Francisco Dos Reis: «Yo siempre fui un militante»

Entrevistamos a Francisco Dos Reis, histórico referente  del movimiento Pyme.  Actualmente presidente de la Central de Entidades empresarias nacionales (CEEN). Por Adrian «Chino» Vera

 


DPyE- Francisco, te quería preguntar. ¿Cómo empezaste en los asuntos políticos? O en los asuntos de la comunidad...

FDR- En el ’55, cuando cayó Perón. Yo tenía 13 años. Mi viejo era africano, un hombre de raza negra. Mi mamá, blanca. Mi viejo era muy muy peronista, exageradamente peronista. Y me tenía las pelotas llenas, para hablar claro. Era exuberantemente peronista. No sé cómo llamarlo. Era algo imposible. Te aclaro que esto significó en mi vida una cosa muy importante. Porque cuando me fuí del peronismo tuve un enfrentamiento muy grande con él, que es el ser humano que más amo en la tierra. Como soy ateo es mi dios.
Estuve muy distante de él. Porque yo pasé a la izquierda más marxista. Y después entendí
todo. ¿Qué entendí? Que él venía desde África, y aparte de ser muy culto, muy preparado, muy formado, mucho más que mi vieja, tanto escolarizado, como de historia; también muy religioso.

Francisco Dos Reis: “Para mi este gobierno es una banda de CEOS que no conocen la vida real” | Cooperativa la 770
DPyE- ¿De qué país de África? 

FDR- Cabo Verde. Y bueno, cuando cae Perón la gente bacana pasaba con sus coches por la avenida que en ese momento se llamaba Perón, después Hipólito Irigoyen, Pavón (no sé cuántos nombres tuvo esa avenida).

DPyE- La 205.

