Los Pasos de Chile

Por gracia personal ya de pequeño tuve la oportunidad de viajar regularmente al país trasandino y descubrir su “loca “ geografía en particular la llamada Región del Bio Bio donde residía una parte de mi familia.
La mezcla peculiar de bosques, lagos y mar fue mi sorpresa adolescente al paso de mi imborrable memoria acerca de lo que había significado Salvador Allende, su derrocamiento y la feroz dictadura del General Pinochet.
Un pueblo noble sojuzgado duramente por una clase dominante feroz y por la primeriza aplicación de una política neoliberal que ya desde ese momento genero quizás una grieta mucho mayor de la conocida en la Argentina.
Ese sur no estaba – esta – ajeno de un despliegue de marginación socio territorial palpable en esas callecitas de Lota, Curanilahue o Lebu.
Quizás fue mi primer contacto con la necesidad de la gente.
Pensábamos que esa “ sociedad de consumo “ ya estaba doblegada y vencida ante el mainstream dominante pero fueron los primeros jóvenes de la Democracia lo que se revelaron ante un sistema educativo perverso en la llamada Marcha de los Pingüinos allá por el año 2011.
De allí nació como líder Gabriel Boric – reciente presidente electo – y desde el justo reclamo educativo volvió abruptamente la política vedada por el economicismo estéril.
Los sucesos de la cuasi revolución social de pasados años fue el epifenómeno del agotamiento de un modelo sellado a sangre y fuego por toda América Latina que fuera disputado por el antecedente del Caracazo y el Argentinazo de 2001.
Citando al actual presidente quien dijo que donde nació el Neoliberalismo en el mundo deberá morir y esa es la tarea que en su conjunto el pueblo chileno dará en particular el próximo año cuando labre su nueva constitución.
La conjunción geopolítica regional desde Venezuela, Bolivia, Argentina y un posible triunfo político por parte de Lula en Brasil sin descuidar la afirmación progresista en Colombia traza un mapa de distinto color en el medio de una disputa mundial por la hegemonía económica y también política entre Occidente y Oriente.
Pero no se debe descuidar el costado político- cultural de este proceso que debe acompañar en la todavía disputa por el sentido común y la permanente “lluvia “mediática que basa su propiedad en la estandarización de los pueblos para que de allí no salga ningún pensamiento crítico.
Largas discusiones sostuve con varios chilenos convencidos de la “bondad “de su modelo a lo largo de mis tiempos, pero ahora la realidad de los hechos da caer a la moneda de mi costal.
Bienvenidos a todos aquellos que viran hacia la construcción de un Chile distinto.
Todavía en todo América Latina existen esos pueblitos donde la necesidad es de todos los días.
Es el tiempo de los jóvenes que con sus debilidades y fortalezas asumen las cuentas pendientes del pasado para transformar un presente digno de ser vivido en el futuro.
La juventud es nuestra única esperanza.