Empresarios mostraron distintas interpretaciones sobre la advertencia del presidente Alberto Fernández de que el gobierno será inflexible con los aumentos de precios y se diferenciaron sobre el congelamiento que se pretende imponer.
Desde la Cámara de Comercio consideran que esa herramienta no sirve para combatir la inflación, pero sectores pymes e industriales creen que es conveniente para el rubro alimenticio.
«Si no sería un tema muy fácil de resolver. Un presidente congela los precios por cuatro años y no tendría problemas en su mandato», señaló el titular de la CAC.
Recordó que en la Argentina se aplicaron congelamientos de precios en 1952, 73 y 74, 85, y en el 2006, 13 y 2019, y la la inflación «siguió creciendo, porque esa no es la herramienta para combatirla».
Acerca de la advertencia presidencial, dijo entender «la la preocupación del gobierno y de los empresarios también, porque estar remarcando es desagradable y nosotros queremos poder vender», mientras aclaró que las empresas asociadas la CAC no son formadoras de precios.
Grinman sostuvo que la economía «tiene muchos problemas y los empresarios también, porque el armado de los costos de cada una de las empresas tienen muchos componentes, como los gastos en logística, impuestos y cargas laborales».
Explicó que «el 75% de los insumos que se importan, son productos esenciales para la producción y los permisos de importación son lentos y tardan y además hay problemas para conseguir dólares».
Grinman agregó que «en la historia de la Argentina y del mundo jamás ha funcionado el control de precios. El emperador romano Dioclesiano fue el primero que impuso el control de precios y eso inició la debacle del imperio».
Preocupa la suba en alimentos.
Por su parte, el presidente de la Confederación Empresaria de la República Argentina (CGERA), Marcelo Fernández, señaló que «el tema de los precios nos preocupa, sobre todo el aumento en alimentos, porque vulnera el bolsillo del trabajador».
Explicó que el 95% de las empresas argentinas no están en el rubro alimenticio y señaló que «si el salario de la gente va solamente a alimentos, el resto de las empresas se quedan afuera de la comercialización y no pueden vender».
Fernández agregó que «en esta situación no podemos reactivar la economía y mucho menos la industria y el comercio».
Dijo que la CGERA apoya el congelamiento de los precios de los alimentos para «frenar la inflación para que los sueldos alcancen para la compra de otros productos».
Sobre la permanencia de la doble indemnización, señaló que «es un tema que hay que rever, pero en una discusión con empresarios y trabajadores, para acordar cómo y cuándo deben levantarse».
A su vez el vicepresidente de Industriales Pymes Argentinos (IPA), Marcos Meloni, respaldó el congelamiento de precios «especialmente de los alimentos, porque vemos que los seis productos principales de la canasta básica son producidos por seis empresas, lo que implica una concentración del mercado de la comercialización en un 85%».
Meloni dijo que los empresarios «por una vez debemos ser solidarios, más en un momento tan difícil que pasa la Argentina como el de los precios, que arrancó en los dos últimos años del gobierno anterior y continuó en la pandemia».
Sostuvo que «si todo el dinero disponible del asalariado va a la alimentación, diluye la posibilidad de que otros rubros industriales, no tan necesarios, puedan comercializarse».
Al referirse a la doble indemnización, explicó que «hoy no es problema de costos laborales, sólo es una herramienta de urgencia, y los problemas mayores están en otro lado, especialmente en la parte financiera, en el costo del dinero».
Meloni agregó que «hay que pensar en una nueva ley tributaria y otra de entidades financieras, porque esos son los problemas mayores, más que en la doble colonización, que es una norma que el año que viene se dejará de aplicar, cuando pase la pandemia».
El vicepresidente de IPA agregó que «ya hay una reactivación en ciernes, las paritarias en línea o por encima de la inflación, hay más consumo, y entonces hay que apostar más a no maximizar el beneficio por precio, sino por las cantidades vendidas que estarán aseguradas, porque las compras van a subir».