FDR- Sí. Yo vivo en Gerli, nací en Gerli, ahora vivo con mi hija que me cuida. Yo estoy bien pero vivo con mi hija porque sino qué carajos hago. Y bueno, a los 13 años con un grupo de quince pibes -que la mitad nos quedamos en la izquierda y la otra mitad se fue a la derecha extrema; con el tiempo fueron Tacuara y todos esos grupos- empezamos a tirar tanques de 200 litros sobre Pavón. Empezamos tirando con la gomera, después tiramos los tanques y después empezó a venir la gente. Cortamos las calles con los trolebuses. La gente grande se encargaba de la organización. Nosotros íbamos a buscar pintura a las fábricas para
pintar todas las cosas que podíamos pintar, fue muy loco todo eso. Hasta que sorpresivamente aparecieron las fuerzas armadas. Se atrincheraron y por dos o tres horas estuvieron tiroteando toda la zona. Te aclaro que ahí me agarró un cagazo bárbaro. Me
arrepentí de haber tirado los tachos de 200 litros. Esto fue cuando hicieron la fiesta después de la caída de Perón. Y bueno, cayó un tipo en la puerta de mi casa. Esa bala estaba destinada para mi viejo. Me di cuenta por la trayectoria y, bueno, lo metimos dentro de mi
casa. Te digo la verdad, yo hasta me meé en la cama. Porque era una cosa de locos, parecía una guerra, que estabas en Beirut. Duró como cinco horas y era muy a lo largo de muchas cuadras de Pavón contra la zona oeste de varios barrios, entre ellos Gerli, que era
el foco más duro.
De ahí en adelante empezó mi militancia. A los pocos días salí a pintar Perón Vuelve. Yo recién escuchaba la palabra Justicialista.
Me empecé a alejar de la iglesia y, un día, parado en una esquina, me empiezo a hacer una pregunta: quién era yo. En el ’58, cuando Frondizi se presenta como candidato, en el grupo de pibes de 13 a 16 años había un tipo de unos 25 años, y este tipo me lleva aparte y me dice: «¿vos sabés que vos tenés una tendencia filomarxista?». Y empecé a leer “El programa de Gotha”, “El 18 Brumario”, y después ya me interesé mucho en leer. Y empecé a ir a distintos actos políticos para escuchar a los oradores, a ver qué decían. Iba solo, ¿eh?
Tenía una barra de amigos muy grande, pero en la política no había negociación que valga, yo era muy radicalizado. Y bueno, fui a parar a un club de la comunidad israelí. Aunque te parezca mentira, justo antes había leído “Mi lucha”. Porque yo hacía una asociación entre la visión corporativa del peronismo y el nacionalsocialismo. El Club era el Saint Tropez. Ahí me hice de muchos amigos de la colectividad. Era muy politizado el Club. Ahí conocí al director de teatro Trigo y otras personalidades.
Empecé a militar muy fuerte. Le dedicaba muchas horas. Trabajaba, tocaba la percusión en grupos musicales y militaba. Milité desde los 13 años hasta hoy.
Y ahora se me sale la cadena, estoy como loco, quiero ir a la calle, sé que estas batallas se ganan en la calle. Sino vamos a perder por goleada.
Y bueno, me fuí formando. Quedé dentro del partido. Todavía no existía “la Fede”. Siempre tuve diferencias con el partido, pero no me fui nunca. Para mi, la teoría de romper las organizaciones es el flanco más débil que tenemos. Tenemos diferencias y, en vez de
enjuagarlas adentro, cada uno arma un pedacito y así nos cagan la vida siempre. Eso le pasa a todos los movimientos populares. Pasa en el mundo, pasó en Argelia, pasó en el Congo, pasó en el Movimiento de Liberación Nacional de Mozambique y Cabo Verde;
cuando vos leés la historia siempre hubo fracciones, grupos. Siempre nos debilitamos solos.
Teorizamos tanto que al final nos vamos al pasto.
Yo era un tipo muy rebelde en el partido. Yo tenía un problema. Como me había criado en la calle, un tipo muy pobre, de una pobreza extrema; yo empecé a trabajar a los 8 años, iba a buscar pan a una panadería y la llevaba a otra panadería, laburaba por un kilo de pan. Y después, cirujié… cirujié en serio. Juntaba cosas. Y después laburé toda mi vida. No me arrepiento de nada.
El partido era casi una organización religiosa. Era un partido católico ateo, era muy purista, muy ético, muy sacrificado, muy cristiano, ahora que releo cosas a la distancia.
Y bueno, me separaban, yo sufría mucho. Porque estaba tan arraigado que era un castigo terrible, me separaban, después me volvían a incorporar.

ENTREVISTA FRANCISCO DOS REIS | RadioCut Argentina
DPyE- ¿Quién era el secretario general del PC en ese entonces?

FDR- Victorio Codovilla. Un prosoviético centrista. El partido más equivocado de América Latina fue el nuestro. Vos cuando leés a Mariátegui, inclusive al fundador del partido comunista argentino que era el chileno Recabarren, ellos no eran tan ortodoxos.
En cana fui por primera vez en el gobierno de Frondizi, en un acto de la CGT. Saliendo de la CGT me pararon a mi y a Otero -que después fue ministro de trabajo-, que era un guacho de mierda. La pasamos mal. Pero no por los canas, sino por los compañeros peronistas que nos verdugueaban de la manera más brutal. Hasta que Otero se paró de manos y les dijo: “Muchachos, estos están en cana por lo mismo que nosotros, dejensé de joder, respétenlos”. Nos sacaban de noche, nos volvían de día. No nos torturaban. Te pegaban un cachetazo, te hablaban… “Tu viejo te está esperando, vino 20 veces a buscarte”, “‘-¿Y qué
viniste a hacer?’ ‘-Vine a escuchar a los compañeros’. ‘-¡Compañeros, las pelotas! Son todos chorros, hijos de puta’».
Después fui en cana en la época de Onganía. Antes, en el ’62, también. cuando fue el apoyo a Framini-Anglada, que era legal. O sea, estuve pocos días en cana. En medio de la campaña, llegué a ser fiscal.
Militaba todos los días. Cuando estaba suspendido, también. Nunca le di pelota, porque yo tenía mi propia tropa. Vivía en un barrio y toda la gente me seguía. Cuando la triple A me quisieron secuestrar tres veces los propios tipos de las AAA, que los conocía de la época
del ’55, a algunos. Me dijeron: «¿Sabés porque no te secuestramos a vos? Porque se hubiera armado un quilombo en el barrio de la san puta. La verdad que la gente te quiere mucho y hubiéramos generado un gran conflicto». Me lo dijeron ellos directamente, ¿eh?

