Fuertes operativos policiales en Rosario

Este sábado se realizaron 84 allanamientos ordenador por un equipo de fiscales provinciales y federales. Otra vez «Guille» Cantero y tres bandas ligadas a él bajo la lupa de la Justicia

Los 84 allanamientos fueron realizados por efectivos de la Superintendencia de la Policía Federal y por la Agencia de Investigación Criminal (AIC) de provincia.


En un operativo pocas veces visto, por no decir inédito, media docena de fiscales provinciales y federales sacudieron las entrañas de dos de las organizaciones criminales más pesadas de la ciudad. Los fiscales Matías Edery, Luis Schiappa Pietra, Pablo Socca (de la provincia) y los federales Claudio Kishimoto, Adriana Saccone y Diego Iglesias (Procunar) gestionaron 84 allanamientos que fueron sobre las segundas y terceras líneas de la banda de Los Monos, comanda desde su celda en el penal de Marcos Paz por Ariel Máximo “Guille” Cantero, y de Esteban Lindor Alvarado, también detenido en Marcos Paz con un juicio en ciernes con pedido de prisión perpetua.

Según la investigación, que comenzó en marzo pasado y que motivó la generación de un Equipo Conjunto de Investigación (ECI) del que participaron todos los fiscales, expone como los grandes jugadores siguen desplegando sobre el territorio sus tropas de tiratiros y sicarios en el territorio del Gran Rosario. En este caso particular en el barrio Godoy, Villa Gobernador Gálvez y San Lorenzo. Balaceras, extorsiones, homicidios, venta de drogas y hasta un salvaje secuestro extorsivo al hijo de un empresario de Alvear al que en julio pasado le cortaron el dedo de una mano para que su padre pagara rescate. Además de domicilios fueron allanadas al menos las celdas de Guille, Leandro “Pollo” Vinardi, Pablo Nicolás Camino, Marcos “Pato” Mac Caddon y Nicolás “Pupito” Avalle. Según la pesquisa los tres últimos ubicados un escalón por debajo del líder de Los Monos.

La investigación expone también como jugadores como Pablo y Leandro Camino (sin lazos con los herederos de Roberto “Pimpi” Caminos) durante la pandemia lucharon y atacaron a los rezagos de la banda de Ariel Maximiliano “Chanchón” Cantero y Alexis Claudio «Tartita» Cantero/Schneider (hijos de Ariel “Viejo” Cantero y medio hermanos de “Guille”) y a los remanente del asesinado Nicolás “Fino” Ocampo (ex hombre de Luis Medina que terminó siendo la mano derecha de Alvarado) para quedarse con el territorio de barrio Godoy entre otras zonas del oeste rosarino. De acuerdo a la investigación los Camino tributan a “Guille”, quien esta semana sumó su séptima condena en siete años de detención y lleva un acumulado de 82 años y 8 meses de cárcel. En barrio Godoy _delimitado en un sentido amplio entre Provincias Unidas, Uriburu, Cochabamba y Las Palmeras/Límite con Pérez) desde mediados de 2020 se registraron 23 balaceras y 12 homicidios.

Pablo Camino está detenido desde diciembre de 2015, acusado por el crimen de Andrés Farías, a quien asesinaron de 11 balazos en el Fonavi de barrio Moderno el 26 de diciembre del año mencionado. Pero no es el único crimen por el que se lo acusa. También es uno de los imputados por el asesinato de Ariel Rubén “Tuby” Segovia, ferozmente asesinado el 24 de abril de 2018 (herido con 36 puntazos y estrangulado con dos cables en el cuello) en su celda de la cárcel de Coronda, en un pabellón dominado por sus entonces aliados Alexis Caminos y la gente de la banda del barrio Municipal. Por estos dos asesinatos fue condenado en procesos abreviados a 15 y 24 años respectivamente. Otro crimen por el que se lo investiga es el de Germán Rodolfo «Bondi» Aguilera, asesinado el 18 de junio de 2020 en la vereda de su casa de Barra al 2800. Los sicarios que mataron a Bondi le incendiaron el auto, un Volkswagen Bora, y cuando salió con el matafuegos para apagarlo lo acribillaron con pistolas calibres 9 milímetros y .380. El fuerte de la investigación sobre los hermanos Camino estuvo en manos del fiscal Socca, de la denominada Unidad de Balaceras y la Agencia de Investigación Criminal (AIC).

Para obligarlo a salir de su casa, a Germán

Para obligarlo a salir de su casa, a Germán «Bondi» Aguilera le prendieron fuego el auto. Cuando salió a sofocarlo, lo acribillaron. Fue el 18 de junio de 2020 en Barra al 2800.

