El Gobierno restringe la financiación con tarjeta de pasajes y gastos en el exterior.

Ante la escasez de reservas, el Banco Central emitió una circular que busca restringir al máximo el gasto de dólares en el exterior.

 

 


Ante la falta de reservas internacionales, Banco Central resolvió este jueves limitar la financiación en cuotas  de los viajes al exterior.

A partir del 26 de noviembre los bancos no podrán financiar las compras de pasajes o paquetes turísticos en cuotas al extranjero.

Mediante la comunicación A 7407, Pesce y su directorio establecieron «que las entidades financieras y no financieras emisoras de tarjetas de crédito no deberán financiar en cuotas las compras efectuadas mediante tarjetas de crédito de sus clientes -personas humanas y jurídicas- de pasajes al exterior y demás servicios turísticos en el exterior (tales como alojamiento, alquiler de auto, etc.), ya sea realizadas en forma directa con el prestador del servicio o indirecta, a través de agencia de viajes y/o turismo, plataformas web u otros intermediario». Por eso, plataformas como Despegar pusieron el grito en el cielo.

La resolución busca disuadir la salida de turistas en su conjunto para evitar que se dispare el déficit comercial por servicios turísticos y así prevenir la presión sobre las reservas internacionales netas que ya se encuentran cercanas a los 5.000 millones de dólares. No en vano el organismo, tan pronto pasaron las elecciones, soltó los dólares bursátiles con los que venía administrando la brecha para dejar de perder dólares en ese frente, lo que venía sucediendo en los seis meses previos a razón de unos 350 millones de dólares por mes.

La medida se tomó un día antes que empiece el Black Friday, que la gente aprovecha para comprar los pasajes de sus vacaciones.

Las previsiones para poder seguir la negociación con el Fondo Monetario sin entrar en atrasos requiere preservar la totalidad de las reservas porque el diciembre habrá que pagarle 1.880 millones de dólares y en marzo también, a lo que se le suman los intereses por casi 400 millones de dólares a cancelar en medio de ambos vencimientos. Desde el contenido de las negociaciones, también el Gobierno necesita mostrar que toma medidas tendientes al fortalecimiento de las exiguas reservas internacionales.

De esta forma, lejos de una corrección del dólar ortodoxa, el Banco Central prosigue con su estrategia de sumar semana a semana micro restricciones regulatorias con las que cerrar cada vez más el grifo y postergar una devaluación o un giro en la política cambiaria hacia una depreciación más acelerada de la moneda. La consigna es sostener el ritmo devaluatorio a la espera de la llegada de unos 750 millones de dólares de la cosecha fina en la segunda mitad de diciembre y que puede aportar unos 3.000 millones de dólares al mercado entre ese mes y abril.

Este nuevo «parche» heterodoxo para frenar la salida de dólares obedece a que, incluso en años en los que el peso no está particularmente adelantado, el déficit comercial por servicios turísticos ronda los 5.000 millones de dólares habida cuenta de que los argentinos y extranjeros residentes en el país tienen el hábito de viajar al exterior y gastar en el exterior un promedio de 8.000 millones de dólares al año. Puntualmente en 2019 fueron 7.780 millones de dólares que egresaron del país en concepto de turismo emisivo.

La medida es, a su vez, la contracara del resto de resoluciones que adoptó el Directorio del Banco Central este jueves tendientes a atender otras tensiones que vienen generando en la economía la red de restricciones al mercado cambiario.

Entre estas medidas, como consignó LPO, se destaca la flexibilización de las restricciones al mercado único libre de cambios para las pymes que quieran comprar maquinaria para ampliar la capacidad productiva. Y también la flexibilización para que los bancos recuperen parcialmente la posición global neta de moneda extranjera que a comienzos de mes Miguel Pesce había restringido para frenar la presión cambiaria en las vísperas de las elecciones.

Otra campana

En realidad las medidas afectan a las plataforma de venta online , como Despegar o  Al Mundo y los bancos como Santander y Galicia que tienen acuerdos con esas plataformas.

Estas empresas son las que han ido desplazando del mercado a las agencias de viajes tradicionales, ofreciendo financiaciones que perjudican al Banco Central y al Estado, financiando la fuga constante de divisas.

La venta de pasajes a través de esas plataformas en realidad encubre, detrás de una financiación sin intereses, un precio mucho más alto de que los valores de mercado de los pasajes, en general en compañías lowcost y vuelos con escalas.

Es tan grande el descontrol en el área que  estas empresas se quedan con el 50/60 % del valor del pasaje.

Al empresas al ser mayoristas no registran las reservas, la cuales muchas veces no se realizan pero si el Banco Central les giraba las divisas.

No es una medida contra el turismo, ni una limitación a viajar al exterior, sino una limitación al juego usurario de estas empresas y bancos, que funcionan como financieras para fugar dólares sin control.

Por supuesto los primeros en poner el grito en el cielo por estas medidas fueron empresas como Despegar y el siempre presente Diario Clarín, que se prendieron rápidamente a ocultar las reales condiciones de sus negocios y tergiversar las noticias.

En las próximas semanas seguramente a través de Ahora 12 o similares Aerolíneas Argentina volverá a financiar por si la venta de aéreos, ya que la limitación corre nada mas que para tarjetas bancarias y no bancarias.

El gobierno debería explicar con más detalles los alcance de esta normativa y denunciar claramente el mercado usurario que se mueve detrás de estas plataformas online que funcionan con una lógica monopólica.

AM