Mario Galizzi- presidente APYME y Francisco Dos Reis - YouTube

DPyE- ¿En serio? ¿Así? ¿Personalmente?

FDR- Sí. Porque aparte nos encontrábamos.
Yo después me metí en una sociedad de fomento que estaba arruinada y los radicales me hicieron la vida imposible para que yo no llegara. Que era una casucha de mierda, enterrada en el piso, porque habían hecho el asfalto y había quedado más baja. Tengo una
anécdota con respecto a esto con unos peronistas del barrio. Un colorado grandote, un flor de tipo, me dice: “Vamos a hablar con Manolo Quindimil para que nos de el predio por 20 años”. Lo fuimos a ver un sábado a la mañana y había una reunión rara. Estaba Manolo con cinco tipos discutiendo entre ellos que “cuándo podían sacar los volantes de la patria socialista”. Nosotros estábamos mirando estupefactos. Yo contento de que podamos sacar los volantes pero no abría el culo ni a palos porque no sabía ni dónde carajos estaba.
Manolo decía: «Este no es el momento, hay que esperar», que se yo. Después habló un hombre de traje, les dijo: «Muchachos, ustedes son muy impacientes. Hay que esperar los tiempos» y, de repente, se levantaron y se fueron. Nos dejaron a mí y al gordo sentados ahí.
Y le digo al gordo: «Cagamos, perdimos la oportunidad de hablar con Manolo». Y el gordo  me dice: “Ganamos.” «¿Cómo ‘ganamos’?» Se sentó en la máquina de escribir, le cambió la fecha, en vez de 20 años le puso 100 años, agarró el sello de Quindimil, lo puso ahí, lo firmó y ahí está la Sociedad de Fomento. Había que ser peronista para hacer eso, que querés que te diga… Yo era tan puntilloso, impresionante, nunca se me va a olvidar eso.

DPyE- Jajaj ¿Por 100 años?

FDR- No, ya está, eso no lo sacan nunca más. Ahí practican las escuelas del barrio, las escuelas secundarias practican deportes, tiene cancha de fútbol, de básquet, tiene un salón, tiene una parrilla. Es un polideportivo chiquito, no muy grande, pero está muy bien
equipadito, laburamos como perros.
Y ahí apareció la gente de López Rega. Entraban a las reuniones y abrían los metegoles y ahí metían los fierros. Y contaban las hazañas que hacían, que era cagar a tiros a los carteles de señalización de la calle. Practicaban así. Eran unos boludos marca cañón.
Y bueno, ellos trajeron los juegos para los chicos, esos tipos. No los pagaron, después nos vinieron a reclamar a nosotros. Valían una fortuna esos juegos. O sea, lo cagaron a tenía todo. Ahora no tiene nada, no existe. Si alguien lo agarrara y lo pusiera en marcha,
sería extraordinario.

DPyE- ¿Cómo se llama la Sociedad de Fomento?

FDR- “Lanús Noroeste”. Bueno, después fui secretario del Club Portela, secretario del Hospital Vecinal. Era un Hospital de puta madre que todavía está pero abandonado. Hasta morgue tenía. Ahí nació mi nieto. Lo rearmamos completamente, un hospital pequeño, pero tenía todo. Ahora no tiene nada, no existe. Si alguien lo agarrara y lo pusiera en marcha, v sería extraordinario.

