“La UCR ya no se dejará pisotear más por los amarillos” dispararon desde el entorno de un radical de peso y con pretensiones
Cambios de paradigmas y cambio de escenario de cara a 2023
Si nosotros no nos ordenamos, corremos riesgos de que una UCR unida nos dispute el liderazgo nacional”. La reflexión corresponde a un importante dirigente del PRO, que sabe que la ruptura con la UCR (que se cansó de ser vagón de cola) no sólo anula cualquier chance de disputa Nacional del espacio amarillo, sino que lo peor es que pone en alerta roja la potencial perdida del único distrito donde el Pro se ha sabido ganar y mantener (La Jefatura del Gobierno Porteño).
Humildemente creo que un partido centenario como la prestigiosa Unión Cívica Radical se merece ser cabeza y no aguantar las ninguneadas de gerentes de empresas devenidos advenedizamente en pseudo políticos. “Queremos que la UCR sea alternativa seria de poder tanto a nivel Nacional como a nivel Ciudad” lanzó un importante legislador porteño vinculado a la histórica UCR porteña.
“Ellos fracasaron como Gobierno y ahora también queremos la Ciudad”, lanzó un Senador nacional del radicalismo.
Ya se habla de ruptura en los concejos deliberantes, y hasta en las cámaras provinciales, como en la HCDN.
Si bien algunos suspicaces sospechan que puede ser una estrategia de negociación, hay quienes realmente creen que la UCR se cansó y apostará, citando al Dr. Raúl Alfonsín a jugársela solo y llegar al poder, sobre todo disputarle la capital al macrismo.
La guerra estalla cuando se les confirmó que no le darán ni siquiera la pre candidatura a Jefe de Gobierno para la ciudad en 2023 en internas, ahí pegaron el portazo, “Saben que pierden después del desastre que hicieron en el País y lo que se tapa en la Ciudad”, desde dirigentes de la talla de Martín Lousteau (que estuvo a punto de ganar el ballotage en 2015), pasando por la explosiva y furiosa Elisa Carrió no los soportan más, Mestre, Emiliano Yacobitti y Nosiglia mucho menos.
La UCR merece la oportunidad de jugar, ya esperó mucho y se quedó para vestir santos, es ahora o nunca, ya que tiene la representatividad que el PRO no tiene en todas las provincias, incluso en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (el gran botín que puede perder el Macrismo).
Veremos a partir de ahora como se juegan las fichas del partido Centenario