del prestigioso y constitucionalista general Carlos Prats [2], puso en alerta el peligro que corría la derecha y los intereses estadounidenses, si al gobierno de Allende se le sumaba el apoyo de un sector militar constitucionalista y adelantaron el Golpe de Estado.  De acuerdo a informaciones de importantes fuentes, ya desde entonces se estaba gestando el Golpe dentro de la Armada y cuyo jefe era el Almirante José Toribio Merino y del que era participe el general Augusto Pinochet, quien había sido promovido a Comandante en Jefe de las Fuerzas Militares.

Alarmados los conspiradores por los sucesos del 29 de junio, apuraron todas las piezas incluyendo las acciones de las bandas paramilitares llamadas Patria y Libertad, dirigida por los fascista Pablo Rodríguez Grez y Benjamín Matte con el fin de crear un escenario de violencia e inconformidad contra el gobierno y es así como se gesta y justifica el golpe del 11 de septiembre de 1973.

Al traer este histórico y triste recuerdo lo hago con el interés de que se tome conciencia hoy, que lo más importante de lo sucedido en Chile es en primer lugar que la Convención Constituyente, realmente logre una Carta Magna que respalde los intereses nacionales de Chile, de su pueblo y de los pueblos originarios.

Que no quede un solo vestigio de la actual Constitución Pinochetista debe ser el objetivo del gobierno de Gabriel Boric.  Porque los gobiernos de la Concertación y Nueva Mayoría, presididos por Ricardo Lago y Michelle Bachelet no movieron ni un dedo para cambiar ese legado del criminal dictador Augusto Pinochet, cuando ellos ocuparon la jefatura del Estado.  En el caso de la ex presidenta Bachelet que en su campaña presidencial se comprometió a cambiar la Constitución, pero falto a esa promesa e incumplió.

El debate que actualmente se da en diversos sectores de la llamada izquierda chilena e incluso latinoamericana, esta evidentemente matizada por la tendencia o militancia política de los diversos expositores, respetable y prudente hasta ahora las que he podido conocer, pero en mi modesta opinión lo que si está muy claro que Boric, nada tiene que ver con el pensamiento del presidente-mártir Salvador Allende  y  serán los hechos de su gobierno, los que  demostraran cuál será su orientación política e ideológica.

Varios son los factores y los elementos a tomar en cuenta para esa evaluación. Lo estratégicos estará centrados en la política que adopte el gobierno, en el campo económico, en su política exterior y social. Por ahora la información recibida del programa de gobierno está más relacionada a lo social y mucha reserva en lo económico y su política exterior.

Es muy importante que el nuevo presidente defina muy bien estos dos temas, porque tienen que ver con la integración latinoamericana y caribeña, donde Chile puede jugar un papel importante y que no se deje utilizar para dividir, al contrario, trabaje para fortalecer la CELAC y UNASUR que resultan estratégicos para la región y en ese sentido Chile puede ser un factor importante.

 

Por Tony López R*.

*Periodista, politólogo y analista internacional. Colaborador de PIA Global

Referencias

1] El periodista Augusto Olivares. Murió junto al presidente Allende, en la Moneda, defendiendo la democracia del criminal ataque fascista del ejército chileno.

2] El heroico General Carlos Prats, se asiló en Argentina y en Buenos Aires, fue asesinado por un Comando de la DINA que tuvo el apoyo de la CIA.