El Club Portela es un club de barrio muy desarrollado, con piletas calefaccionadas, solarium; que también lo hicimos todo nosotros.
Y después ya empecé a volar y a independizarme un poco. Me metí en la banca cooperativa, llegué a ser vicepresidente del Banco Credicoop, tuve diferencias, pero es gente muy honesta, muy buena gente.

DPyE- ¿Estaba Heller ahí?

FDR- Con él tenía los quilombos, justamente, porque es muy egocéntrico, para mi gusto. Yo soy la antítesis de él, tengo un perfil siempre bajo. A mi me parece que todo es colectivo, que todo es de otra manera. Que el exceso de protagonismo siempre perjudica, perjudica.
Para mi es muy personalista, muy él mismo. Pero, sigo insistiendo, muy honesto, muy capaz, específicamente, en el tema económico. No era de una cultura amplia, muy estructurado. Yo era muy amigo del hermano, que era el secretario del PC aquí en el barrio.
Y bueno, después empecé a hacer contactos de otro tipo, conocí a Lula. Me hice muy amigo de Lula, trabajé en Brasil para él, iba y venía. Tuvimos una relación muy fuerte con Marco Aurelio García, con muchos compañeros del PT. Lula… dejé de fumar, ahora tengo
cáncer y fumo de vuelta.

DPyE- Uh, y Francisco, ¿en qué trabajabas para Lula? ¿Qué hacías?

FDR- Primero, le organizaba el Movimiento Empresario PyME. Estaban equivocados completamente, porque era muy partidario. Le dije que era una boludez, que no tenía que ser partidario, y sino, ¿Cómo cooptas a los demás?. Eran del PT y nada más, listo. No, vos
tenés que llamar a todos. Tener un plan estratégico en defensa de la producción nacional, sobre todo en el sector PyME y ahí influir. Tuve discusiones terribles. Ahí conocí a un compañero, Francisco Bancalgi, que lo tengo que llamar en estos días, porque debía hacer
unos 25 años que había estado en Auswitch. Lo quería cualquier cantidad. Era argentino, vivía en Uruguay, se fue a vivir a Brasil. Conocí un paracaidista de la guerra de los 6 días que se había hecho de izquierda. Un paracaidista israelí que había nacido en la Argentina, vivía en San Pablo, un tipo bárbaro, arrepentido total. Viajaba a Oriente con la bandera de Palestina. Este iba ahí a la frontera y llevaba la bandera israelí y la bandera palestina, armaba un grupo de trabajo con los palestinos y los israelíes, era un tipo bárbaro. Un tipo muy comprometido, es un empresario muy importante en Brasil.
Y bueno, yo viajaba mucho, viajábamos a Nicaragua; y ahí creamos una organización,  ALAMPyME, que todavía existe. Lula y yo discutimos fuerte por la construcción de ese espacio

 

DPyE- Uh, y Francisco, ¿en qué trabajabas para Lula? ¿Qué hacías?