Investigación y bandas

En marzo de 2021 los fiscales Schiappa Pietra y Edery comenzaron a mantener reuniones con sus pares federales Kishimoto, Saccone e Iglesias para establecer estrategias de intervención para la complejidad que se percibía en las calles en cuanto a la narcocriminalidad y sus delitos asociados. Así surgió el ECI y el primer barrio que apareció entre los más violentos de la ciudad fue Godoy. Pero no fue sólo eso. La violencia marcaba en rojo territorios de San Lorenzo y Villa Gobernador Gálvez. En la primera de esas ciudades el nombre que sobresalió fue el de Marcos Jeremías “Pato” Mac Caddon, sindicado por algunos como virtual jefe de la barra de Newell’s Old Boys. En el organigrama de la investigación figura por debajo de Guille y Pollo Vinardi. Y es descripto como el organizador de una banda vinculada al tráfico de sustancias estupefacientes, extorsiones, amenazas y abusos de armas. En un audio del 6 de septiembre pasado habló con una mujer llamada Rosa y la consultó: “¿Conocés a alguien que venda para Alvarado?». Y luego aportó: “Le tenemos que dar con todo a cualquiera que enganchemos de Alvarado. Le tenemos que dar con toda… pero no conozco ningún bunker de él”.

En Villa Gobernador Gálvez fueron sobre una mixtura de bandas que, según los investigadores, trabajan para la franquicia Mono. Las gavillas en cuestión son la del Pollo Vinardi, preso y condenado a 13 años en 2016 por el crimen de Sergio Pared ocurrido el 14 de febrero de 2013; la de Daniel «Gordo Dany» Noguera, detenido e imputado como instigador del crimen de su archirrival Carlos «Jerry» Gaeta, ocurrido a principios de agosto de 2020; y la de Nicolás «Pupito» o «Dibu» Avalle. Este último comparte el pabellón 7 de Piñero con Vinardi y en el mapa investigativo se lo vincula a la rama de «tráfico de estupefacientes» y la participación de un secuestro extorsivo.

Ese secuestro ocurrió la noche del 23 de julio pasado cuando Franco M., hijo un empresario de Alvear, fue levantado en inmediaciones de un punto de venta de drogas ubicado sobre calle Baigorria al 600 de Arroyo Seco, donde iba a comprar marihuana para consumo, por un hombre que vestido con ropa similar a la de un policía.

Durante las dos horas en las que los secuestradores negociaron con la familia de Franco, al muchacho lo golpearon provocándole la fractura en el radio de la mano derecha, una fractura del codo izquierdo y una lesión en el dedo índice izquierdo (le arrancaron con una pinza una uña para presionar a que su familia), por lo que el joven tuvo que afrontar una intervención quirúrgica. Mientras eso sucedía se viralizó un video del muchacho en cautiverio donde le decía a su padre: “Papá, pagá porque me matan”. Los captores comenzaron pidiendo 100 mil dólares. Luego bajaron a 50 mil dólares. Y terminaron liberando al joven, a las 2 de la madrugada del día siguiente, en inmediaciones de Soldado Aguirre y Bomberos Voluntarios, de Villa Gobernador Gálvez, por un pago de 10 mil dólares y algunas joyas de alto valor. La investigación puntal del secuestro quedó en manos del fiscal federal Kishimoto y la Unidad Fiscal Especializada en Secuestros Extorsivos (UFESE), a cargo de Santiago Marquevich.

Entradas para el show de

Entradas para el show de «L-Gante» secuestrada en uno de los lugares allanados.

El saldo parcial de los allanamientos fue la captura de Vanesa G., Franco C., Hugo Daniel C., Axel Z., Sheila M., Gabriela A., Facundo H., Brisa B., Diego C., Juan C., Sebastián V. y los hermanos Brian y Nicolas G. a quienes los pesquisas vinculan con la barra brava de Newell’s Old Boys y en cuya casa de Montecarlo al 3400 se secuestraron 40 entradas para el show que el rapero L-Gante dará en el estadio cubierto del club del Parque de la Independencia el 10 de octubre próximo. También los investigadores pusieron sus ojos sobre un policía identificado como Daniel Alberto F., en cuya casa de Presidente Quintana al 3800 se incautaron varias armas de fuego y municiones. Al cierre de esta edición los fiscales analizaban quienes serían imputados en las próximas horas en el fueron provincial e indagados en el federal.

Como resultado de los procedimientos se secuestraron una escopeta calibre 16, una carabina calibre 22, una pistola Beretta 635 con municiones, una pistola Glock 26 con cargador, una balanza de precisión, un chaleco balístico, dos handys con frecuencia policial, múltiple material balístico, media docena de teléfonos celulares, más de mil dosis de cocaína preparada para la venta, 50 mil pesos y 20 mil dólares en efectivo y una moto de 110 centímetros cúbicos con su numeración de motor suprimida. También fue allanada la comisaría 32ª, que hoy por hoy concentra los hechos delictivos que suceden en todo el sudoeste de la ciudad, incluido el barrio Godoy.

Leo Graciarena