FDR- Primero, le organizaba el Movimiento Empresario PyME. Estaban equivocados completamente, porque era muy partidario. Le dije que era una boludez, que no tenía que ser partidario, y sino, ¿Cómo cooptás a los demás?. Eran del PT y nada más, listo. No, vos
tenés que llamar a todos. Tener un plan estratégico en defensa de la producción nacional, sobre todo en el sector PyME y ahí influir. Tuve discusiones terribles. Ahí conocí a un compañero, Francisco Bancalgi, que lo tengo que llamar en estos días, porque debía hacer
unos 25 años que había estado en Auswitch. Lo quería cualquier cantidad. Era argentino,  vivía en Uruguay, se fue a vivir a Brasil. Conocí un paracaidista de la guerra de los 6 días que se había hecho de izquierda. Un paracaidista israelí que había nacido en la Argentina, vivía en San Pablo, un tipo bárbaro, arrepentido total. Viajaba a Oriente con la bandera de Palestina. Este iba ahí a la frontera y llevaba la bandera israelí y la bandera palestina, armaba un grupo de trabajo con los palestinos y los israelíes, era un tipo bárbaro. Un tipo muy comprometido, es un empresario muy importante en Brasil.
Y bueno, yo viajaba mucho, viajábamos a Nicaragua; y ahí creamos una organización,  ALAMPyME, que todavía existe. Lula y yo discutimos fuerte por la construcción de ese espacio. Tengo una foto que me está agarrando y yo salgo con cara de loco, una foto que
es apoteósica, porque yo salgo de traje y él estaba en ojotas. Claro, porque estábamos en un lugar que estábamos reunidos todos los líderes de América Latina menos yo que no era líder. No sé qué carajos estaba haciendo ahí, pero no importa. Estuve en cada lugar que ni siquiera te imaginás. Viví en la Unión Soviética. Hasta que un día llega una situación complicada… Te estoy contando rápido.
Chávez había dado el golpe de estado y un alemán que me pedía siempre que compartiera con él la tribuna, muy progresista, muy comprometido, me decía que yo tenía que conocer a Chávez. “Vos estás loco, es un golpista, yo vengo de la época de la dictadura”. Te aclaro que en la época de la dictadura me vinieron a buscar las fuerzas armadas a mi casa, a mi a fábrica y yo los ví entrar. Justo salía del banco y los ví entrar. Y paso por detrás de ellos porque estaban en toda la manzana y estaban con la cabeza levantada mirando si yo
saltaba por algún lado. Y pasé por detrás de ellos y zafé justito justito, no sabés como zafé.
Sobre la raya, la saqué de la línea esa pelota…

DPyE- ¿Fábrica de qué tenías?

DR- Tengo. La convertí en una cooperativa. La estoy pasando mal ¿eh? Cuando te diga todo esto vas a decir “este tipo es millonario”; no. Yo le dediqué mi vida a la militancia, no a ganar guita. Tengo una fábrica de ensobrado con mi hija que es lo que nos está permitiendo  vivir. Ensobrado de correspondencia. Y tengo un desarrollo tecnológico muy avanzado que no lo puedo llevar a cabo. Vendo algo que no lo tiene nadie ni acá ni en ningún país del mundo, que es desarrollar una tecnología para el deporte y la salud, que es con neoprene.
¿Viste las férulas que usan los jugadores, los tipos que están enfermos? Con siliconas,  porque yo ya había leído bastantes materiales sobre el tema del neoprene. Entonces me dediqué a buscar una solución para eso y la desarrollé. La tengo desarrollada, tengo todo,
lo que no tengo es capital de trabajo y estoy aca medio…chacabuco, ¿viste?. Con algunos problemas. Pero espero poder salir adelante. Lo tengo muy avanzado. Hice un zapato para diabéticos que lo llevaron a Alemania, el Conicet, y me dijo que los alemanes reconocen
que es un 30% mejor que lo que ellos tenían. Porque realmente era revolucionario lo de la cápsula de silicona. Bueno, hice mis cosas en la vida. La verdad que tuve una vida muy intensa.

Y bueno, la cuestión que empecé, a pesar del Banco, a pesar de la CTA, a pesar de todo, me fui a ver a Chávez.
Me encontré con él, charlamos, fuí una vez, fui dos, fui tres. Hablé con el hermano, hablé con dirigentes de ahí, hice una relación y lo traje a Chávez a la Argentina. Nadie sabe esa historia. Nadie sabe que al final Chávez llegó a la Argentina por dos compañeros. Juan
Scioli y yo. Porque en ese momento las Madres también estaban en contra. Todos estaban en contra que fuéramos a ver a Chávez. Nosotros dijimos, ¿Qué nos puede pasar? ¿Qué nos vengamos y no vayamos más?, listo. Pero vamos a conocerlo. Y la verdad que conocí un personaje que… realmente, apoteósico.

Y bueno, después conocí a Bachelet, conocí a Lagos, conocí a Daniel Ortega, conocí personalidades internacionales que ya ni me acuerdo. Fui fundador del Frente Internacional contra la Pobreza, éramos seis tipos que empezamos el Frente. Fui fundador del Frente
Amplio con el Chacho Álvarez. Me fui porque no me cerraba el Chacho ni ninguno. Yo tenía otra cosa en la cabeza. Y fui fundador del Foro Social de San Pablo y el de Porto Alegre con Lula y otros compañeros de América Latina. Fui parte de la Fundación. La idea no ue ni siquiera mía. La idea venía de adentro del PT, el Foro Social Mundial. Y bueno, eso me llevó  a recorrer muchos países del mundo. Eso me llevó a vivir en la URSS un tiempo largo. Me fui a la mierda, dejé la fábrica, dejé todo. Dije, “yo voy a ver el comunismo cómo funciona”, para que no me la vengan a contar. Bueno, fue una mezcla de decepción y alegría. La alegría que no había pobres, la gente tenía donde vivir, que comía todos los días, que tenía salud. Que era mi visión cristiano-marxista por la que yo había luchado. Pero como era empresario podía visualizar que estaban perdiendo la competencia tecnológica. Que había una contradicción entre el satélite y la realidad, ¿viste? Iba a visitar empresas y veía que estaban atrasados y dije, “estos se van a la mierda”. Pero cuando dije “estos se van a la mierda” no pensé que se iban a ir a la mierda como se fueron. Fue un golpe muy duro para mi, fue terrible, brutal.
Y ahí seguí militando. Siempre tuve una muy buena familiaridad con los peronistas. Porque en mi barrio se llamaba “Partido del 4 de Julio”, imaginate. Ahora ganó el PRO, no lo puedo creer.

 

Las pymes reclamamos EN UNIDAD


Y bueno, pasaron tantas cosas en mi vida. Pero siempre fui un tipo opaco. Nunca quise sobresalir.


Y bueno, pasaron tantas cosas en mi vida. Pero siempre fui un tipo opaco. Nunca quise sobresalir. Fui candidato por el partido de Sabatella pero porque él me lo pidió, que necesitaba una PyME, tenía una interna con Heller que no quería y bueno, ahí se armó un
quilombo. Terminé siendo candidato, «mirá no voy a ser, van a entrar dos tipos, estoy quinto, así que quedate tranquilo». Bueno, hablaron Sabatella y Heller, que estaban peleados, que no se por qué hablaron, y a la una de la mañana me llama y me dice:
-“Arreglé con Heller y podés ser candidato, pero lo tenés que apoyar en la Capital”.
– “Boludo, yo no vivo en la Capital. Y aparte como lo voy a apoyar a él si estoy en tu partido
y ustedes son opositores”.
– “No le dés bola, me dijo eso nada más. Necesita que vos lo apoyes”.
– “Bueno, lo apoyo”.
Eran todas las pelotudeces. Todas las pequeñas miserias humanas que son las que me distanciaron. No de la militancia.

DPyE- ¿Y por qué no te cabía Chacho Álvarez?

FDR- Yo soy medio purista. Tengo una falla, es una falla personal, tengo que reconocerla.
Las diferencias con Heller también fueron por purismo. Soy muy purista. Yo cuando veo cosas raras… Entraba a la CTA llegando tarde a una reunión. El Chacho Álvarez estaba hablando y no me podía ver porque era en “L”. Vos entrabas y, sobre un costado, había un
salón y escucho al Chacho decirles: «Todos los que estamos acá podemos entrar pero con el que tenemos que tener cuidado es con el negro Dos Reis. Porque Dos Reis es un hombre de Patricio Echegaray». Yo dije: “Este tipo es un pelotudo. Me llevo para la mierda
con Echegaray”. Y lo escuché a Víctor De Genaro decirle: “Dejate de romper las pelotas, el negro Dos Reis es un tipo bárbaro”. Alcancé a escuchar, mientras caminaba, toda esa conversación, y ahí empezó el problema. Después Chacho Alvarez y yo nos encontramos
en algunos otros lugares y él lo negaba. Negaba que había pasado eso, pero no importa. Yo sabía que había pasado. Igual no me cerraba el Frente Amplio porque ya estaban arreglando con los radicales. Con algunos tipos que para mi no iban. No tenía con él tantas diferencias. Era personalista, egocéntrico. Algunos dirigentes que habían salido de ahí, algunos terminaron con Cavallo, otros terminaron en el charco. No me había equivocado, otro era el Grupo de los 8, fue el secretario general de la CTA.

DPyE- Francisco, entonces, ahora estás con la fábrica. ¿Con qué más? 

FDR- Sí. Estoy con la fábrica de cilindros, la fábrica de goma, que es lo primero que  empecé, casi en simultáneo con mi vinculación política. Por eso me hice empresario, sino capaz que no lo hubiera sido. Se la di a los trabajadores para que hagan una cooperativa y
lo que ganen que se lo repartan. No tenía alternativa, viste, no podía pagar más los sueldos. Dije: “Mirá, quédensela. Aquí tenés la llave, los clientes, quédenselos, usen las máquinas, el galpón, todo, y todo lo que saquen, quédenselo ustedes, qué se yo, no sé qué hacer”.

DPyE- ¿Esto en la pandemia?

FDR- No, no, la pandemia macrista fue. Te aclaro que empezó antes. Empezó en el gobierno de Cristina. Yo no soy peronista, tengo bastante cosas que no comparto. Ahora, por ejemplo, los dos candidatos que pusieron, no me siento ni a tomar un café con ninguno
de los dos. Los conozco bien a los dos, son del Opus Dei, que conmigo no tienen nada que ver. Pero con un montón de tipos del peronismo me voy no sé… con Antonio Muñiz me voy a la Antártida. Con el Chivo Rossi, con Jorge Rachid y con Cristina me voy a Marte. Tengo diferencias políticas, se lo dije, pero tengo una admiración. Ella es capitalista y es católica.
Yo no soy ni capitalista ni católico pero si subestimo semejante cuadro, que es el cuadro más importante que tuvo el peronismo. Y dejemos a Perón y a Evita afuera, porque son  etapas distintas, no quiero discutir eso. No es una mina de este planeta, Cristina. Yo la amo, metaforicamente hablando, ya tuve problemas por ello.

DPyE. ¿En serio?

FDR- Sí, con Mercedes Marcó del Pont. Le digo a un compañero economista: “Estoy enamorado de Mercedes Marcó del Pont”. Y el boludo va a una reunión y le dice: «¿Vos sabés que el negro Dos Reis está enamorado de vos?». Y le dice Mercedes: «No me digas,
la verdad que es una alegría porque yo estoy casada y no pienso tener nada con él, pero no deja de ser un placer». Entra a una reunión la mina y le dice a los empresarios «¿No vino el negro Dos Reis? Que es mi enamorado». Yo estaba en otra reunión y un flaco que estuvo en la reunión viene y me dice: «- Negro, ¿vos estás enamorado de Mercedes Marcó?»
“-¿Quién te lo dijo?”
“- Ella”.
“- Me estás jodiendo”.
La fui a ver. Estaba de presidenta del Banco Nación y me atendió. Estaba ella y Kulfas. Le digo: “Vos me considerabas un tipo inteligente. Cuando dije que estaba enamorado de vos, dije que sos una mujer bella, yo sé que estás casada con un compañero. Como mujer sos preciosa, todo lo que quieras, pero yo no te tocaría ni con un palo. A la mujer de un compañero yo jamás la vería como una mujer. La veo como una militante”. Se cagaba de risa. Pero te voy a decir la pura verdad: «Vos tenés un don que tienen pocas mujeres.
Cuando te reís, se te ríen los ojos, la cara, la sonrisa y el alma». Y me dice: «Y vos sos un negro hijo de puta».

 

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Adrian «Chino» Vera